Un suceso inexperado cambia el mundo de la Cultivación.
Atrapados en el lugar que todos temen y desprecian verán el futuro de una de las personas que unos conocían como inocente mientras que otros lo verán como el enemigo.
Y solamente una persona l...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La imagen volvió causando que todos prestaran atención y los vellos de sus brazos se erizaran del temor.
En la pantalla se podía apreciar el bosque, plena noche dejándose iluminar por la luna, mostrando el camino a los discípulos Lan.
Lan Sizhui lideraba el camino por la montaña y detrás de él iban Lan Jingyi y el resto. Jingyi se encontraba inquieto y no paraba de mirar a su alrededor, atento ante cualquier ruido que escuchaba.
Hasta que saltó en su lugar al oír el sonido de un simple búho que decidió romper el silencio.
—A-Amm Si-sizhui.— tartamudeó.— ya buscamos por todas... todas partes.— se abrazó así mismo.— y hasta ahora no hemos encontrado nada.
Apenas terminó de hablar un grito agudo salió de sus labios al ver en la dirección una sombra moverse desde unos arbustos. Sorprendiendo a los Juniors Lan y a los espectadores, encontrándose dos niños.
Sizhui los analizó al ver sus atuendos desgarrados que podría haber sido por algunas ramas, los cabellos de los menores se podía apreciar algunas hojas y en sus rostros algo de suciedad.
Y aunque no podía distinguir el color de los orbes de los niños ni de sus cabellos, le llamó la atención la cicatriz en el ojo derecho del niño que eramás grande que la nena.
Pero fuera de eso... parecían estar bien.
—¡Ahí están!
—Que alivio.
El Patriarca de Yiling solamente pudo suspirar de alivio, aunque por alguna rara razón tenía un mal presentimiento.
—¿Niños?— preguntó sorprendido Sizhui, acercándose a los menores que la niña abrazaba el brazo del mayor.— ¿Están perdidos?
—N-no.— tartamudeó nervioso el varón.— Vine por mi cuenta.
—¿Por tu cuenta?— cuestionó Jingyi, acercándose también a los menores.— Este no es un lugar para ustedes, es muy peligroso.
—Es gracioso que lo digas cuando hace unos segundos estabas temblando como gallina.— se burló Wen Chao de los dos Jingyi que éstos se encogieron en sus lugares. Sin embargo, el que tembló de miedo finalmente fue el Wen al recibir como seis pares de ojos asesinos sobre él, siendo los dos Wei, los dos Hanguang-jun y los dos Jiang.
—E-Es que mi-mi hermano A-Yun quiere aprender a ser como ustedes.— tartamudeó nerviosa la menor.— ¡Por eso vinimos! ¡A verlos en acción!