Villa Calma

583 32 10
                                    

Me despierto temprano. Me gusta sacar a pasear a Camarón con el alba. Lo dejo que corra por el césped del parque mientras me limito a caminar.
Es domingo y me espera una jornada de trabajo intensa. Recuerdo la proposición de Nay y la curiosidad empieza a despertarse dentro de mí.
Me debato entre si debo o no, porque si quiero o no, lo tengo más que claro.
Sigo dándole vueltas a que estamos empezando algo y ni siquiera sé si estoy preparada para ello.
Puede que lo más fácil sea hacer lo que mis amigas me dicen que haga, pero sigo sintiendo terror a fracasar, a sufrir o a hacer sufrir.
Vuelvo a casa después de media hora de divagar entre el bien y el mal, mientras levito sobre algo que me encantaría hacer, que es irme a Granada con ella.
No sé dónde ha pensado llevarme, pero me muero de ganas de descubrirlo.
Me doy una ducha rápida, y de repente, la imagen de Nay entre mis piernas, me enciende, literalmente.
Escucho el sonido de mi teléfono anunciándome mensajes entrantes. Salgo de la ducha y me pongo el albornoz.

"¡Buenos días! Ni te imaginas el día que ha amanecido en Graná... 🌺" - Recibido.

Leo y releo el mensaje y sonrío instintivamente.

"Buenos días... en Madrid cubierto ☁️" - Enviado.

Suelto el teléfono y me dispongo a vestirme. Vuelvo a meditar si aceptar su invitación o no. La única realidad es que me apetece muchísimo.

"Seguro que cuando salgas a la calle, se despeja el día" - Recibido.

Vuelvo a desbloquear la pantalla y ahora la sonrisa me ocupa toda la cara. Da igual que piense lo que piense, las vueltas que de y los frenos que quiera poner. Nay me ha cogido de lleno. Y lo ha hecho en un momento de vida en que me había blindado.

Termino de arreglarme siendo consciente de que ya he tomado una decisión. Voy a ir. Mientras desciendo en el ascensor de camino al parking, vuelvo a la conversación.

"¿Dónde dices que me vas a llevar a descansar?" - Enviado.

Camino por el pavimentado de hormigón ligera hacia mi coche. Me siento eufórica. La adrenalina activa mi estado de ánimo y siento cómo un halo de felicidad acaricia mis días.

Conduzco hacia los estudios de AtresMedia con lo último de Arde Bogotá a todo dar.

🎶Que vida tan dura... taaaan dura... que vida tan dura...🎶

— Oye, Siri... llama a Maje. - Digo en voz alta. Si alguien tiene que saber primero que nadie mi decisión, es ella.

Un tono, dos. Son las diez y media, espero no despertarla. De todas formas, ya es tarde.

— Buenos días, cuñi. ¿Todo bien?
— ¿Te desperté?
— Noo, ya hace un rato que estoy despierta, estaba en la cocina pensando si voy a ser buena madre o mala madre. - Se ríe. — Me parece que voy a ser mala y vamos a pedir comida a domicilio. - Nos reímos.
— Tengo algo que contarte... - Le digo y siento mi entusiasmo en mi estomago dando vueltas.
— Ay... cuéntame... Es tu hermana... – Escucho decirle a mi hermano.
— Dile a mi hermano que lo quiero... - Le digo levantando la voz para que me escuche.
— Sí, me quieres mucho pero ya no me cuentas tus secretos. - Escucho la voz de Jesús.
— Sí que lo haré, en cuanto nos veamos, prometido. - Le digo.
— Ya, ya... yo también te quiero, cariño. Os dejo solas. – Me dice y me manosea el corazón.

Jesús es una de las personas más importantes de mi vida. Un pilar fundamental de mi estructura. Su familia al completo son una pieza insustituible de mi arquitectura.

— A ver... cuéntame... - Me dice, Maje, impaciente.
— Me voy a ir unos días con Nay a Granada. — Le digo sin dar vueltas.
— Sabía que lo harías, cariño, y no sabes cuánto me alegro. ¿Qué te ha dicho?
— Todavía nada, le mandé un mensaje antes de salir y no me ha contestado.
— Lo hará. Disfruta mucho y no pienses en nada, Moni. Te lo mereces.
— Ay... me estoy metiendo en un berenjenal... – Le digo dubitativa.
— Anda ya... ¿qué iba a ser la vida sin meterse en uno de vez en cuando?
— Ya... es verdad. Ya te contaré.... Que sea lo que dios quiera... - Le digo y me rio.
— Eso es... - Se ríe conmigo.
— Que te quiero. Hablamos que acabo de aparcar.
— Yo también te adoro. Ve contándome y vive.

Te reías como nadie Donde viven las historias. Descúbrelo ahora