31: Ágata

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Jimin

Kim Taeyeon ofreciendome un puesto de trabajo en los estudios Kim, un puesto de verdad... Sin toda esta farsa. Kim Minjeong diciéndome que me quiere, que esta enamorada de mí... Ella besándome y yo muriendo por ella.

No se sentía real, pero lo era.

—Min, ¿te puedo pedir un favor? —ella me miró.

—Claro, dime.

Caminábamos por el jardín de camino al coche.

—Tu... ¿Me enseñarías los caballos? Me dijiste que en otro momento y técnicamente nos debemos ir, pero quiero conocerlos antes de marcharnos a Italia...

Ella me miró sonriendo.

—Pues claro. Ven conmigo —dijo alargando su mano y se la agarré.

Ella entrelazó sus dedos con los míos y fuimos hasta el establo. Era increíble lo grande que podia llegar a ser esta finca.

—¿Por qué no me lo dijiste antes?

—¡Lo hice! Pero me dijiste que no.

Minjeong me dio una mirada.

—Me lo dijiste dos minutos antes de entrar a la cena con mis padres, e ibas de blanco...

—¿Y qué? Nunca es mal momento para ver a los caballos —sonreí, ella negó con la cabeza riendo.

—Igual podrías habérmelo dicho esta semana, te habría llevado.

—Ya... Pero con todo esto de no intimar y tal no sabia en que punto quedaba todo esto.

—Aun habiendo dicho de no intimar, incluso si hubieramos estado enfadadas, si me llegas a pedir esto te habría dicho que sí.

La miré sorprendida, notaba su pulgar acariciarme la mano.

—¿En serio?

—Y tan en serio.

Llegamos hasta la parte del establo y ella abrió una verja enorme de madera.

—¿Acaso soy tu punto débil, Kim? —me dio una breve mirada y sonrió.

—Como lo disfrutas... —dijo, yo reí.

—Un poquito.

Me acerqué a ella por la espalda y la abracé desde atrás, dejé un besito tras su oreja.

—Te quiero —le susurré.

Ella se giró casi de automático y tenía esa preciosa sonrisa grabada en su rostro.

—Yo más —respondió uniendo mis labios con los suyos.

De verdad, esto era más que adictivo. A los segundos se separó dejándome en una nube, me iba a volver loca. Volvió a agarrarme de la mano y me llevó hasta uno de los caballos.

—Te presento a Hope, la yegua mas tranquila del universo. Puedes acariciarla —sonrió.

Acerqué lentamente mi mano hacia su rostro y le di una caricia lenta.

—Hola guapa, ¿cómo estás? —dije acariciandola—. Minjeong, es preciosa. ¿Cuántos años tiene?

—Tiene unos 11 años, lleva bastante con nosotros. De pequeña era la única que me dejaban montar porque era muy tranquila, el resto eran un torbellino.

—¿Cuantos caballos tenéis?

—Tenemos a Hope y a cuatro más. Spirit, Tornado, Coral y Ágata.

—Ágata, que nombre tan bonito —comenté sorprendida, ella sonrió de inmediato.

por siempre, jamás | winrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora