VEINTISÉIS

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Ivanna

Me cuesta mucho abrir los ojos. Escucho a mi hermana llamarme mientras llora. Las náuseas se acumulan en mi estómago. Siento que necesito vomitar todo lo que hay en mí. Anna vuelve a gritarme. Abro los ojos lentamente. El frío cala en mis huesos, miro a mi alrededor, hay suciedad por todos lados. Me doy cuenta de que estoy sobre un colchón sucio y roto. Busco a mi hermana por la habitación. La veo correr hacia mí, teopieza y cae hacia adelante con un grito de dolor.

-Anna- murmuro.

-Ivanna, mírame.

Los párpados me pesan. Giro la cabeza rápidamente, dejo salir el vómito. Apoyo una mano en la pared de mi espalda.

-Ivanna te han drogado, tienes que vomitar más.

Niego con la cabeza, ya no sale nada más. Aunque sigo teniendo arcadas.

-¿Por qué estamos desnudas?- pregunto.

-Shiro y Kenzo nos desnudaron.

Me siento con la espalda pegada en la pared, miro a mi hermana.

-¿Te han tocado?

Niega con la cabeza.

-Por ahora no, pero Kenzo a amenazado con... Violarme.

-No lo voy a permitir.

-Estás encadenada igual que yo.

Frunzo el ceño, miro mis pies. Tengo una cadena de hierro alrededor del tobillo. Flexiono las rodillas para abrazarlas. Oculto mi cara en el cueco entre las piernas y mi pecho.

-León, mi esposo, Anna- sollozo.

-Nos encontrarán.

-No lo entiendes, él está enfermo.

-¿Qué?

-Sufre de ataques de pánicos muy fuerte, hace unos meses casi muere, la rodilla, la fiebre, todo se combinó.

-Papá no dijo nada.

-León no quiere que nadie lo sepa, cree que lo hará parecer débil.

-León es cualquier cosa menos débil.

-Pero me necesita y ahora no estoy a su lado para calmarlo.

Anna extiende su mano, me acerco a ella y la tomo.

-Alessio lo cuidará, lo conoces, sabes lo que es capaz de hacer por sus hijos- dice mi hermana.

La puerta de la habitación se abre, Kenzo y su padre entran sonriendo.

-La princesa rusa se ha despertado- se burla Shiro- ¿Qué te ha parecido mi droga? Es de buena calidad ¿verdad?

-Vete al infierno hijo de puta- contesto.

Mira a su hijo.

-Y yo que le traía más droga- dice.

-No se puede ser amable con putas como ella, papá.

Kenzo mira fijamente a mi hermana.

-Si la tocas, te juro que te mato- lo amenazo.

-No puedes detenerme- me dice.

Kenzo empieza a golpear a Anna.

-¡No!- grito- Deja a mi hermana, golpeame a mí.

-Tú tienes otra cosa en la que concentrarte- dice Shiro.

Se agacha frente a mí. Intento golpearlo, pero aún estoy débil por la droga que me inyectó. Así que, no le cuesta nada sujetarme y volver a inyectarme droga. Mi visión se empieza a nublar, la euforia crece dentro de mí. Me siento como si fuese capaz de trepar por las paredes. Apoyo las manos en el colchón y me dejo caer, miro hacia al techo. Parpadeo un par de veces. Empiezo a reírme y no sé por qué.

LEÓN #3 [Disponible en físico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora