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Habían pasado aproximadamente dos semanas. Catorce días viviendo en aquel lujoso departamento que no le pertenecía junto a Hwang Hyunjin, quien había hecho de todo para que se sintiera a gusto y cómodo en aquel lugar.

Desde cosas tan simples como todas las noches darse un tiempo para hablar, reír y platicar con Seungmin como solía hacer siempre, hasta llegar al punto de tener a Jisung regañándolo mientras abrazaba al menor debido a que Hwang lo había hecho llorar por comprarle un celular cuando Seungmin le había repetido hasta el cansancio que no era necesario.

Si bien Seungmin lo usaba poco, demasiado poco a la perspectiva de Hyunjin, a veces era divertido para Hwang tener al castaño tan feliz y entretenido en las noches cuando se dedicaba a enseñarle las miles de fotos y videos con filtros extraños que tenía junto a Han Jisung, persona que se había vuelto bastante cercana e indispensable para Kim.

En realidad, había podido conocer mucho mejor a Seungmin en esas dos semanas que en todo el tiempo anterior que habían pasado juntos. Era una persona bastante rutinaria y sencilla. No habian mejores palabras para describirlo.

Una persona tan sencilla que se alegraba por cualquier cosa común, como el pedir comida a domicilio, ganar un juego de mesa o cuando el cielo estaba despejado y podía ver la luna brillar en su máximo esplendor junto al mayor. Una persona tan rutinaria para levantarse y acostarse a la misma hora, ayudar en algunas tareas del hogar si es que era posible y tener su reciente hora programa de "juegos" con Han Jisung.

Y aun que Hyunjin estuviera ocupado la mayoría de tiempo gracias a su trabajo, agradecía en demasía que Seungmin se la pasara tan bien con Jisung. Se habían vuelto cercanos, bastante cercanos.

Y a veces no sabía si eso era bueno o malo

—Hyunjin nos va a matar.

—No lo hará.

—¡Nos va a asesinar!

—¡Claro que no! —respondió Han, intentado levantar lentamente parte del vidrio roto. —¡Y baja la voz que esta en su sala de arte!

—¡Rompimos uno de sus cuadros! —exclamó Seungmin, exhasperado. —¿Cómo no nos va a matar?

—¿Y tú por que tienes miedo? ¡A ti nunca te dice nada! ¡Al que va a matar es a mí en todo caso! —bufó Han, levantándose al ver que el vidrio no tenía arreglo. —Al menos la pintura esta bien. ¿Por qué rayos lo enmarco con un cristal? ¡Hyunjin está loco!

Seungmin se quedó de pie en su lugar, lejos de los vidrios como le habia ordenado Jisung, sosteniendo aún la pelota con la que habian ocasionado todo el desastre.

—Solo podemos hacer una cosa, Min.

—¿Qué cos-

Jisung lo interrumpió, bajando lentamente la pelota.

—Esconde el arma homicida.

—¿Qué? —pregunto extrañado, Seungmin.

—Esconde la pelota, así no sabrá que paso. —explicó.

—¡Pero de todas formas verá un cuadro enorme roto en todo el suelo! —refutó.

—Le decimos que hubo un temblor y que se cayó.

—¿Un temblor que solo sintieron ustedes dos y solo botó uno de sus mil cuadros? —ambos escucharon una voz ajena. —Sí, claro.

Ambos giraron hacia la puerta cuando escucharon una tercera y grave voz en la sala, notando a un chico rubio que, al parecer, recién había entrado.

—¡Hey, Felix! —saludó Jisung, contento de ver al rubio. —No te veía hace mil años. ¿Qué haces aqui?

—Pues venía a hablarle a Hyunjin sobre algo del trabajo. —informó, adentrándose más al lugar con cuidado de no pisar ningún vidrio. —Pero me encontré con la escena del crimen, al parecer...¿Cómo planean salir de allí sin cortarse?

Moon || HyunminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora