El Crush (Siglai/Fyogol) (Hiatus)

-•°'Las pelotas de básket me odian'°•-

Pasó un doce de octubre en la escuela hace dos años. Cuando regresamos luego de año y medio encerrados por pandemia, las clases eran un día sí y el otro no. Alternancia, le decían.

Fue entonces cuando vi al que creí era el chico más guapo que existía sobre la tierra.

Se llamaba Oguri, Mushitaro Oguri. Tenía el cabello corto, perfectamente peinado, y unos ojos amarillos que hipnotizan al verlos. ¿Cómo se supone que no me enamorara de él?

Creo que fue entonces desde que inició mi trágica vida romántica.

Ese doce de octubre había clase de educación física, y estábamos jugando básketball (que, por cierto, soy muy bueno jugando básketball), así que pensé en impresionarlo con mis dotes deportivas.

No contaba en que, cuando lancé la pelota, mis manos temblaban tanto de los nervios que fallé el tiro y rebotó... Y golpeó a Oguri en la nariz y se la rompió. El impulso lo hizo tambalearse y caer hacia atrás, y por apresurarme a ayudarle a levantarse, tropecé y caí sobre él.

-¡Eres idiota! -Me gritó.

Por más que quise disculparme, no lo aceptó.

¡Qué mala pata!

-¡Las pelotas de básket me odian! -Dramaticé ante mis amigos, Dazai y Fyodor- ¡No entiendo! ¡Mi puntería es absolutamente perfecta! ¿Será que me hicieron brujería?

-Piensas demasiado, Gogol -Opinó Fyodor-. No existe eso de la brujería o el ocultismo. Los horóscopos sólo son una estrategia de marketing y el tarot es una estafa. Sólo estabas distraído y tiraste mal, eso es todo.

-¿Ya te disculpaste? -Preguntó Dazai, comiendo.

-¡Lo he hecho mil veces!

-Intenta de nuevo, a lo mejor no lo has hecho lo suficiente.

-No le hagas caso a Dazai. Sólo deja de insistir, si todo el tiempo estás tras él terminarás por espantarlo.

-Bueno, a lo mejor no es la persona indicada para ti. No te preocupes tanto, todavía tienes el resto de la vida para tener novio, novia, novie, lo que se te antoje. Yo quisiera tener plata.

-No tiene nada que ver, aunque yo quisiera no tener anemia.

-Eso tampoco tiene nada que ver, se trata de conseguir, no de deshacerse.

-Bueno, yo puedo conseguir deshacerme de la anemia.

-Eres un idiota.

-¡Tú lo eres!

Mientras Dazai y Fyodor se lanzaban comida, yo seguía muy decaído. 

-¿Tiempo? ¿De qué tiempo me están hablado? ¡Mis padres se volvieron novios a los dieciséis! ¡A los veintitrés se casaron, y a los veintiocho me tuvieron! Eso son siete años de noviazgo y cinco de matrimonio para formar una familia. Eso significa que sólo tengo cuatro años para conocer al amor de mi vida, eso son doce años para casarme y diecisiete para tener hijos. ¡Es muy poco tiempo!

-Te preocupas demasiado, Kolya. Encontrarás al amor de tu vida, tal vez no ahora, pero quizás después.

-¡Pero debo hacerlo rápido!

-¿Por?

-¡No quiero tener hijos después de los treinta! ¡Sería un viejito! De aquí saldré a los dieciséis, luego dos años de educación superior, es decir, saldría a los dieciocho. Dependiendo de la carrera, pueden ser entre tres y seis años de universidad, pero digamos que me gradúo en cuatro. Eso sería a los veintidós, y si hago la maestría enseguida, que son dos años, terminaría mis estudios a los veinticuatro. Tras otros cuatro años de trabajar, es decir, a los veintiocho, tendría suficientes recursos para cuidar de una familia. Así, tendría mi primer, y probablemente único, hijo o hija. ¡Si para entonces no tengo una pareja estable, no podré tener hijos ni aunque tenga el capital! Es por eso que tengo que encontrar esa persona con quién me una un vínculo especial, así tendremos nuestra vida resuelta.

Mis amigos se me quedaron viendo.

-... Wau -Dijeron ambos.

Seguí intentando e intentando disculparme con Oguri, pero él ni me volteaba a ver. Terminó el año, y me dí cuenta de que perdió una materia y tendría que repetir séptimo. Cuando inició el siguiente ciclo escolar intenté hablar de nuevo con él. Tenía su número, y le pedí a un amigo de mi clase de música que le escribiera por mi.

Lo que Mushitaro-kun le dijo sobre mi se pasó de cruel.

"¿Nikolai? No, en absoluto. Ni siquiera me parece lindo"

Auch.

"Es decir, es muy raro. Definitivamente no es mi tipo"

Doble auch.

No lo volví a ver. Escuché decir que se cambió de escuela. También me dijeron que se había conseguido novio.

Ese fue mi primer fracaso amoroso, a la edad de doce. Y a la edad de trece tuve mi siguiente, tras haber conocido a otro de los chicos más guapos que he visto en la vida.

Chuuya Nakahara.

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¡Gracias por leer!