Capítulo 5.

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Estaba desorientada, me dolía la cabeza y mis párpados me pesaban, realmente no los podía abrir.

Nose cuanto tiempo paso, pero por fin pide abrir mis ojos, al tratarme de adaptar a la luz, vi que no estaba en mi habitación.

Supe eso por que esta habitación era completamente blanca, mi habitación es azul.
Y no tarde en darme cuenta de que estaba en un hospital. Pero, ¿Por qué estaba en un hospital?
Estaba observando la habitación, y es eso volteó mi cabeza hacia la derecha donde está la ventana y ahí hay un sofá, pero lo que me llamó la atención de ese sofá, es la persona que esta ahí. Daniel.

-Dany-. Hable en un susurro. Él se.empezó a remover en el sofá. -Cariño-. Volví hablar, quería ver si se despertaba. Y unos ojos color miel, se conectaron con los míos. Le sonreí y él me regresó la sonrisa.

-¿Cómo estas pequeña?-. Me pregunto con un tono preocupado. Yo quiero saber que es lo que hago aquí.

-Bien, con un poco de dolor de cabeza, aunque me gustaría saber porque estoy aquí-. Su sonrisa se borró de su hermoso rostro.

-Te desmayaste, Ángel fue a verte y dijo cosas de ti, lo golpee, tu llorabas y gritabas, luego deje de escucharte y volte a verte y estas en el suelo, luego de darle una buena golpiza, te traje para acá-. Wow, ahora lo recuerdo, tenía mucho tiempo que no lo veía. Creo que por eso mi reacción, aunque fue normal, antes no dejaba que nadie que no fuera mi madre o Karla me tocarán, él estuvo a punto de violarme. Salí adelante gracias a Daniel, él me ayudó a superar lo que paso, fue una época muy dura en mi vida, todavía me sigue afectando a pesar de que paso hace 2 años, sólo que la última vez que lo vi, trató de hacerlo nuevamente, pero llegó mi caballero de brillante armadura a rescatarme.

-Gracias -. Fue lo primero que se me ocurrió.

-¿Por qué?-. Me pregunto algo confundido, mientras se acercaba a la camilla.

-Por siempre llegar en el momento adecuado, eres mi caballero de brillante armadura que vela por el bienestar de su princesa-.

-Y es lo único que pienso hacer de hora en adelante, cuidarte de todo mal-. Se me escapó una lágrima, que el la secó con su pulgar. Y me dio un beso en la frente. -Debo llamar al doctor, ahora vuelvo-. Me dijo mientras volvía a depositar un beso en mi frente y otro en mis labios. Y se fue.

Cerré un momento mis ojos en lo que él regresaba. Se abre la puerta.

-¿Como se siente señorita Janner?-. Me preguntó el doctor.

-Me siento bien, me duele un poco la cabeza, pero fuera de eso, estoy bien-.

-Eso parece, le tenemos que hacer un chequeo de rutina y si sale todo bien usted se podrá ir hoy en la tarde-. Sólo asenti y el doctor se fue, dejándome a mi y a Daniel.

-Dan, ¿Tu estas bien?-.

-Claro, aunque pienso que el idiota no está bien-. Me dijo haciendo una mueca. -¿No te hizo nada?-. Me pregunto con cierto toque de preocupación.

-No, llegaste en el momento indicado, siempre lo haces-. Le mostré una sonrisa tímida. -Ahora que lo pienso, ¿Que hacías ahí, no se supone que estabas en la escuela?-. Si él estudia en la Universidad de aquí, le habían dado una beca en Estado Unidos, pero la rechazó por quedarse conmigo.

-Pasaba por ahí-. Me dijo con cierto tono nervioso. Sólo entre cerre los ojos haciéndole saber que no le creía. -Esta bien, es que sentía un presentimiento de que algo malo iba a pasar, pero lo ignore, y estuve así toda la mañana, y el presentimiento seguía ahí, ya iba para mi casa y iba distraído y para cuando me di cuenta ya estaba aquí, a su que sólo supe que tenía que ver contigo-.

-Gracias-. Le Di un beso en la mejilla.

***

Hacia las 7:30 pm, ya estaba en mi casa, y Daniel me vino a dejar.

-Princesa, ¿Quieres hacer algo?-. Si quería hacer algo.

-Quiero dormir, pero quiero que te quedes conmigo-. No puso resistencia.

-Sus deseos son ordenes-. Hizo una pequeña reverencia y cayendo menos lo espere me tenía en sus brazos.

Subimos a mi habitación. Me deposito en mi cama y me Di un beso en mi frente.

-¿No tienes hambre?-. Ahora que lo pienso si tenía.

-Sip tengo mucha hambre-. Y si la tenía. Nose como Mierda no me di cuenta de que mi estómago pedía a gritos comida. Me iba a levantar, pero el me detuvo.

-El doctor dijo que descansarás, yo te preparo algo-. Sólo asenti, me encanta cuando el cocina. -¿Algo en especial?-. Negué con la cabeza.

-Preparame lo que quieras-. Le sonreí, me devolví la sonrisa y se fue. Me pesaban los ojos, así que sólo los cerré y no se en que momento me quedé dormida.

Él. Ángel. Me atacaba, me estaba golpeando, me agarró del brazo y me empezó a sacudir. Como pude le Di una bofetada.
-¡SUELTAME POR FAVOR!-. Le imploraba.

-¡Mierda!-. Escuche una voz que sabía que no era la de Ángel, y abrí los ojos.

-¡DEJAME!-.

-¡¿Astrid que tienes?!-. Sólo es Daniel. No le contesté sólo me  lancé a abrazarlo. -Tranquila estoy aquí-. Me decía mientras frotaba mi espalda tratando de calmarme.

-Me las...lastimaba, me qu...quería hacer da...daño-. Le dije llorando. No me había dado cuenta de que estaba llorando.

-¿Quien princesa?-.

-Él, An...gel, Ángel-. Dije aun llorando.

-Tranquila, no dejaré que ese hijo de puta te haga algo, siempre estaré contigo-. Y él seguí frotando mi espalda hasta que mi respiración se normalizo.
-¿Estas mejor?-. Sólo asenti. De repente vi que se frotaba la mejilla cuando me dejo de abrazar. Estaba roja. Sólo frunci el ceño. Él se dio cuenta. -No te preocupes no es nada-.

-¿Como te lo hiciste?-.

-¿Enserio quieres saber como me lo hice?-. Me pregunto con cierto tono nervioso. Sólo asenti. -Bueno, tu me pegaste-. ¡Mierda! ¡Yo lo golpee!

-¿Encerio?-. Le pregunte. Él sólo asintió. -¿Cómo lo hice?-.

-Bueno, supongo que fue un autoreflejo, ya que cuando entre con tu cena, te vi removiendote en la cama, estabas sudando así pues supe que algo no estaba bien, traté de despertarte y me golpeaste, aunque pensé que fue por que lo hice, pero con lo que me acabas de decir me Di cuenta que estaba equivocado-.

-Lo siento Dan, no quería hacerlo, pensé que me haría daño-. Y volví a llorar. Él sólo me abrazó. Estuvimos así por Nose cuanto tiempo, hasta que un gruñido me hizo separarme de él. ¡Ja! Tenía hambre. -Dan-. Lo llame.

-¿Que paso-.

-Tengo hambre-. Me sonroje. Él Sólo soltó una carcajada.

-Bueno, pues que casualidad yo hice unos hotcakes y un licuado de avena con fresa-. ¡Mierda! ¡Amo a este individuo!

-Te amo Christopher-. Le dije dándole un beso.

-Yo Te amo más Aylin-. Me dijo él cuando nos separamos de ese beso lleno de promesas y amor.

If i knewDonde viven las historias. Descúbrelo ahora