All is Found

1K 90 17
                                    




Alyssa abrió la puerta del cuarto que un día perteneció a su hermano. Era bastante simirar al suyo: columnas altas, grande cristaleras y una cama inmensa con dosel de color azul. Al igual que Baela y Rhaela los niños tendrían que compartir cama.

- Pues aquí es- dijo desde la puerta- si necesitáis ayuda mi cuarto es ese de ahí.

- Gracias, tía.- Dijo el mayor.

- Alyssa, llamarme Alyssa- dijo mientras se rascaba la cabeza- es raro que me llamen tia cuando casi somos de la misma edad.

- Yo soy Jacaerys y él es mi hermano Lucerys- dijo presentándose.

-Encantada.


Era un poco violento conocer así a la familia. Desde que Laena se casó, siempre habían sido, su madre, su padre y ella. Su tío Vaemond no le caía bien, así que no contaba. Aun siendo una niña, siempre había escuchado comentarios despectivos hacia ella, por su parte. Rhaenys decía que eran los celos, ya que por mucho Lord, noble o hermano del señor de las tierras que fuera, Alyssa siempre estaría por encima de él, pues contaba con el apoyo del pueblo. Y en el hipotético caso de que su tío intentara usurpar el puesto de su padre, él mismo sabía que no tendría el apoyo del pueblo, y eso lo odiaba. Pero qué podía esperar aquel orgulloso hombre, si trataba a esas pobres personas como seres inferiores. Para desgracia de su tío, Alyssa era querida por los residentes de la isla, pasaba más tiempo en los puertos que en la fortaleza. Los días en el que las aguas estaban revueltas, podías verla en el puerto  sentada junto a las demás mujeres. Cantando y cosiendo los agujeros que los peces más fuertes habían hecho a las redes. Era generosa y ayudaba a todo aquel que la dejara. Era famosa por repartir perlas de muy buena calidad entre la gente menos favorecida de la zona. Siempre decía que ella ya tenía suficientes, y que no necesitaba más. Compartía con los mendigos los peces que le sobraban cuando practicaba pesca submarina, pues ella no temía la falta de comida. El pueblo la adoraba porque, por mucho que dijeran los señores de sangre azul, la joven solo quería ser de utilidad y ayudar a su gente. Su tío hubiera preferido que su padre la prometiera con alguien y la mandara como pupila a la casa del señor para quitársela de encima, ya que sabía que en el hipotético caso de que tomara el puesto de su hermano por la fuerza, el pueblo lo echaría para poner a Alyssa en su lugar. 

El sol se había escondido y la luna llena brillaba en lo alto. Estaba segura de que la mayoría de los invitados se habían encerrado en sus cuartos. Le había prometido a su madre que se comportaría mientras el sol brillara en el cielo, pero el astro rey ya no estaba, mientras que volviera antes del amanecer no pasaría nada. Se vistió con unos pantalones azules desgastados y una camisa blanca, se estaba calzando los zapatos, cuando alguien tocó a la puerta. El corazón le dio un vuelco, rezaba por que no fuera su madre. No emitió ningún ruido, simulando que estaba dormida. Fauces, el cual estaba tumbado en la cama, levantó la cabeza en señal de alerta.

- ¿Tía Alyssa, estás despierta?- Preguntó la voz de un niño - Soy Lucerys.


La joven abrió la puerta asomando solo la cabeza. El niño estaba en pijama y parecía asustado, se agarraba de la camisa con fuerza.

- ¿Estás bien? - Pregunto mirando a todos lados buscando algún posible agresor- ¿Qué ha pasado?

- Yo... he tenido una pesadilla, Jace no se despierta y no se donde queda el cuarto de mis padres- dijo el niño avergonzado. Alyssa lo miró con ternura, no sabe de dónde salió el gesto, pero rodeo al pequeño entre sus brazos.

- ¿Quieres contarme que has soñado?- dijo mientras se separaba un poco de él.

- Yo era el señor de Marcaderiva, todos habían muerto, y me quedaba solo- Alyssa agarró la mano de Lucerys y comenzó a llevarlo de vuelta a su cuarto.

HATE ME (Aemond Targaryen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora