White Rose (sin editar)

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Advertencia este capitulo esta corregido pero sin editar, si quieres seguir leyendo, te advierto de que puede tener fallos.

***

La princesa Helaena se encontraba en sus aposentos bordando, junto a ella una criada entretenía a sus mellizos. Se había refugiado entre los hilos y las agujas para evitar pensar en lo que había soñado. La araña se iba formando puntada tras puntada. Las imágenes de aquel monstruo destruyendo las tablas del suelo, no paraba de asustarla. Tras la madera una ola gigante la arrollaba impidiéndole salir a la superficie. La colisión de ola tras ola la hacía sumergirse más en el fondo de la habitación. La corriente le transportaba por lugares que le eran imposibles de distinguir. Se vio expulsada dentro del salón del trono, las puertas estaban abiertas de par en par y el agua llegaba hasta el techo. En el fondo los ciudadanos nadaban tranquilos y felices como si el agua no les importará, al contrario les agradaba tenerla a su alrededor. Estos nadaban alrededor de una mujer, a la cual pudo distinguir pese a su avanzada edad. Una vieja Alyssa con arrugas marcadas en su rostro, se quitaba la corona y la colocaba sobre un joven rubio de tez pálida. A su lado una joven igual a su prima le sonreía mientras le daba la mano. El azul predominaba por todas partes, comenzó a subir a la superficie cuando los pulmones comenzaron a quemarle. Pero lo que se encontró en el techo la hizo despertarse alterada. Los cadáveres de sus familiares flotaban ahí, ya fueran verdes o negros, pudo ver a Aegon totalmente desfigurado y como Aemond estaba clavado a la pared con una espada que atravesando su ojo malo. Le había costado volver en sí cuando se despertó. Las fuertes puntadas le pinchaban los dedos, y no pudo evitar mirarse aquel vestido verde que llevaba. No sabia de donde vino el siguiente pensamiento, pero deseo vestir un vestido en aquellos tonos azules tan bonitos que portaba Alyssa.

- Es nuestro sino desear siempre lo que tiene el prójimo. Cuando alguien posee algo los demás quieren quitárselo- dijo con voz dulce.

- Si princesa- le dio la razón su criada


Ambas se sobresaltaron al ver entrar a la Reina y la mano del Rey tan apurados, parecían buscar algo, pero se decepcionaron al no encontrarlo allí. Por un segundo las imágenes volvieron a saturarla, el cuerpo decapitado de su abuelo le quemó la retina, evadiéndola de la realidad.

- ¿Dónde está Aegon?- Le preguntó su madre, con voz inquisitoria.

- Aquí no está - dijo ella encogiéndose de hombros

- Tampoco en sus aposentos- se quejo Sir Otto.

- ¡Padre!

Las tres mujeres vieron como el hombre salía enfadado del cuarto. La reina dirigió una mirada a la criada, esta no estaba invitada en la conversación. Con rapidez la doncella se disculpó y se llevó a los niños del lugar, dejando a madre e hija solas.

- ¿Qué ha pasado? - Preguntó la joven algo preocupada, aunque muy en el fondo sabía lo que estaba ocurriendo. Pues ya lo había vivido hace mucho tiempo en sueños.

- Tu padre...- comenzó la reina. Pero aquellas palabras desencadenaron un torbellino de imágenes y sentimientos inconexos en su hija.

- Hay una vestías bajo las tablas - bramo la princesa con rabia.

- Mi dulce niña - Helaena se apartó ante el tacto de su madre, no quería ver su muerte.


Pero era demasiado tarde, el cuerpo de ésta flotaba plácidamente sobre la superficie. Tenía ronchas como si hubiera muerto por alguna enfermedad. Cerró los ojos con fuerza, el azul se arremolino ante sus ojos al punto de llegar a marearla. Aún despierta podía sentir el bamboleo del agua.

HATE ME (Aemond Targaryen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora