22: La prensa rosa

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Jimin

—Cariño, ¿dónde estabais? Os estaba buscando todo el mundo, no respondíais al teléfono —le comentó Taeyeon a Minjeong mientras se acercaba a nosotras.

Acabábamos de llegar al hotel. Hoy era la última noche que pasábamos allí y mañana nos volveríamos, se suponía que veríamos a los señores Seo pero se nos pasó la mañana demasiado rápida... Además de que no dormimos en toda la noche, tanto Minjeong como yo necesitábamos pegar ojo, pero dime cómo le explicamos esto a toda esta gente.

Nos besamos demasiado... Cada vez que lo recordaba un pequeño calor subía por mi interior. No sé que me pasó. No sé porque me abracé a ella, ni por qué tuve la necesidad de pasar mis brazos por su cuello, y tampoco sé por qué sus labios se me hacían tan adictivos.

Tras besarnos un rato largo, creo que nos pasamos media hora entre beso y beso, caricia, cada mínimo detalle... Decidimos separarnos y volver al hotel, porque si seguíamos en aquella cascada no quería ni imaginar lo que podría llegar a pasar. No volvimos a hablar de ese beso en todo el camino, simplemente nos vestimos, incluso bromeamos o nos molestábamos como siempre, pero ese beso se quedó allí, en aquella cascada.

—Perdona mamá, salimos a pasear y se nos echó el tiempo encima. Vamos a subir a darnos una ducha y dejar todo.

—No pasa nada pero aseguraos de bajar pronto, me ha dicho Giselle que los señores Seo quieren veros antes de marcharse. Les pedí que se quedarán, no volváis a desaparecer así.

—Está bien.

Fuimos camino a la habitación en silencio. Al subirnos al ascensor hablé cabizbaja.

—Lo siento mucho. No pensé que pasaría esto.

—La culpa ha sido mía por llevarte.

Le di una mirada, negué. Mucho estaba durando la Minjeong agradable.

—Es el último día —comenté.

—Así es.

—Disfrutémoslo.

Ella me dio una pequeña mirada y llegamos a nuestra planta.

Ambas nos duchamos, cada una en uno de los respectivos baños. Antes de salir del lavabo llamé a Ningning, necesitaba contarle todo lo sucedido aunque tal vez omitía la parte del beso.

—¿Ningning? —dije al escuchar la linea.

—¡Jimin! ¿Cómo vas por el paraíso?

—Si yo te contara...

—¡Hazlo! —exclamó.

—Anoche Minjeong me llevó a ver la lluvia de estrellas, nos pasamos la noche fuera. Después vimos el amanecer, y cuando se hizo por la mañana me llevó a una cascada.. Ningning, fue precioso.

—¿Estamos hablando de la misma Minjeong? —reí.

—Sí, Ningning.

—No me esperaba eso... ¿No dijo que no queria que te acercaras y todo eso? Eso es bastante íntimo.

—Por eso estoy confusa Ning... Y aún no te conté todo.

—¡¿Qué pasó?!

—Nos besamos Ningning. Nos besamos muchísimo en la cascada, estábamos abrazadas en el agua.

—Ay Dios Jimin....

—Lo sé... —puse mi mano en la frente.

—¿Hicisteis eso sin nadie delante?

por siempre, jamás | winrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora