Capítulo 10.

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¡No puedo creer que sea tan estúpida de olvidar nuestro aniversario otra vez!

-Enserio no se como lo pude olvidar otra vez, tenía un recordatorio en mi celular, no se que fue lo que paso-.

-Princesa no te preocupes, sabes que no me importa, de todos modos el que no recuerdes nuestro aniversario me da la oportunidad de sorprenderte-. Si tiene razón, aunque eso no quita que este enojada con él por no hablarme.

-Por cierto, ¿Por que no me has contestado el celular?-. Él sólo se movió algo nervioso.

-Es que si hablaba contigo arruinaria la sorpresa-. Sólo abrió mucho los ojos y tapó su cara. -Vez te lo acabo de decir, pero ya que sabes vámonos, hay algo que quiero enseñarte-. Me tomo de la mano y me llevo a sí coche.

-¿A donde vamos?-. Nose porque tenía miedo.

-Sorpesa pequeña, no tardaremos mucho, tu tranquila-.

***

Nos detuvimos en un bonito restaurante, se veía elegante, lo bueno que supe elegir bien mi ropa.

Daniel bajo de su coche y lo rodeó para abrirme la puerta. Me tomo de la mano y nos dirigimos hacia dentro, había un camarero en la entrada.

-¿Él señor y la señora Acuña?-. Y le guiño el ojo a Daniel. Wow eso fue raro.

-Si, somos nosotros-. Le respondió Daniel. Yo sólo levanté una ceja y él se encogió de hombros.

-Bueno señores, si gustan seguirme-. Y seguimos al camarero.

Pasamos por varias mesas, pero al parecer ninguna era la nuestra, y el camarero se dirigió a una escalera que subimos, no sabía que este restaurante tuviera un segundo piso como restaurante, aunque pensándolo bien, el restaurante no tiene segundo piso.

-Su mesa-. Estábamos en la azotea. Nos señala el camarero una mesa para dos personas, con unas velas encendidas solamente, se veía todo Madrid. Era hermoso.
Ahora que lo recuerdo, una vez le dije a Daniel que me gustaría cenar bajo las estrellas.

-Te acordaste-. No fue una pregunta, fue una afirmación. Me lleve una mano a la boca. Estaba al borde del llanto, ya que eso se lo había dicho cuando empezamos a ser novios. No puedo creer que se haya acordado de eso.

-Si, siempre quise hacer esto, pero por algo nunca lo pude llevar a cabo-. Bajo la cabeza. Si recuerdo todos nuestros aniversarios. -Hasta ahora-. Terminó de decir.

-Gracias, eres el mejor novio del mundo-. Él hizo una mueca, y supe porque. -Y él mejor futuro esposo del mundo-. Y uní nuestros labios en un beso lleno de amor.

***

Después de cenar bajo las estrellas, caminamos un rato y fuimos a su casa.

Le avise a Roberto que dormiria en la casa de Daniel y le dije que si mis papás preguntaban que donde estaba le dijera que estaba en casa de Karla. Y también le avise a Karla.

A pesar de que nos vamos a casar y llevamos de relación más de un año, a mis papás no les gustaba que me quedará en su casa, por si llegábamos a hacer algo malo, pero si se podía quedar a dormir porque nos vigilaban.

Pero hoy tenía pensado hacer algo.

Le entregaría mi virginidad, ya que nos vamos a casar así que no tendría nada de malo.

Suelo tener ropa mía aquí por si hace falta, él suele prestarme una camisa suya para dormir. Las camisas de él me quedan grandes, me llegan a medio muslo, si muy grades, me tapan el trasero que es lo que importa. Aunque hoy ya no importará eso.

Me voy a cambiar al baño. Me desmaquillo, él siempre tiene cosas para mi en su baño.

Bueno es hora de la acción, hoy pienso dormir sin sujetador para haber si así puedo convencerlo de hacerlo por fin.

Salgo del baño con mis zapatos en una mano y mi ropa en la otra y las dejó en una silla que esta en una esquina.

