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Afortunadamente esa misma noche Mina aceptó ir a cuidar de Chaeyoung, vivía sola así que no tuvo problema alguno con salir de casa por la madrugada para ir al hospital que Jeongyeon le había comentado.

Solo necesitó un poco de ayuda para encontrar la habitación de Chaeyoung, pero por suerte las enfermeras habían sido muy amables.

Sin embargo, no todo era bueno para la pequeña coreana, porque a la mañana siguiente a pesar de que Jeongyeon fue hasta el lugar en donde la menor trabajaba para contarles lo que había ocurrido con ella, los encargados se negaron rotundamente a ayudarla, aunque Jeongyeon había llevado papeles y facturas del hospital en donde Chaeyoung se encontraba ingresada, aquellos hombres afirmaron que su seguro no podía hacer nada por ella y por el contrario le entregaron la carta de liquidación de Chaeyoung sin siquiera darle un centavo.

Jeongyeon no era abogada, ni siquiera estaba cerca de serlo, pero sabía que todo lo que la empresa de Chaeyoung había hecho era completamente ilegal, el seguro debía cubrir absolutamente todos los gastos, no podían despedirla sin decirle a ella directamente y al menos debían darle un bono de liquidación, pero no habían respetado nada de eso y Jeongyeon realmente se sentía molesta.

Pero ella tampoco podía hacer mucho para intervenir, no podía gastar tanto dinero en una demanda hacia una empresa que podía aplastarlas en segundos, y tampoco podía demandar cuando Chaeyoung, la afectada directa, ni siquiera estaba consiente, así que simplemente se aguantó el corage y regresó a casa.

Ella tampoco tenía una economía privilegiada, pero estaba cómoda, así que iba a ayudar con los gastos médicos aunque tuviera que limitar un poco sus propios gastos, Chaeyoung era su hermanita menor de otra madre, así que su deber era ayudarla.

Mientras tanto en el hospital, Mina se encontraba haciendo una pequeña rutina de skincare en el rostro de Chaeyoung, pues al estar dormida ella no podía hacerlo por sí misma, pero su piel necesitaba seguir siendo cuidada, así que la japonesa compró algunas cremas por la mañana para usarlas en Chaeyoung mientras estuviera en coma.

Además, había faltado ese día al trabajo solo para poder cuidar mejor de ella, no tuvo problema, pues tenía solo algunas citas programadas con pacientes que fácilmente podía cambiar a otros días de la semana y al ser dueña de su propia clínica podía dejar el lugar al cuidado de los otros psicólogos que había contratado.

Este día era para ella y Chaeyoung, iba a descansar un día de su trabajo y ser compañía para la menor.

Por otro lado Nayeon se encontraba sola en casa comiendose las uñas nerviosa mientras pensaba en mil maneras para poder volver a hablar con Jeongyeon, necesitaba disculparse con ella, realmente estaba arrepentida de las cosas que le dijo, pero no sabía cómo remediar su desastre, Jihyo ya la había aconsejado, pero le dijo que ella debía pensar en cómo disculparse por su propia cuenta y Nayeon no tenía ni la menor idea de cómo hacerlo.

Estaba claro que no quería volver a pasar tanto tiempo sin hablarle, pero realmente no sabía cómo acercarse de nuevo después de haberla tratado de esa manera.

Si bien, algunas cosas que dijo eran ciertas ella también tenía culpa, pero simplemente había culpado de todo a Jeongyeon.

Entonces se sintió patética y prefirió esperar un poco.

O eso pensó ella, pues realmente se tomó casi un mes para armarse de valor y arreglar las cosas con ella.

Le mandó un mensaje de texto citándola fuera del club de superación en donde se habían conocido, y a pesar de no estar segura sobre si Jeongyeon llegaría, Nayeon eligió confiar e ir hasta el lugar en espera de la menor, quien simplemente había dejado su mensaje en visto sin siquiera responderle con una reacción.

Pero no era para menos, pues Jeongyeon estaba bastante ocupada resolviendo algunos asuntos en el hospital de Chaeyoung, había pasado un tiempo considerable y la menor no parecía dar indicios de mejorar, a pesar de eso, ella se mantuvo firme con la decisión de esperar un poco más por la joven coreana, aunque realmente había sido difícil, pues debía cubrir los gastos del hospital y atender completamente al hermanito de Chaeyoung, su trabajo como psicóloga no estaba siendo suficiente para todo eso, pero por suerte Mina se ofreció a pagar el hospital de la menor.

Aunque Jeongyeon quiso negarse, Mina insistió en querer hacerlo, pues la situación económica de Jeongyeon no era suficiente para mantener los gastos de Chaeyoung, su hermanito y ella misma, además, Mina consideraba a Chaeyoung una amiga a pesar de no haberla conocido consientemente, pues pasaba la mayor parte del día a su lado en el hospital y se había encariñado con ella que temía que algo malo sucediera y pudiera perderla.

Mina era muy tímida y no solía tener amigos, además, le costaba entablar pláticas con la gente, pero Chaeyoung estaba ahí y Mina podía hablarle de cualquier cosa sin miedo a ser juzgada, tal vez Chaeyoung no estaba consiente, pero Mina se sentía escuchada cuando le hablaba a la menor de cualquier cosa, a pesar de no estar segura si Chaeyoung realmente podía escucharla.

Sin embargo, eso a Mina no le impidió leerle libros y compartir auriculares con sus canciones favorita, incluso le ponía series a Chaeyoung y comentaba ciertas cosas en medio de estas como si Chaeyoung realmente pudiera responderle.

La menor se había vuelto muy especial para Mina y por eso no iba a dejarla morir, no le importaba cuánto tiempo y dinero pudiera costar mantenerla con vida, pero Mina no iba a abandonarla.

Y mientras la joven japonesa le hacía unas trencitas a Chaeyoung y le hablaba de su día, Jeongyeon había llegado a la habitación para llevarle un poco de comida.

—¿Sigues molestando a mi amiga?— Jeongyeon bromeó al ver a Mina tan entusiasmada mientras cuidaba de Chaeyoung.

—No la estoy molestando, solo la estoy peinando— Ella se defendió acabando con el peinado y añadiéndole un adorno que ella misma había tejido para el cabello de Chaeyoung.

—Ya déjala en paz, no es un juguete— Jeongyeon siguió bromeando —¿Qué es esto?— Jeongyeon preguntó levantando un poco la sábana de Chaeyoung y dejando ver un par de calcetines en sus pies que también Mina tejió para ella.

—¡Oye! No veas— La japonesa volvió a tapar los pies de la coreana.

Y Jeongyeon rió ante eso.

—¿Cuántas cosas le has tejido?— Jeongyeon no podía creerlo, Mina parecía adorar a Chaeyoung a pesar de no conocerla realmente.

—Solo esos calcetines y adornos para su cabello— Mina rodó los ojos abriendo el paquete de comida que Jeongyeon trajo para ella, solo para no tener que mirarla a la cara.

—¿Y esas figuras de animalitos?— Jeongyeon señaló algunos animalitos de crochet.

—¡Yah! Déjame en paz, a Chaeng le gusta que haga esas cosas por ella— La menor se defendió.

—¿Cómo sabes que le gusta? Ni siquiera puede hablar.

—En mi mente lo hace— Mina respondió con una sonrisita.

—¿Quién diría que una psicóloga puede estar más loca que todos sus pacientes juntos?— Jeongyeon se burló de ella antes de huír de esa habitación para no recibir los reclamos de su amiga.

Y fue entonces que vió el mensaje de Nayeon.

Sin embargo, no sabía si era una buena idea reunirse con ella, así que no respondió.

EL CLUB DE SUPERACIÓN || 2YEONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora