Minjeong
La ultima noche en Hawaii fue especial. No ocurrió nada concreto o distinto, simplemente fue ella y yo cenando y pasando la noche. Estábamos tan agotadas de no haber pegado ojo la noche anterior que caímos rendidas al llegar al hotel.
Nunca olvidaré ese viaje, ni aquella noche interminable, tampoco la mañana en la cascada. Desde luego que aquel lugar se habia vuelto mas especial de lo que era.
Había pasado una semana desde entonces, poco a poco nos hacíamos mas y más cercanas y era algo que me asustaba, yo sabía que estaba sintiendo cosas fuertes por ella, y también sabía que fui yo misma la que le pidió distancia y acabé siendo yo la que se moría por acercarse a ella.
Opté por dejarme llevar, era el consejo que mejor me enseñó mi padre... Aunque muy en el fondo sabía que sentía todo esto como un sueño febril del cual me despertaría en cualquier momento.
—Cariño, ¿te gusta mas en dorado o en plateado? —preguntó enseñándome dos telas.
—Dorado, ¿para qué es?
—Para las bodas de oro.
Menos de un mes... Gracias mamá por traerme de vuelta a la realidad.
—Pero... ¿No quedan aun tres semanas?
—No te lo dije, al final lo adelantamos. Papá y yo nos iremos de crucero esas semanas, preferimos hacerlo antes.
Me atraganté con mi propia saliva. ¡¿Antes?! No, antes no. Vamos mamá, no me hagas esto.
—¿Antes? —carraspeé—. ¿Y no puede ser después?
Ella me miró confusa.
—No, ya sería muy tarde. Se hará este fin de semana.
Casi me atraganto con mi propia saliva.
—¡¿Este fin de semana?!
—Sí, ¿pasa algo?
—No, no... Pero... ¿No es muy precipitado?
—Cariño son unas bodas de oro, tu padre y yo ya estamos casados —rió—. Bueno, ¿y que más da, cielo? Nunca te han importado estas cosas.
—Ya pero... No sé. Pensaba que seria en unas semanas.
—Pues no, así que si aún no te has preparado la ropa ve haciéndolo —dejó un beso sobre mi mejilla y se metió dentro de casa.
Me quedé como una idiota ahí plantada. No quería hacer cálculos porque si lo hacia sabia que quedaban escasos dias para que esto se terminara y era algo que me hacia mal al corazón cuando lo pensaba. No estaba lista para romper lazos con Jimin, no estaba preparada para alejarme de ella.
¿Cómo se lo iba a contar? Maldita sea.
Me subí al coche y fui directa a la empresa, necesitaba despejarme. Nada más llegar me encontré con Giselle que me estaba esperando.
—¿Alguna novedad de las cámaras? Llevamos una semana sin noticias.
—Llevé el disco duro a revisar, ya lo sabes, por alguna extraña razón no me dejaba entrar yo misma.
—Extraña no —le dije carraspeando—, le puse seguridad.
—¿Y no me avisas?
—¿Si te digo que se me había olvidado...? —dije con una sonrisa.
—Joder, Minjeong.
—¡Se me olvidó! Puse esa cámara hace como 5 años, jamás la he mirado.
—Bueno, me llamarán cuando tengan todo listo.
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por siempre, jamás | winrina
FanfictionKim Minjeong, de la famosa familia de arquitectos, le propone un trato a Yu Jimin, una estudiante que se quedó a las puertas de la carrera de sus sueños: Si Jimin acepta ser su prometida durante un par de meses, la ayudará a pagar su universidad. Na...