[14]

512 64 14
                                    

Seungmin abrió los ojos lentamente a mitad de la madrugada, cerrándolos casi al instante por la tenue luz del televisor que llegó directo a sus ojos.

Se reincorporó en el sillón poco a poco, antes de darse cuenta que estaba en la pequeña sala de estar de la segunda planta del departamento de Hwang.

Tallando sus ojos por la somnolencia que apoderaba cada célula de su cuerpo, Seungmin buscó su celular torpemente con sus manos por aquel sillón para ver la hora, sin embargo, lo único que pudo diferenciar fue la sensación cálida de piel a su lado.

Y cuando se dio la vuelta, se dio cuenta de la presencia de Hyunjin al otro lado del sillón, quien estaba totalmente dormido. Con aquellos largos cabellos rubios desordenados sobre su rostro, aun vistiendo aquella holgada ropa con pequeñas manchas de colores y con la cabeza en un pequeño almohadón.

Esa imagen, por alguna extraña razón, lo hizo enternecerse en medio de su somnolencia.

Lo último que recordaba era a ambos comiendo, conversando, riendo y viendo una película de fondo que Hyunjin le había asegurado que era bastante graciosa.

No sabía en que momento se había convertido en ambos dormidos en el mismo largo sofá, con las luces apagadas y con la televisión mostrando al parecer un programa de televisión que no conocía en lo absoluto.

—Hyun. —lo llamó en su murmuro, sacudiéndolo un poco con uno de sus brazos mientras con el otro se tallaba los ojos. —Hyunjin...

—¿Mmh..?

—Anda, despierta. —susurró. —Estamos en la sala.

—No me importa...

—Hyunjin. —la queja de Seungmin solo hizo que Hwang se acomodara mejor en su almohada, con aquellas expresiones que indicaban que no se encontraba del todo despierto. —Vamos, tienes que ir a tu habitación.

—Estoy cansado. —murmuró con lentitud, sin abrir los ojos. —Permíteme dormir aquí...

—No, te dolerá todo mañana. —el castaño se puso de pie, tomando el brazo de Hwang para jalarlo con las pocas fuerzas que tenía en ese momento. —Vamos, Hyun...

Escuchando las quejas y reclamos inentendibles de Hwang, el menor solo pudo sostener el brazo del mayor con más fuerza para llevarlo a su habitación cuando se levantó, debido a que sabía bien que por todo el sueño que llevaba encima era incapaz de ver ni pensar bien. De seguro estaba agotado.

Caminaron, con lentitud, hasta que Hyunjin aterrizó sentado y con los ojos entrecerrados sobre su propia cama, siendo Seungmin quién entre susurros lo acomodó para que pudiera recostarse y dormir.

Cuando vio que su tarea estaba hecha, un pequeño suspiro se escapo de sus labios.

Nunca había estado dentro en la habitación de Hwang y, a su parecer, era bastante bonito, aunque no podía apreciarlo muy bien debido a la oscuridad de la noche.

Sabiendo bien que Hyunjin tenía que levantarse mañana temprano, Seungmin se dedicó a abrir un poco la cortina de la ventana de la habitación para que cuando el sol saliera despertara a Hwang Hyunjin, no obstante, lo único que apreció fue como este mismo fue velozmente iluminado por la maravillosa e inigualable luz de la luna al despejar la ventana por completo.

Volteó a ver aquella imagen, algo extrañado de que lo único bajo aquella magnifica luz que tanto le gustaba era el cuerpo de Hyunjin, dormido en aquella gigante cama. La luz no caía en ningun otro lugar, solo en él.

Seungmin siempre había considerado que la luna era su salvación. Siempre estando tan brillante para él, hermosa cada día, reconfortándolo, ayudándolo desde allá arriba. De alguna forma, solo ella podía hacerlo olvidar de sus malos momentos, de su sufrimiento. Brindándole aquella calma y seguridad que su corazón tanto anhelaba y suplicaba.

Moon || HyunminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora