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Con el paso de los días Jeongyeon comenzó a notar algo inusual en cuanto a su relación con Nayeon, cuando estaban frente a los demás y no podían actuar de esa forma cariñosa que habían adoptado, la mayor le hablaba por su nombre y se refería a ella directamente, sin embargo, cuando estaban solas, Nayeon nunca decía su nombre, ni siquiera sus pronombres y la mayoría del tiempo se la pasaba besándola o durmiendo casi como si no quisiera verla a la cara.

La menor tenía sus sospechas, ella creía saber la razón del porqué Nayeon se portaba así con ella, pero, se negaba a aceptarlo, Nayeon en verdad le gustaba mucho y no quería montar un escándalo solamente por sus inseguridades.

Definitivamente dolió verla colocando el perfume de su esposo en las camisas de este que ahora eran las que Jeongyeon utilizaba cuando pasaba las noches en la casa de Nayeon, pero, se seguía negando a reclamar algo, porque después de todo ella solo era una simple aprovechada que sabía del dolor por el que Nayeon pasaba, pero era demasiado egoísta para hacer algo al respecto y solamente usaba eso a su favor para poder estar con Nayeon, quien había sido un blanco fácil para Jeongyeon en busca de llenar el vacío que sentía.

En el fondo ambas sabían que solo se estaban lastimando, pero no querían aceptarlo.

Al menos no por el momento.

Pero, a pesar de todo el empeño que Jeongyeon estaba haciendo por no reclamar nada, fue simplemente el colmo escuchar el nombre de Junghoo salir de los labios de Nayeon cuando era ella quien la estaba besando.

Fue un simple suspiro que pudo pasar desapercibido, pero comenzó a ser repetitivo, como si Nayeon se hubiera cansado de fingir que no pensaba en alguien más cuando Jeongyeon la besaba.

—Junghoo~ jung— Nayeon continuó repitiendo.

—¡¿Qué carajos?!— Jeongyeon finalmente se artó y se apartó del cuello de Nayeon —¡Él no está aquí! ¡Soy yo quien está aquí!— Soltó enojada después de tanto esconder su frustración.

—¿Y qué? ¡¿Crees que no sé lo que estás haciendo?!— Nayeon la confrontó levantándose del regazo de la menor.

—¿De qué hablas?— Jeongyeon preguntó confundida.

—Tú solo eres una maldita aprovechada, ¡Me dí cuenta desde el primer momento que intentaste besarme! ¡¿Por qué nunca me diste consuelo y solo buscabas acostarte conmigo?!

—¿De qué mierda hablas?— Jeongyeon había comenzado a preocuparse.

—Todo esto— Nayeon señaló a ambas —¡No finjas que todo este tiempo no intentaste llevarme a la cama! ¡Mientras yo lloraba lo único que tú querías era acostarte conmigo!— Nayeon comenzó a llorar —Pero, ¿Sabes por qué nunca he llegado tan lejos? ¡Porque tú no eres un hombre, tú no eres mí hombre y sé que si lo intentábamos jamás podrías hacerme sentir como él!

Definitivamente eso había dolido.

—Maldita mal agradecida— Jeongyeon se levantó del sofá para encarar a Nayeon —¡¿Así es como me pagas?!— Ella gritó molesta a la cara de Nayeon —¿Eso es lo que haces por mí después de todo lo que yo hice por tí? ¡Contéstame, carajo!— La tomó por los hombros para sacudirla —Yo solo quería ayudarte, sabía que lo necesitabas, pero esto fue el colmo— Jeongyeon se quitó la camiseta a cuadros que Nayeon le había dado, y se la arrojó en la cara.

Era de su difunto esposo y estaba llena del perfume de este.

Entonces Jeongyeon tomó sus cosas y arregló su ropa antes de abandonar la casa de Nayeon dando un portazo.

Y justo en el momento en que la puerta se cerró Nayeon cayó sobre sus rodillas mientras rompía en llanto.

Por otro lado mientras Jeongyeon salía del edificio en el que Nayeon vivía recibió una llamada de Chaeyoung, entonces se secó las lágrimas que caían por sus mejillas antes de atender.

—¡¿Qué?!— Fue lo único que atinó a responder cuando escuchó aquella noticia.

Por un momento olvidó sus problemas personales solo para correr tan rápido como pudo con dirección al hospital que le habían señalado.

No podía ser cierto, no podía ser ella, no en este momento.

Entonces al llegar entró a prisas reportándose como familiar de la menor, aunque claro, solo era una mentira, Chaeyoung prácticamente no tenía familia.

Y al llegar hasta la habitación en donde Chaeyoung se encontraba sintió el mundo derrumbarse.

Entonces lloró y se lanzó al cuerpo inconsciente de la menor como si aquello pudiera despertarla.

—¡Chaeyoung, no!— Gritó mientras lloraba —¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¡Chaeyoung!— continuó llorando mientras se aferraba a la menor.

Pero por más que lloró Chaeyoung no despertó, y aunque Jeongyeon sabía que nada cambiaría ella permaneció ahí por un par de horas hasta que una enfermera entró a la habitación.

—Supongo que ya le dieron el diagnóstico completo— La enfermera le habló a Jeongyeon mientras cambiaba el suero de Chaeyoung.

—En realidad no, solo me dijeron que estaba aquí por sobredosis— Jeongyeon respondió con la mirada perdida.

—Sí, la señorita Son fue traída esta mañana luego de que su hermano menor llamara a emergencias al encontrarla inconsciente en su habitación, consumió muchas pastillas para el insomnio y acabó en coma por eso, lamento informarle de esta forma, pero, sería un milagro que ella despierte— Informó la enfermera ahora de pie frente a Jeong.

—¿Y su hermano? ¿Dónde está él ahora?— Preguntó preocupada, pues sabía que la única familia que le quedaba a la joven coreana era su hermano menor.

—Él está en el área infantil, algunos enfermeros se encargaron de entretenerlo, ya comió, pero, hasta el momento ningún familiar ha venido a recogerlo, intentamos contactar a la familia de la paciente, pero no encontramos el contacto de su padre en su celular y su madre no nos contestó, el único familiar en su teléfono era usted— Respondió la enfermera confundiendo a Jeongyeon.

—¿Puedo tener su teléfono?— Jeongyeon preguntó recibiendo un asentimiento de parte de la enfermera, quien sacó el celular de la menor de un cajón y con la huella dactilar de Chaeyoung lo desbloqueó antes de entregarselo.

Y todo cobró sentido para Jeongyeon al revisar sus contactos.

Solo tenía 7 contactos, Sana y Tzuyu, dos amigas más, su madre que recientemente había fallecido, su hermano y finalmente el de Jeongyeon, quien estaba agendada como "Unnie".

Casi rompe en llanto al darse cuenta de lo sola que estaba la menor y entonces decidió que no la iba a abandonar, tal vez no eran familiares de sangre, pero, ella era su hermana mayor, Chaeyoung le había dado el privilegio de llamarse así.

Entonces volvió a bloquear el teléfono para meterlo al cajón en donde estaba y tomó una rápida, pero, sabia decisión.

—El niño vendrá conmigo, gracias por cuidarlo toda la mañana— Agradeció con una pronunciada reverencia y salió de aquella habitación en busca del hermano de Chaeyoung.

No fue difícil encontrarlo, era el único niño jugando con enfermeros en el área, entonces se notificó como hermana de Chaeyoung y después de unas cuantas firmas pudo ir a casa junto al menor.


Maratón 1/?

EL CLUB DE SUPERACIÓN || 2YEONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora