A mitad de la noche, Seungmin se encontraba en la cocina en completa oscuridad, esperando que el contador del microondas terminara para poder recibir su tan ansiada sopa instantánea.
Se apresuró en detener el microondas un segundo antes de que terminara. No quería hacer ruido y menos a esas horas de la noche.
Sopló un poco a su pequeño envase caliente, dirigiéndose hacia las escaleras lentamente. Teniendo cuidado en no derramar su pequeño aperitivo.
Y mientras subía los primeros escalones, no pudo evitar mirar hacia la única y pequeña luz en mitad de la oscuridad de la noche, proveniente de la puerta entreabierta de la sala de arte a Hwang Hyunjin, quién aún seguía trabajando dentro.
Se cuestionó si era buena idea lo que estaba pensando, tanteando su pequeño envase de ramen con los dedos sin dejar de observar aquella puerta desde lejos con inquietud.
El castaño al final bajó las pocas escaleras que había subido, caminando en silencio hasta aquella fuente de luz hasta que la puerta de aquel estudio estuvo frente a su rostro.
Consumido extrañamente por los nervios, el menor de acercó lo suficiente a la puerta, tomando aire para que su voz pudiera ser escuchada.
—¿Hyun-hyunjin? —la voz de Seungmin se escuchó en mitad del silencio, siendo algo baja, pero audible.
—Dime.
Aunque el mayor no estaba en su campo de visión, por alguna razón bajó la cabeza al escuchar aquella voz grabada en su mente, sintiendo un pequeño cosquilleo en su abdomen.
—Quería saber si... si irías arriba. —Seungmin se maldeció internamente. ¿Por qué rayos estaba tan nervioso? —Ya sabes, para... pa-para hablar y eso...Pero si no puedes está bien, tampoco quiero interrumpir en tu trabajo.
El silencio volvió a reinar por un par de segundos, dejando a Kim dudando de haber dicho algo malo.
—Ven, pasa.
—No puedo. —respondió rápidamente.
—¿Por?
—Es q-que es tu sala de arte. Jisung dijo que nadie podría pasar allí. —Hwang sonrió por la inocencia del menor. Realmente a veces era tierno sin querer serlo. —Dijo que nunca debería entrar porque era algo especial tuyo.
Si Seungmin supiera que la palabra especial quedaba corta a sus propios pies.
—Lo es, pero quiero que entres igualmente. Tienes mi permiso. Ven.
Con el pulso un tanto acelerado, Seungmin empujó cuidadosamente aquella puerta, adentrándose al nuevo lugar.
Al instante su ojos quedaron embelasados por los miles de lienzos, cuadros y obras que pudo ser capaz de observar en toda la habitación. Llenos de colores, de formas, sentimientos, vida y emociones. Desde retratros de personas que nunca habia visto hasta paisajes sacados de un mismísimo paraíso. Algunas paredes con ciertas manchas de pinturas, el suelo con algunas de las brochas de Hwang que habían caído y bastantes trípodes sin haber sido utilizados.
Habían pinturas tan brillantes y vivaces como algunas totalmente monocromas. El ambiente era tan tranquilo como cautivador. Era fascinante. Hipnotizador.
Y en medio de todo eso, se encontraba el creador de aquellas maravillas. Con el cabello rubio recogido, con aquellas ropas algo sucias con las pinturas y con aquella adictiva y linda sonrisa que tenía mientras lo miraba tan entretenido.

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Moon || Hyunmin
FanfictionDonde Hyunjin, al querer pintar un cuadro de su paisaje favorito, casualmente se encuentra con un chico que interrumpe su panorama. -¿Por qué siempre estás aquí? -Por la misma razón que tú pintas a la luna. -¿Porque quieres dinero por las obras que...