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Jeongyeon simplemente continuó escuchando a la mayor desahogarse. La dejó hablar hasta que terminó llorando y se acurrucó contra ella hecha bolita.

La menor solamente se limitó a abrazarla y acariciar su espalda en silencio, no había dicho nada desde que Nayeon comenzó a desahogarse.

Entonces en medio del llanto la mayor volvió a hablar.

—Me quiero morir— Soltó llorando —Ya no soporto vivir sin él, quiero morirme.

—Yo también— Jeongyeon finalmente habló —Quiero morirme también— Soltó con la mirada perdida.

Y Nayeon levantó la mirada hacia Jeongyeon, no podía creer lo que escuchaba, creía que Jeongyeon ya había superado todo esto y ahora era feliz.

—¿Qué?— Preguntó Nayeon confundida.

—Lo que oíste, les he mentido a todas todo este tiempo, no he superado nada y sigo llorando cada noche.

—Pero...

—Soy una farsa, confiaron en la persona menos indicada— Jeongyeon la interrumpió y finalmente comenzó a llorar.

—Oye, no digas eso, has ayudado a mucha gente, no eres ninguna farsa— Nayeon trató de convencerla.

—Pero no me he ayudado a mí misma— Continuó llorando —Y no sé si pueda ayudarte a tí cuando estás pasando por lo mismo que yo.

—Ya lo hiciste— Nayeon aseguró.

—Pero acabas de decir que no soportas vivir sin él.

—Lo sé, aún no lo he superado, pero me ayudaste a volver a sonreír a pesar de que no lo creía posible, tú me ayudaste mucho, Yoo Jeongyeon.

Y ante esto la menor sintió su corazón palpitar con emoción.

Entonces simplemente guardó silencio e intentó calmar sus sollozos sintiendose más tranquila a causa de las palabras de Nayeon.

Ahora Nayeon parecía ser la consejera.

Estonces solamente permanecieron abrazadas mientras regulaban su respiración a causa del reciente llanto.

—Le prometí que volvería a ser feliz— Nayeon rompió el silencio cuando finalmente estuvieron tranquilas —Le prometí que encontraría a alguien más y formaría la familia que siempre he querido, pero creo que le mentí porque no sé si sea capaz de volver a amar de la manera en la que lo amé a él.

—Yo hice lo mismo— Jeongyeon aseguró.

—¿Mentiste?— Preguntó Nayeon confundida.

—Eso creí, pero ahora me doy cuenta de que solo necesitaba tiempo para poder cumplir mi promesa.

—¿A qué te refieres?

—A que ahora he vuelto a sentir las mariposas que él me hacía sentir, Nayeon, me creo que me estoy volviendo a enamorar— Jeongyeon confesó con una pequeña sonrisa.

Pero Nayeon no la correspondió, pues inexplicablemente había sentido una punzada directo a su corazón.

—Eso es bueno— Ella respondió sin ganas.

Pues sin darse cuenta ella estaba celosa, sin embargo, no podía comprender ese extraño sentimiento, así que simplemente lo dejó pasar y animó a Jeongyeon a sentirse mejor.

—Creo que sí, pero aún tengo miedo de volver a sentir algo tan fuerte y volver a perderlo— Ella confesó.

Y Nayeon entendió eso, pues ella también tenía el mismo miedo.

—Yo también tengo miedo de esas cosas, es por eso que no sé si pueda cumplir la promesa que le hice antes de dejarlo ir— La mayor soltó con total sinceridad.

—Esto en una mierda— Jeongyeon respondió tomando un poco más de soju.

Pero Nayeon temió por ella y alejó de su alcance el resto de botellas para ayudarla a subir al sofá y continuar abrazadas de forma más cómoda.

Estuvieron un rato simplemente acariciándose mutuamente intentando reconfortarse mediante sus delicados toques cuando de pronto cruzaron miradas y permanecieron unos segundos mirándose fijamente.

Ojos llorozos y llenos de lágrimas fue todo lo que se notaba además de las ojeras que habían debajo de estos, sin embargo había un pequeño brillo que solo aparecía cuando estaban juntas y que por desgracia eran demasiado despistadas para notar.

Por un momento Nayeon pensó que había sido mala idea beber demasiado, pues de alguna manera estaba mirando a Jeongyeon de una forma diferente.

Mentiría si dijera que no había notado lo suaves que lucían los labios de la contraria quien parecía que se había acercado un poco más a ella.

Y sí, Jeongyeon había comenzado a acercar su rostro al de la contraria, pues el alcohol en su sistema la impulsaba a actuar sin filtros, simplemente buscando cumplir eso que tanto deseaba. Y Nayeon cerró los ojos para continuar acercándose dispuesta a besarla cuando notó las intenciones de Jeongyeon, pues esta también había cerrado los ojos.

Pero de momento Nayeon abrió los ojos justo antes de juntar sus labios con los de Jeongyeon y miró detrás de ella una foto con su esposo el día de su boda.

Entonces se detuvo y se alejó de la contraria antes de que pudieran besarse.

—Creo que deberías irte, estoy algo cansada— Nayeon puso cualquier excusa levantándose del sofá para caminar con dirección a la puerta en espera de la menor.

Y Jeongyeon sintió su corazón quebrarse.

Creía que Nayeon iba a corresponder sus sentimientos, pero ahora se daba cuenta de que solamente fue una broma pesada de su mente necesitada.

Entonces se levantó del sofá y fue hasta la puerta en donde Nayeon la esperaba para despedirla.

Y sin más, salió en silencio escuchando la puerta cerrarse detrás de ella sin siquiera tener la oportunidadde despedirse correctamente.

Inevitablemente un nudo se formó en su garganta y sin poder retenerlo las lágrimas resbalaron por sus mejillas.

Estuvo llorando todo el camino de regreso a casa, ella no quería enojar a Nayeon ni mucho menos volver las cosas incómodas entre ellas cuando Nayeon era la única con la que se sentía libre y tranquila.

Desafortunadamente la mayor no tuvo la valentía suficiente para explicarle a Jeongyeon que también se sentía atraída por ella, pues tenía miedo de volver a vivir la misma experiencia que tanto la había lastimado, y lo único que pudo hacer fue desaparecer de su radar.

Esa misma noche Nayeon la bloqueó de todas sus redes sociales y no volvió al club por los siguientes días.

Ella se sentía culpable por alejarse sin explicaciones, por supuesto que lo hacía, pero se sentía más culpable por amar a Jeongyeon, porque con el paso del tiempo había desarrollado fuertes sentimientos por ella que no eran su intención sentir después de todo lo que había vivido.

Pero claramente eso Jeongyeon no lo entendía, ella solamente se recriminaba por haber abierto su corazón esa última noche que estuvo con Nayeon.

EL CLUB DE SUPERACIÓN || 2YEONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora