11: ¡Vivan las prometidas!

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Jimin

—Otra vez arreglándome para ver a tu madre. Siento que estoy viviendo un deja vu.

—Técnicamente no es para ver a mi madre, es para ver a todos los invitados —contestó Minjeong leyendo una revista en el sofá.

—Bueno, lo mismo es.

Minjeong empezó a reír y la miré confusa.

—¿De que te ries?

Giró la revista y me la enseñó.

—Que guapa sales —ironizó.

Era una foto pagina completa de las dos besandonos aquel día... Ay Dios. También había otra foto de las dos hablando. No habia leido el artículo y preferia no hacerlo jamás. Me va a perseguir toda la vida.

—¿Qué es eso? —dije quitándosela de las manos y resoplé—. ¿Quién mas la tiene?

—¿Seguro que quieres saberlo?

Cogí aire y lo solté lentamente.

—¿Está en todos los Kioskos de Seul?

—De todo el país diría yo —contestó.

—Mejor no digas nada —ella rió. Dejé la revista sobre la mesa y me volví al espejo de nuevo.

La parte de pasar desapercibida dejó de ser una opción en el momento que acepté aquel contrato. Cuanto antes lo asumiera, más fácil se volvería todo.

—Oye, ¿hablaste con tu madre? ¿Vendrá?

Dejé de retocarme el pelo y me giré a mirarla.

—Algo así... Al principio se enfadó, pero me dijo que vendría.

*flashback*

—Mamá, mañana es mi fiesta de compromiso con Minjeong.

Ella, que estaba cortando pepino, frenó de golpe. Alzó la mirada hacia mi.

—Cariño, ¿tú estás segura de lo que estas haciendo? —asentí.

—Sí, lo estoy.

—¿Dónde se celebrará? ¿En esa casa?

—Sí, mamá... —me dio pánico decir aquello.

—No puedo creer que vaya a tener que pisar esa casa para poder estar en la fiesta de compromiso de mi hija...

—Lo siento, de verdad que lo siento.

—Si es lo que de verdad quieres, no se hable más cariño.

—Esta bien si no quieres ir, lo entendería perfectamente mamá.

Ella agarró mi mano y me sonrió.

—Estaremos allí, ante todo eres mi hija, es lo más importante.

Me acerqué a ella y le di un abrazo cálido. Esas palabras fueron preciosas. Que me dijera aquello me generó mucha más tristeza aún, me sentí peor por estar mintiendo así. Lo siento de verdad mamá.

Ella se separó y habló.

—Pero no pienso cruzar ni una palabra con los Kim, solo con tu prometida —advirtió.

—Es mas que suficiente —sonreí.

*fin de flashback*

—Espero que deje de odiarme con el tiempo.

Me giré a mirarla.

—¿Te importa si te odia?

—Creo que a nadie le agrada que le odien, y menos aun si es la madre de mi prometida.

por siempre, jamás | winrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora