Nos quedamos un rato más en el sofá. Me sobresaltan los ladridos de los perros en el exterior.
— No te asustes. Por la noche, se acercan jabalíes a la finca. – Me dice tranquila, incorporándose mínimamente, clavando un codo en el sofá y apoyando la cara en su mano— ¿Nos vamos a la cama? –Una de sus piernas aún está sobre la mía y el calor de su cuerpo tan cerca de mí me provoca una paz indescriptible. — ¿O prefieres dormir sola? - Me pregunta esbozando una sonrisa. Le retiro un mechón de pelo de la cara y lo coloco detrás de su oreja.
— ¿Y dónde vas a dormir tú? – Le pregunto juguetona.
— Aquí... - Señala al sofá haciendo un gesto con la cabeza.
— Prefiero que duermas conmigo... – Le digo finalmente replicándole la sonrisa.
— ¿Ah sí? - Me rebota acercando su boca a la mía.
— Sí... – La beso tenue en los labios y me retiro. — Venga... va...Se levanta del sofá completamente desnuda. La observo sin variar mi postura, recoge la ropa con naturalidad y la deja sobre el brazo del sofá, no se da cuenta de que la estoy mirando hasta que se vuelve.
— ¿Queeee? - Me pregunta ruborizándose y escondiéndose en la risa.
— Que eres preciosa... - Le digo.
— Venga... va... - Dice sin salir de su timidez. Estira la mano para ayudarme a levantarme.Ya de pie, me abraza y yo me sostengo en su cuerpo. Caminamos hacia el dormitorio cogidas de la mano, el suelo de madera cruje bajo nuestros pasos.
— Ve, voy a coger agua. - Me dice y se va hacia la cocina.
Al entrar en el dormitorio, un escalofrío me recorre el cuerpo. Ya se han apagado las luces del exterior, y la oscuridad a través del ventanal es tan inmensa que me sobrecoge. Abro mi maleta, cojo mi pijama y me cuelo en el baño. Hay un jacuzzi de media luna en una esquina, un lavabo doble de cerámica blanca sobre una pieza de madera, delante de un espejo que ocupa casi toda la pared. En la otra esquina, contraria al jacuzzi, hay una ducha oculta detrás de un muro azulejado. Cojo una toalla de una balda y me doy una ducha rápida. Salgo unos minutos después con mi pijama puesto y el pelo recogido.
Está esperándome sentada en la cama y echada en el respaldo, ha abierto la cama por los dos sitios y ha dejado un botellín de agua en cada mesilla.— Métete en la cama que no cojas frío, voy a darme una ducha. No tardo. - Me dice para acto seguido colarse en el baño.
Ha corrido las cortinas cubriendo completamente el ventanal.
Me meto entre las sábanas, y me cubro. Si todo esto es un sueño, no quiero despertar. Ese es el único pensamiento que invade mi mente. El bienestar que me arrulla no permite que ningún pensamiento intrusivo me impida disfrutar del momento. Llevo demasiado tiempo sola, tanto, que casi he olvidado cómo se siente una cuando la cuidan, y Nay me hace sentir en las nubes.
Sale del baño con su pijama negro y el pelo recogido. Sonríe y se cuela en la cama a mi lado.
— ¡Dios! Cómo me gusta esta cama... - Exclama.
— Pero si es tu cama... - Le digo al borde de la risa.
— Yaaa... pero no duermo aquí todo lo que me gustaría... - Se ríe conmigo.Levanta el brazo que está a mi lado para que me cuele debajo. Me recuesto sobre su pecho y me abraza. Tiene los ojos cerrados e inspira aire intensamente para después soltarlo despacio. La miro en lo que parece que es un pequeño ritual.
Dejo caer mi cara sobre tu pecho y me besa en la cabeza. Su corazón late sosegado debajo de mi oreja. Y sin saber cómo, me contagio de su paz. La imito inhalando fuerte y expirando lentamente.— Tengo una pregunta vital... - Dice después de unos segundos en silencio con cierto tono de guasa en la voz.
— A ver... sorpréndeme... - Le replico en el mismo tono.
— ¿Tú no sabrás cómo se detiene el tiempo, verdad? - Me pregunta pausada.
— No... no lo sé... y me encantaría saberlo... - Le respondo aturdida por una emoción repentina que casi me deja sin palabras.
— Algún día encontraremos el secreto. - Dice.
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Te reías como nadie
FanficDespués de un tiempo en soledad, Mónica encuentra de nuevo el amor. ¿Se dejará llevar?