Daniel está en boxer en su cama leyendo un libro. Me acerco para saber que es lo que esta leyendo, y al ver me quedo impactada. ¡ESTA LEYENDO CINCUENTA SOMBRAS DE GREY! Wow, esto es nuevo, ya lo eh leído varias veces, pero que él lo esté leyendo se me hace raro.

Él levanta su vista de la lectura y me sonríe, deja a un lado el libro y palmea la cama invitandome a que acueste con él.

No pienso decir nada, realmente no quiero decir nada.

Estoy subiendo a la cama y, se me ocurre una idea. En vez de sentarme a su lado se siento a horcadas encima de él y lo besó.
Él sorprendido por mi arrebato no responde al principio, pero luego lo responde.

El beso primero está lleno de amor, luego se está tornando apasionado, lleno de deseo.

Él se quiere separar, pero yo no lo dejó. Él se sorprende, pero luego lo animo a continuar, poniendo sus manos en mi cintura, mientras yo juego con el elástico de su boxer.

Él primero se tensa, pero al parecer sabe que es lo que quiero, porque de un momento a otro estoy debajo de él, el no dice nada, se separa de mi para ver mi reacción ante lo que acaba de hacer. Yo sólo le sonrió y asiento para saber que si estoy lista.

No necesitó más que ese asentimiento porque empezó a besar mi cuello y a dar pequeños mordiscos a mi mandíbula, mientras iba bajando.

Él agarró el borde de mi camisa y la levantó poco a poco, supe que es lo que quería hacer, así que con todo el valor que tenía levante los brazos para que pudiera quitarme la camisa. Y lo hizo, él sólo me observaba, y yo sólo me ruborize bajo su atenta mirada. Él sólo río.

De repente siento su boca en uno de mis pechos. Un escalofrío me recorre por el cuerpo, y luego su lengua empieza hacer círculos alrededor de mi pecho. Gimo, no lo puedo evitar. Es tanto el placer que me hace sentir. Y luego deja mi pecho y se dirige al otro.

Sus manos recorren mi piel desnuda y se paran en el elástico de mis bragas. Me tenso y él se da cuenta.

-Princesa, si no quieres hacerlo podemos parar, todavía estamos a tiempo-. Y la mirada de deseo que tenía hace dos minutos ya no está, fue reemplazada por una mirada llena de preocupación y de amor.

-No bebé, estoy bien, quiero hacerlo no te preocupes-. Él no parece muy convencido. Así que lo besó y empiezo a jugar con el elástico de su boxer y lo empiezo a bajar, él sólo ríe por mi intento fallido de querer bajarle el boxer.

Se separa de mi y se lo baja y lo tira a algún lado de la habitación, dejando al aire una gran erección. No pude evitar sonrojarme al verlo, él sólo se rió por eso. Y sin previo aviso bajo mis bragas, dejándome completamente desnuda ante él.

-Eres hermosa Aylin-. Me dijo mientras empezaba a besarme.
Colocó su erección en mi entrada. -¿Lista?-. Me pregunto, yo sólo asenti.

Y empezó a entra en mi. ¡MIERDA! Dolía como un demonio, estuvo así un rato y yo sólo me quejaba. Enserio esto dolía demasiado.

Y dio una última embestida para entrar poder entrar completamente en mi. Estuvo un rato sin hacer nada, para que pudiera acoplarme a su erección.
Y se empezó a mover, primero me quejaba del dolor, pero luego empezaba a sentir un placer enorme. Dios este hombre me estaba haciendo el amor.

No era brusco conmigo, era hermoso estar haciendo esto.

Después de 40 minutos nos corrimos en un gran orgasmo.

Sin duda, esto tendría que repetirlo con él.

Luego de haber acabado me recoste en su pecho y me empeze a quedarme dormida.

-Te amo Astrid-.

-Yo también te amo Daniel-. Fue lo último que dije antes de quedarme dormida.

If i knewDonde viven las historias. Descúbrelo ahora