Catarsis. Saga Beers and Music #1.

Capítulo 12

Me asusta lo mucho que ansío que me elijas a mí.

CHLOE

Llego al Beers and Music diez minutos antes de que empiece mi turno.

Voy detrás de la barra para ponerme el delantal y, cuando levanto la mirada, veo a Brett sentado en la mesa de siempre, solo.

Me acerco y me siento delante de él.

Me sonríe en cuanto me ve, y pierde un poco la sonrisa cuando ve que yo no lo hago.

-          ¿Qué tal estás? – pregunta, en su mirada veo preocupación.

-          Bien. – miento.

Él suspira, y me mira diciendo "no te creo". Mira un poco más debajo de mis ojos, a la zona de mis ojeras.

-          ¿Has dormido algo esta noche?

Como no quiero mentirle más, no digo nada.

-          Chloe... – empieza cauteloso –. ¿Cuánto hace que no duermes bien?

-          Hace más de una semana. – digo, encogiéndome de hombros, restándole importancia.

-          ¿Por qué estás durmiendo tan mal?

Por un momento me planteo no decir nada e irme con la excusa del trabajo, pero luego recuerdo que es Brett, y que él no me va a juzgar.

-          Tengo mucho tiempo libre, y muchas cosas en las que pensar. – murmuro.

-          ¿En qué piensas?

Él sabe en qué.

-          Ahora lo entiendo. – suelto con tono triste.

-          ¿El qué? – pregunta, confuso.

-          Todos estos meses he estado con una estúpida esperanza que no servía de nada. – empiezo a decir con tono cabreado –. Hacía todo lo posible por mantener la esperanza y era inútil, no me ha servido de nada.

-          ¿A qué viene todo esto, Chloe? – pregunta suavemente.

-          He entrado. – al verlo confuso, añado –. He entrado en la habitación de Lana. Tenías razón en perder la esperanza. Debería haberme dado cuenta antes de que mi hermana no iba a volver a casa.

Su mirada se llena de tristeza.

Y por suerte para mí, justo en ese momento, llega Sophie.

-          Hola chicos. – nos sonríe amablemente –. ¿Qué tal estáis?

-          Bien. – fuerzo una sonrisa –. Charlando un poco antes de empezar a trabajar.

Ella ríe antes de sentarse con nosotros.

-          Ya veo.

-          ¿Qué tal estás? – le pregunto.

-          Sinceramente mira que me encanta este lugar, pero venir para que mi hermano intente que me caiga bien Lyla no me gusta nada.

-          ¿No te cae bien? – pregunto sorprendida.

Ella me mira con una ceja enarcada.

-          Obviamente no. No me gusta la gente que se hace pasar por otra.

Me tenso de pies a cabeza.

-          ¿Qué quieres decir? – debe de notar lo tensa que estoy, ya que me sonríe dulcemente.