-Len-
—No puedo imaginar que alguien esté matando personas en este pueblo – dijo Ellie. – es que piénsalo ¿quien lo haría?
—A mi lo que me extraña es que habían declarado las primeras muertes como naturales, ahora dicen que fueron asesinados. – Dijo Simón.
—Si pero si lo piensas, es extraño que los tres hayan sufrido un ataque cardíaco a la vez. – agregué. – un asesinato tiene más sentido. Existiría un patrón, los cuatro fueron hallados en el bosque, los cuatro tenían algunas heridas extrañas en el cuerpo y los cuatro sufrieron un infarto.
Se había dado a conocer que, al igual que los otros, Tate también había sufrido un ataque cardíaco fulminante.
—Y los cuatro eran chicos, hombres. – Convino Simón.
Llevábamos todo el almuerzo hablando del tema, en realidad toda la escuela estaba hablando de eso.
¿Un asesino en Corson Hills? eso sí era una noticia.
Un asesino que tortura a sus víctimas hasta el punto de hacer que su corazón se pare por sí solo.
—Pero ¿quién? y más importante aún ¿por qué? – continuó Ellie.
—Tal vez a alguien de le cruzaron los cables y perdió la razón.
—O no es alguien de aquí. – dijo mi hermano.
—¿Algún foráneo? ¿Quién? los únicos nuevos aquí son Caleb y su familia.
—Pero nadie ha visto a su padrastro aún – dijo Ellie.
—Las muertes comenzaron antes de que ellos llegaran. – defendí. – no creo que sea posible.
—Bueeeno, pero es como dices son los únicos de fuera.
—O alguien del pueblo si se volvió demente.
—Como sea, ese es trabajo de la policía, basta de conspiraciones. Ahora, tengo noticias. Le dije a mi padre sobre la investigación sobre su familia, y dijo que contactaría con un amigo suyo que es investigador privado.
—¿Investigador privado? – pregunté.
—Si, y ya sé lo que estás pensando, no no, tendrán que pagarle. Le debe algunos favores a mi papá.
—Entonces ¿qué debemos hacer?
—Ir a mi casa el jueves, después de clases para reunirnos con él y así le dan sus datos para que empiece. Esa es la parte sencilla, el trabajo duro le tocará a él.
—Bien – respondimos a la vez Simón y yo.
—Llevo conociéndolos toda la vida y todavía me causa escalofríos cuando hacen eso.
—¿Hacer qué? – preguntamos de nuevo a la vez.
—¡Eso! hablar al mismo tiempo, es perturbador – se quejó.
—Se llama telepatía – bromeé. – es cosa de mellizos.
La campana sonó, llevamos nuestras bandejas al cesto de basura y caminamos a clases.
Después de la hora del almuerzo, Simón tenía entrenamiento de Béisbol así que se despidió de nosotras y fue al estadio.
Ellie y yo teníamos matemáticas.
Al salir de clases, como aún estábamos castigados, se supone que la abuela vendría a buscarnos pero envío un mensaje avisando que el auto presentaba algunas fallas y no podría venir.
Caleb quien esperaba junto a nosotros que también vinieran por él ofreció llevarnos.
—Sabes algo, el entrenamiento estuvo intenso hoy y estoy agotado, aceptamos. – dijo Simón.
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Sangre Maldita
ParanormalDicen que ninguna familia es perfecta. Que todas guardan secretos. La nuestra... La nuestra guarda el infierno entero.