-Len-
Han pasado solo cuatro días desde que Caleb llegó y ya es toda una celebridad en la escuela.
Todos quieren hablarle y conocerlo, lo que debe ser algo agobiante, aunque el se muestra complaciente, tal vez este acostumbrado a ser el centro de atención y es genial, ayuda a su adaptación y me facilita el trabajo pues solo debo ponerlo al corriente de las clases y no estar detrás suyo en cada paso dentro del campus.
No me malinterpreten, me cae bien, pero no me gusta sentirme una niñera.
A demás, la abuela se tardó tres días en decidir qué nos daría para el proyecto de historia, lo cual, entre los entrenamientos de Simón, mis clases avanzadas, de piano, mi ayuda a Caleb y las otras clases, nos ha retrasado.
Al final solo nos contó lo que ya sabemos. Venimos de un pequeño pueblo, más pequeño que Corson, dice, en el área oriental de Venezuela, dónde nuestra familia era dueña de una hacienda cafetalera. Que nuestro padre murió en un accidente, nos mudamos al centro del país con mamá y ella; allí la salud de nuestra madre decayó con rapidez, provocándole la muerte a la edad de 31 años, dejándonos a su cargo cuando teníamos 1 año.
Luego ella vendió la hacienda, y vinimos a Corson Hills, dónde hemos vivido desde entonces.
Es todo. Esa es nuestra historia, al menos la parte que la abuela cuenta. No da detalles, ni cuál fue la enfermedad de mamá ni quien era su padre, nada más. Solo eso y una fotografía vieja donde aparecen nuestros padres y ella en una plaza colonial. Mamá aún estaba embarazada cuando la tomaron, podía apreciarse su abultado vientre.
—Debe ser suficiente, pues no obtendremos más. – dije. Ellie y yo, estábamos en la biblioteca trabajando en nuestros informes.
—No es justo que su abuela se niegue a hablarles sobre familia – dijo – Tienen derecho a querer saber más, a conocer sus orígenes.
—Es una batalla perdida.
—Siempre he creído que tu abuela esconde cosas de las que se avergüenza ¿sabes? y por eso no les dice más.
—Supongo que moriremos con la duda.
—Tengo una idea – dijo de pronto –. ¿Qué te parece si investigamos por nuestra cuenta?
—Simón y yo lo hemos intentado, Ells, pero es como un callejon sin salida.
—Si, bueno pero recuerda que papá tiene muchos contactos y amigos que podrían ayudarnos. Creo que seria divertido y tendrían respuestas a sus dudas.
—No lo sé, si ella se entera...
—No lo hara. Vamos, di que sí, Simón ni siquiera lo pensará – insistió.
Puede que esté cometiendo un grave error pero no puedo negar que la curiosidad por saber más es enorme.
—De acuerdo, está bien. Lo haremos.
—¡Excelente! – chilló – déjame los detalles a mí.
—Hola – saludó Caleb acercándose.
—¿Cómo estás? – preguntó Ellie.
—Bien. Te estaba buscando, Len. – Lucía algo nervioso.
—¿Si? ¿Qué sucede?
—Queria preguntarte si... es que mi madre quiere conocerte.
—¿Conocerme? – miré de reojo a Ellie quién no podía ocultar su sonrisa. Veo venir lo que me dirá después.
—Si, es que quiere conocerte porque le he comentado que has estado ayudándome estos dias. – dijo – y quiere agradecértelo, así que ¿Te gustaría venir a casa después de la escuela?
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Sangre Maldita
Siêu nhiênDicen que ninguna familia es perfecta. Que todas guardan secretos. La nuestra... La nuestra guarda el infierno entero.