'°•-Traición se escribe con T de Tsushima-•°'

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Desde que me dejé de hablar con mis supuestos "amigos", las cosas empezaron a ir de mal en peor. En el colegio perdí un par de exámenes, una maestra que me conocía desde séptimo me dijo que estaba diferente, y que hacía los trabajos como sin interés.

Las cosas en casa también estaban terrible. Mis padres empezaron a discutir constantemente, y generalmente sus discusiones se debían a mi.

Ambos trabajaban, por eso casi siempre tardaban en recogerme cuando yo estudiaba por la mañana. Pero como ahora yo estudiaba por la tarde, el problema era quién iba a llevarme al colegio.

Cuando peleaban por eso me sentía mal. Miles de veces me habían repetido que yo había sido producto de una cuidadosa planificación. Siempre supieron que querían un hijo, y ese hijo era yo. Pero entonces, ¿por qué parecía que yo era una carga para ellos?

Eso no se sentía para nada bien.

Lo único bueno era que, después de un tiempo, la herida de que Dazai y Fyodor dejarán de hablarme se fue cerrando lentamente. Yo la pasaba genial con Sigma y con otros chicos del salón. De hecho, ahora hablaba con muchas más personas que antes, incluso con gente de otros grados. No sé, me hizo sentir popular.

Pero no por eso me iba a convertir en un cretino, claro. Hay que saber llevar las cosas sanamente.

Una vez, en clase de educación física, me pegaron un pelotazo en toda la cara. Y a pesar del dolor y todo, realmente sentí que era, hasta el momento, lo mejor que me había pasado en el año escolar.

Y sí, sé que suena muy masoquista y todo, pero de verdad que este año ha sido un completo desastre para mí. La paso bien con Sigma, claro, pero extraño pasarla bien con los chicos. Nos reíamos juntos, nos divertíamos un montón. Y sabía que, aunque por alguna razón lográramos arreglar nuestras cosas, eso no iba a regresar. El resentimiento seguiría allí, muy profundo, creciendo poco a poco y silenciosamente como un cáncer, hasta que hiciera presencia y volviéramos a explotar. Ya nada iba a ser igual que antes.

Por eso, que me pegaran el pelotazo se sintió como si nada hubiera cambiado. Me reí como no recordaba haberme reído antes, todo el salón se rió, de hecho (excepto Dazai y Fyodor, que son idiotas), y se sintió de nuevo como si volviera a ser yo, con mi radiante alegría, como suele decir mi mamá.

Fue divertido. Sí, nos reímos mucho, me reí de mi mismo, a pesar del dolor. Eso se sintió bien. No significa que sea un masoquista.

El primero de abril fue mi cumpleaños. Fue un sábado. Mis padres me llevaron a comer y la pasamos bien. El domingo nos fuimos de paseo a un pueblito todo el día. Su intención era que nos quedáramos un par de días, pero yo no quería faltar a clases. Los adultos dicen todo el tiempo que el colegio es como tú segunda casa, y para mí es cierto. De pequeño nunca jugué con los niños de mi barrio, no me dejaban salir de casa sin mis padres.

En el colegio no los tenía todo el tiempo encima y podía hacer amistades, y llevarme bien con otros niños. ¡Claro que quiero a mis padres! Pero, vamos, necesito un poco de libertad.

No le dije a Sigma que estaba cumpliendo años.

Cuando llegué al salón el lunes, había un papel sobre mi mesa. Me senté y miré el papel, de inmediato supe quien lo había mandado.

—Estúpidos —Murmuré.

En el papel había un dibujo de Sigma y yo, encerrados en un corazón y con corazones a los lados. ¿Se suponía que era un mal chiste? Obviamente era de Dazai y Fyodor. Se estaban burlando de mi. Me enfadé.

—Oye, Sigma —Lo llamé.

—¿Dime?

—¿Tú sabes mirar disimuladamente?

El Crush (Siglai/Fyogol) (Hiatus)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora