Un suceso inexperado cambia el mundo de la Cultivación.
Atrapados en el lugar que todos temen y desprecian verán el futuro de una de las personas que unos conocían como inocente mientras que otros lo verán como el enemigo.
Y solamente una persona l...
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Habían pasado unos cinco minutos cuando la proyección volvió a mostrarles.
"Villa Mo, Mo Xuanyu"
—¡Es Villa Mo!— gritó emocionado Jingyi.— ¡Pronto aparecerá el Maestro Wei!
Los demás Juniors asintieron con la cabeza también emocionados. Mientras que Qiren frunció el ceño molesto ante los gritos del discípulo Lan dándose cuenta la falta de disciplina que tiene.
¿Realmente es un Lan?
La proyección los llevó a una habitación oscura y, en el centro, había un joven solitario que usaba su dedo para dibujar símbolos en el suelo.
Jin Zixuan frunció el ceño ante el repugnante estado de la habitación. Jiang Cheng apenas reprimió una risa cuando vio la reacción del pavo real.
Los Juniors y Wei Wuxian miraron anonadados al ver al mismísimo Mo Xuanyu antes de sacrificarse y un sentimiento de lástima apareció en sus corazones.
—Con mi sangre, extraída de mi mano, te sacrifico mi cuerpo. Mi alma desaparecerá. ¡Humildemente te espero, Patriarca Yiling, Wei Wuxian!
—¿Qué? ¡Resucitar a alguien es imposible!— Madam Jin declaró, preguntándose como era posible cuando un carraspeo llama su atención. Dándose cuenta la estupidez que había dicho al presenciar al mismísimo Wei Wuxian en otro cuerpo.
Es decir... claramente había funcionado.
El viento aulló y un burro afuera se quejó por la perturbación, pero, en el centro de la formación, la energía resentida se reunió a un nivel que pocos cultivadores habían sentido antes. En las páginas revoloteando del libro cercano, las palabras "Escrito por Wei Wuxian" eran visibles.
La matriz terminó de brillar y Mo Xuanyu se derrumbó en el suelo.
El tiempo pasó rápidamente a medida que los recuerdos de los espíritus se acercaban a la mañana siguiente, cuando el chico frente a ellos finalmente abrió los ojos.
—¿Dónde estoy?—Preguntó Mo Xuanyu, inclinando la cabeza confundido.
—Interesante.— opinó Wen Ruohan con una mirada brillante.
—¿Interesante?— bufó el líder de la secta Yao.— ¡Es una abominación!
