Cuando Alyssa nació sus hermanos ya eran considerados adultos. Tenía tres años cuando Laenor se casó con la princesa Rhaenyra, por lo que no tenía ningún recuerdo de él en Marcaderiva. Con Laena fue diferente, porque la pequeña sirvió de entrenamiento para su hermana. Pasaba el rato con ella, entreteniéndola para que su madre pudiera descansar. La llevaba a pasear por la playa e intentaba evitar que Alyssa acabará metida en el agua, a menudo sin éxito. Trenzaba sus largos cabellos por las noches y le contaba historias de poderosas mujeres de la antigua Valyria antes de irse a dormir. Pero todo eso cambió cuando cumplió los cinco años, Laena fue prometida con el primo de su madre, Daemon, y también se fue de la isla.Desde entonces solo habían sido su madre, su padre y ella en el castillo. Al principio echó de menos a su hermana, todo lo que podía hacerlo una niña de esa edad. Siempre preguntaba donde estaba y su madre siempre contestaba lo mismo: "Ella está formando su propia familia". Y con los años la pregunta se acabó convirtiendo en "¿Qué tal está Laena?". La relación con sus hermanos se enfrió, ellos se dedicaron a su prole y Alyssa se dedicó a ser una niña.
Huía de su septa cuando su madre la encontró y le dio la gran noticia de que había sido tía por segunda vez. Rhaenyra había tenido un hijo llamado Lucerys. No entendía lo que significaba ser tía en esa época, pero creció creyendo que a la familia había que protegerla. Con los primeros sobrinos vinieron los demás, y se vio rodeada de niños que no conocía, hasta que las malas noticias llegaron a la familia.
Las aguas se agitaron cuando la niña se tiró de cabeza. El maestre del castillo había encontrado un libro sobre medicina de su predecesor, que hablaba sobre los efectos curativos de algunos corales. Éste le había pedido sin consultarle a sus padres, que le trajera algunos sabiendo que la niña no se negaría a "una aventura en el mar".
Con la hoja del cuchillo que un día Brego le regaló, Alyssa buceaba hasta las rocas llenas de corales blancos. Con maestría cortó un par de ellos y los metió en la bolsa que llevaba atada a la cintura. Sonrió al ver la silueta de Fauces, que perseguía un par de peces por la superficie.
Le encantaba la sensación de estar bajo el agua, sentir cómo se volvía ligera como una pluma, su pelo flotando a su alrededor y cómo sus pulmones quemaban por la falta de aire. Apenas recordaba lo difícil que se le había hecho aguantar la respiración, pues ahora le era tan fácil como andar. No sabía cuánto tiempo podía durar, pero se ahogaba más fácilmente corriendo que buceando.Siguió su camino dirigiéndose a otra roca , cuando una sombra gigante oscureció el sol, confundida miró hacia arriba. Un dragón monstruoso sobrevolaba el cielo seguido de otros dos más pequeños. El agua amortiguó un rugido cuando se impulsó para salir a la superficie.
Emergió tomando una bocanada de aire, vio como los guivernos sobrevolaban el castillo de sus padres.- ¿Vhagar?- se preguntó a sí misma cuando vio a la dragona de su hermana, aterrizar en el prado cerca de la playa.
Con un silbido llamó a Fauces y ambos nadaron hacia el bote, primero subió ella y luego ayudó al perro entre quejidos. Remó con fuerza hacia la orilla: tenía tanta prisa que se olvidó los zapatos en la barca y cruzó el prado soltando al aire todo un repertorio de maldiciones, que había aprendido de los marineros. A lo lejos vio al reptil, pero ni rastro de ella, por lo que apretó el paso. "Si Vhagar estaba allí. Eso significaba que Laena se encontraba en Marcaderiva." "Si Vaghar estaba allí. Significaba que su hermana no se había olvidado de ella y había venido a visitarla después de cinco años."
Jadeando y seguida por Fauces alcanzó el salón de los nueve, pero se paró en seco ante lo que se encontró en la habitación. Su padre miraba el fuego consternado, lágrimas corrían por las mejillas de su madre mientras abrazaba un fardo en el suelo. Un hombre arrullaba a dos niñas de pelo platinado.
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HATE ME (Aemond Targaryen)
Fantasy#ElysianContest #CheryllsAwards #CoronaAwards2024 #dyjawards24 *** Nadie pensó que quedaría en cinta una tercera vez. Tiempos convulsos eran aquellos, para quedarse embarazada. Pero quién habría pensado que en una visita a los peldaños de piedra, pa...