FINAL

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Esa misma noche Nayeon fue a la cafetería que Jeongyeon le recomendó, pero a pesar de haber pedido un cappuccino de vainilla y acompañarlo con un pastel de chocolate simplemente todo le sabía amargo, tan amargo como el recuerdo de Jeongyeon alejándose de ella.

No pudo acabar lo que ordenó, así que simplemente lo dejó y se retiró de ahí sintiendo las lágrimas volver a empapar su cara.

No volvería jamás a esa cafetería, porque a pesar del cálido ambiente ella no se sentía tranquila ahí, era como si el recuerdo de Jeongyeon estuviera pegado en cada pared de aquella cafetería y ella se sentía abrumada.

Entonces huyó sintiéndose completamente patética y lloró en su cama por el resto de la noche.

No tenía idea de lo que haría ahora, no tenía a nadie más que a Jihyo y sus padres, pero ellos estaban ocupados viviendo sus propias vidas y ella estaba completamente sola y lastimada.

Entonces siguió llorando mientras su mente daba vueltas en la situación que estaba viviendo, estaba sola y había perdido su trabajo desde que su esposo murió y ella se aisló del mundo, que incluso seguramente habría muerto de hambre si no fuera por la pensión de su esposo que Jihyo se encargó de tramitar.

Se odiaba por siempre depender de los demás, quería ser libre e independiente, pero por sí sola no podía hacer nada y en ese momento de dolor incluso maldijo a su esposo por haberla abandonado, maldijo a todos, al cáncer que se lo llevó y al doctor que no pudo salvarlo, y antes de darse cuenta terminó dormida mientras lloraba.

A la mañana siguiente no salió de casa, no tenía razones para hacerlo, así que al despertar llamó a su mejor amiga, necesitaba verla con urgencia y contarle todo lo sucedido.

Entonces Jihyo acudió a su llamado y fue a la casa de su mejor amiga, ella incluso había terminado su jornada laboral cuando Nayeon apenas estaba despertando, así que no tuvo problema alguno con ir a verla.

Al llegar casi pudo jurar que sintió el golpe de depresión solo con entrar a la casa de su mejor amiga, pero después de escuchar su relato entendió con facilidad a qué se debía.

Jeongyeon por su parte esperó toda la mañana en la cafetería que le había recomendado a Nayeon, tenía la esperanza de encontrarla ahí y conocerla de nuevo como si todo lo anterior hubiese sido una simple ilusión, pero por más que esperó, Nayeon nunca llegó.

Entonces se dió por vencida y salió de ahí cuando era casi la hora de ir al club de superación.

Cumplió con su trabajo aconsejando a las personas de ahí, pero mientras lo hacía notó que no quedaba ninguna de las chicas que conformaban el grupo anterior, entonces se entristeció, porque lo último que supo de todas ellas fueron malas noticias, solo esperaba que Sana y Tzuyu se encontraran bien, porque Chaeyoung y Nayeon definitivamente no lo estaban.

Al terminar su jornada regresó a la cafetería en la que se pasó todo el día, pero nuevamente no encontró indicios de que Nayeon estuviera ahí, así que resignada simplemente ordenó un par de cafés y panes dulces para compartir con Mina, quien como cada noche seguramente ya estaba acompañando a Chaeyoung en el hospital.

Al llegar no pudo evitar soltar una risa cuando entró y vio a Mina pasando una GuaSha en el rostro de Chaeyoung mientras le hablaba de su día en el trabajo.

—Por favor, suéltala— Bromeó Jeongyeon acercándose a Mina para apartarla de Chaeyoung.

—Interrumpiste su rutina de masajes— Mina puchereó dejando la GuaSha en la mesita de Chaeyoung para tomar la bolsa que Jeongyeon trajo y sacar uno de los cafés.

—¿Qué harás cuando despierte?— Jeongyeon preguntó a modo de broma haciendo referencia a que Chaeyoung dormida parecía un entretenimiento para Mina.

EL CLUB DE SUPERACIÓN || 2YEONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora