Te reías como nadie

A ver si vas a ser tú

Este año, he pasado las vacaciones en Elche, me escapé unos días a Formentera, y al regreso ya me quedé en Madrid. La presentación de "Te reías como nadie" fue un éxito. Matías fue el encargado de ceremonias, y consiguió hacer del evento, un momento entrañable.
Después del informativo de las tres, vuelvo a casa con la intención de sacar a Camarón. Coloco las flores en un jarrón y aprovecho para deshacer la maleta, cuando estoy sacando las cosas del bolsillo, me encuentro la tarjeta de Nay.
Me muerdo el labio inferior y aunque mi mente me boicotea continuamente con que tal vez me esté haciendo una idea de algo que no es, la evidencia es la que es.
Le mando una fotografía a Maje.

"Mira lo que he recibido hoy" - Enviado.
"¡Qué preciosidad! ¿Alguna fan?" - Recibido.
"Más o menos" - Le envío también una fotografía de la nota.
"Ohhhh... además de guapa, inteligente" - Recibido.
"Dios..." - Enviado.
"¿Has hablado con ella?"  - Recibido.
"Poco, las gracias y poco más" - Enviado.
"Hemos quedado en hablar luego, pero es que no sé... a lo mejor no es lo que yo pienso..." - Enviado.
"Moni... ES.... Ajjaja" - Recibido.
"Sólo espero que no sea una psicópata... 🤦🏻‍♀️" - Enviado.
"¿Por qué no le preguntas a Lola sobre ella"- Recibido
"Porque no quiero levantar la liebre... ya sabes..." - Enviado
"Sí... mejor, no" - Recibido.
"No tiene pinta de psicópata... aunque tampoco es que conozca a muchas jajaja" - Recibido.
"Lo iremos viendo... ajjaja" - Enviado.
"Me voy a ir yendo que se me hace tarde" - Enviado.
"Lleva cuidado y cuéntameee" - Recibido.

Doy una última vuelta en redes, y me doy cuenta que ha abierto su perfil de Instagram. Lamento no poder entretenerme porque me encantaría darme una vuelta por sus imágenes favoritas.

Le reenvío la foto de las rosas que le envíe a Maje ya en el jarrón y en casa.

"Ya están en casa. No me canso de mirarlas." -Enviado.

Cojo el coche de vuelta a los estudios. A medio camino, se atenúa la música y escucho un mensaje entrar. Ya en el parking, lo leo.

"Me encanta leer eso... oye... he visto a una chica presentar las noticias de la tres, que se parece mucho a ti... ¿la conoces?" - Recibido.
"¿No me digas?... ¿pero se parece mucho? - Le entro al juego.
"Juzga por ti misma" - Me adjunta una foto de la pantalla de la televisión.
"Ah... ya sé... me suena de algo... creo que ahora a las nueve sale otra vez..." - Enviado.
"Voy a apurarme entonces en llegar a casa pronto que necesito verla" - Recibido.

Siento cómo mi estómago se electrifica.

"Ay..." -Enviado.
"¿No trabajas esta noche?" - Enviado.
"Sí, pero los sábados intento acabar pronto" - Recibido.
"Voy para dentro que se me echa la hora encima" - Le envío una foto de la puerta de Atresmedia
"Dale" - Recibido.
"Te escribo luego" - Enviado.
"Te estaré esperando" - Recibido.

Y otra vez siento como una corriente me recorre desde los pies hasta la cabeza.

La mayoría de veces, uno no tiene ni idea de qué tiene la vida guardado en los bolsillos. No tenemos ni idea de qué nos espera en la próxima estación.

Cuando el led rojo que nos indica que ya estamos en el aire, se enciende, recuerdo que me ha dicho que iba a intentar llegar con hora de verme, me gusta y me pone nerviosa a partes iguales. Lanzo en Twitter la foto de rigor con el "Ya vamos" y pronto, Mati y yo entramos en nuestra dinámica.
Mi teléfono se ilumina encima de la mesa. Es ella. Siento una impaciencia que hacía mucho que no sentía, y en cuando salimos de plano, desbloqueo.

"A ver si vas a ser tú..." - Recibido. Y me envía otra fotografía de hace unos segundos con un plano de Mati y mío.
"Ups..." - Enviado.

Sonrío interiormente. Continúo con mi trabajo con unas ganas imperiosas de acabar y volver a casa para encontrar el momento de hablar con ella.
En el camino de vuelta a casa, en mi afán de mantenerlo todo bajo control, repaso mi situación, y reconozco que es una completa locura. Pero hace mucho que no cometo ninguna, y sé que, aunque lo evite, no voy a poder quitármelo de la cabeza. Así que decido hacer lo que Elena y Maje me han dicho. Fluir. Lo digo en voz alta como un mantra... FLUIR.
Elevo el volumen de la música para darle tregua a mi pensamiento. Accedo al parking de casa mientras Diego de Veintiuno canta "El viento", una canción que compusimos a medias.