17: Hawaii

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Jimin

—Si la hubieras visto... Estaba muerta de celos —le dije a Ningning por teléfono.

—¿Es en serio? Pero pensaba que lo vuestro era sin sentimientos.

—Y lo es... Creo.

—¿Crees?

—O sea, yo no siento nada por ella, pero si Minjeong estaba celosa tal vez ella sí. Tenías que haberla visto... Estaba a punto de echar humo por las orejas —dije riendo.

Ningning se quedó en silencio unos segundos.

—¿Estas segura que no sientes nada por ella? Soy tu amiga, no tienes por qué mentirme.

—Me gusta estar con ella aunque me saque de quicio, pero es difícil Ningning... No puedo sentir nada, es solo un estupido contrato que se acabará en un mes.

—¿Un mes ya?

—Bueno, un mes y dos semanas.

—Qué rápido ha pasado el tiempo... —dijo—. Bueno, solo quiero decirte que si te enamoras de ella no pasa nada, ¿es una putada? Probablemente, pero son cosas que pueden suceder. Pasáis mucho tiempo juntas.

—Lo sé pero créeme, esta obsesionada con que no intimemos ni me pase de la ralla intentando conocerla, a veces es como una roca sin sentimientos.

—Que mierda... Y bueno, ¿a que hora os vais?

—Va a pasar a por mí en cinco minutos, tengo que cerrar la maleta.

—Qué fuerte, a Hawaii... Traeme algún recuerdo, una botella de alcohol.

Reí al escucharla.

—¿No prefieres un imán como la gente normal?

—No, la botella esta mejor —bromeó.

—Bueno, luego hablamos. Te quiero Ning.

—Y yo a ti Jiminnie.

Colgué el telefono y suspiré.

¿Enamorarme de Minjeong? No mentiria si dijera que se me ha pasado por la cabeza. Hay veces que es tan protectora, que me cuida sin mostrarlo, como si prefiriera seguir enseñando su lado frío y no el suyo de verdad... Cuando ocurren esas cosas siento algo en mi interior inexplicable.

Pero eso mismo que siento es lo mismo que necesito arrancar de mí cuanto antes. Enamorarme de Kim Minjeong es algo que no debe pasar, no puede pasar. En pocas semanas volverá todo a la normalidad, anunciaremos la ruptura y yo me iré a vivir a Italia. Por eso mismo enamorarme de Minjeong no es ni un 1% licito.

Volví a terminar de meter unas cosas en la maleta y apareció Beom por detrás dándome un abrazo por la cintura.

—Hola enano, solo me voy unos días.

—Ya... Pero te voy a echar de menos.

—Te traeré cositas del viaje ¿vale? Regalitos.

—¡Sí! Me encantan los regalos —dijo y sonreí.

Cerré la maleta y la bajé al suelo. Agarré mi bolso y mi almohada para el cuello, bajamos hasta el salón.

—¿Has cogido todo? ¿El pasaporte, tu ID...? —me preguntó mi madre.

—Sí, mamá.

Se acercó hasta mi y pasó mi pelo tras la oreja. Me sonrió.

—Ten mucho cuidado.

—Lo sé.

Escuché el claxon sonar desde el jardín, Minjeong ya estaba ahí. Mi madre agarró mi mochila y me ayudó a sacarlo hasta el coche. Le dije que no era necesario pero ella insistió en salir.

por siempre, jamás | winrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora