TREINTA Y DOS

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León

Es extraños volver a sostener un bebé tan pequeño en mis brazos, no lo hacía desde que Rocco y Levka nacieron. Gianara es la más tranquila de las dos, pero en mis brazos está Paola, llorando y chillando. Matteo me está mirando con cara de querer asesinarme, como si yo tuviera la culpa de que nuestra hermana esté llorando. Se pone las manos en puños sobre la cintura. Mi madre se ríe.

-No es mi culpa, piccolo- digo.

-Ella no estaba llorando hasta que la has cogido- dice- Devuélvesela a papá.

Pongo los ojos en blanco.

-La estás cogiendo mal, por eso llora- dice mi madre.

-¿Cómo se puede coger mal a un bebé? Levka y Rocco nunca se quejaron.

Mi hermana Gabi me mira.

-Cogiste una o dos veces a Levka y Rocco cuando eran bebés y sólo duraste dos minutos porque empezaron a llorar.

Niego con la cabeza.

-Estáis todos contra mí.

-Pasas demasiado tiempo con Dmitry- se burla mi hermana Gabi.

-Deja que te ayude- dice mi padre.

Me enseña cómo coger mejor a Poala, mi hermana deja de llorar de inmediato. Después de pasar un rato con mi familia, voy a buscar a Fiama, entro en su habitación, está en mi ala de la casa. Fiama se sienta rápidamente en la cama.

-Cálmate, no voy a hacerte nada.

-¿Has venido para llevarme a Rusia?

-Sí, mañana al mediodía nos vamos. ¿Has guardado tus cosas?

-¿Para qué? Voy a morir cuando de a luz.

Me siento en el borde de la cama.

-Ne traicionaste, robaste mi semen, te inseminaste sin mi permiso. No contenta con eso, hablaste con tu padre a escondidas para matar a mi mujer. Y lo peor de todo, es que amenazaste la vida de mi hijo.

-León, por favor, perdóname. Me iré lejos, puedo irme a Estados Unidos con mi tía. Te entregaré al bebé para que lo críes con tu esposa, nunca volverás a saber de mí, te lo juro.

-Tu palabra no vale nada para mí.

-Por favor, no quiero morir- solloza.

-Mi esposa tampoco quiso sufrir, ¿tienes idea de lo que le hicieron Kenzo y Shiro a ella y a su hermana?

Fiama niega con la cabeza.

-Las torturaron cada día, las tenían encadenadas como a perros, violaron a mi cuñada delante de mi mujer. ¡Ivanna ha perdido la movilidad de su mano!- grito, Fiama se estremece- Levántate el camisón.

Fiama obedece mi orden, deja su vientre al descubierto. Pongo mis manos sobre él, mi hijo no se mueve.

-Kassius- empieza a moverse al oír mi voz- Mamá está bien, se está recuperando para ti, quiere que te diga que está deseando de tenerte en sus brazos. Mañana te llevaré con ella, vas a nacer en su país. Cuando crezcas harás el juramento de las dos mafias más importantes del mundo, serás un rey, hijo. Papá te enseñará a usar las armas y tu madre a defenderte. Es la mejor luchando.

Fiama se limpia las lágrimas. La miro a los ojos.

-Alégrate de que no vas a sufrir ni la mitad de lo que ha sufrido mi mujer y su hermana, nadie va a violarte, pero te aseguro que voy a hacer que sus huesos crujan y grites de dolor.

Le cubro la barriga con el camisón, me pongo de pie.

-Ahora, duerme. Mañana tenemos uqe viajar.

Salgo de la habitación de Fiama.

LEÓN #3 [Disponible en físico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora