LEÓN #3 [Disponible en físico]

OCHO

Ivanna

Me despierto con calor, un brazo me rodea por la cintura. Doy un salto de la cama. León se despierta de inmediato. Se apoya en su codo y se frota los ojos con los dedos. Me quedo estupefacta mirándolo, está completamente desnudo. Miro hacia abajo, yo también estoy desnuda. ¿Cuándo nos quedamos dormidos anoche? Lo último que recuerdo es que León dijo que si estaba embarazada se encargaría de nosotros. Debí haberme quedado dormida en sus brazos.

-¿Qué hora es?- pregunta.

Miro la pantalla de mi móvil.

-Las nueve de la mañana.

-¡León!

Mis ojos se abren con el grito de Alessio, León da un salto de la cama. No sabe dónde meterse. Los pesados pasos de Alessio se escuchan más cerca. León agarra el pantalón de su pijama y se lo pone. Abre la ventana.

-¿Qué estás haciendo?- pregunto asustada- Tu rodilla...

-Prefiero quedarme cojo para siempre a que mi padre me encuentre aquí.

Saca una pierna por la ventana. Lo agarro por el brazo y tiro de él hacia dentro de la habitación. Caemos al suelo. La puerta de mi habitación suena.

-Ivanna, abre por favor- es Alessio.

-Al vestidor, corre- susurro a León.

Se levanta rápidamente.

-Un segundo Alessio, tengo que vestirme.

-Espero.

Me pongo rápidamente un pantalón de yoga y una camiseta de manga corta. León se esconde detrás de mi ropa en uno de los armarios. Espero que Alessio no entre aquí o lo verá. Me dirijo a la puerta, la abro para encontrarme con Alessio.

-¿Has visto a mi hijo?

-No, la última vez que lo vi fue anoche.

Alessio mira por encima de mí hacia el interior de la habitación. Frunce los ojos, miro en la misma dirección que él. Las mantas de la cama están revueltas, mis ojos se abren cuando veo la camiseta de León echa pedazos en el suelo. Me giro hacia Alessio, carraspeo para llamar su atención.

-¿Estás segura de que no lo has visto?

-No, ¿por qué iba a estar en mi habitación? Este es el último lugar en el que deberías haber buscado.

-Es el último, lo he buscado por toda la casa.

Trago grueso.

-Ivanna si sabes dónde está, dímelo ahora.

-No lo sé, ¿por qué iba a saberlo?

-Porque hay una camiseta de mi hijo echa trizas en el suelo de tu habitación.

-¡Vale lo admito! Se la robé cuando estuvisteis en Rusia.

Alessio se cruza de brazos.

-Se la robaste...

-Sí, lo siento. Quería burlarme de él.

-Está bien- suspira- Si lo ves, dile que lo estoy buscando. Y pregúntale de qué color quiere el ataúd donde lo voy a enterrar.

-Se lo diré.

Cierro la puerta, espero a que Alessio se aleje. Cuando ya no puedo oír sus pasos, voy hacia el vestidor. León sale de entre mi ropa.

-Lo sabe- dice.

-¿Qué?

-Que sabe que estoy aquí.