III

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Al día siguiente era posible oír desde la enfermería, en la cual ahora solo yacía el supuesto héroe invocado y el príncipe a su lado, los gritos de la discusión de los magos de la corte. Alphonse despertó antes que los rayos del sol golpearan su cara, se sobresaltó de inmediato al oírlos. Lo primero que hizo fue ver al héroe el cual seguía inconsciente y sin cambios, luego de eso se levantó y se dirigió hacía aquellos gritos de las voces graves de los magos. Caminó por el amplio y vacío pasillo, puesto que la escuela estaba cerrada por el periodo vacacional de invierno, hasta que finalmente llegó a la enorme puerta del comedor. Esta se encontraba cerrada pero a través de ella se podía entender perfectamente lo que los magos gritaban.

—¡Esa cosa no es ningún héroe, es un quemado! —fue la primera frase que logró entender Alphonse a través de la puerta, inmediatamente se detuvo de abrirla para continuar escuchando.
—Es inconcebible que el príncipe nos haya hecho hacer esto. Un quemado ¡Un quemado tenía que ser! —No le fue difícil reconocer la voz, era el tercer archimago de la corte, Sir Wyron, un anciano tan viejo como Sir Liondas con un terrible temperamento y personalidad pese a haber recorrido el mismo camino que este, en un pasado, durante su juventud llegó a ser uno de los candidatos para gran archimago, pero Sir Liondas fue quien terminó ocupando ese puesto.

—Controle sus palabras Sir Wyron. No es digno de un mago de la corte expresarse así —se oyó responder a Sir Liondas con serenidad pero también firmeza.

—¿No esperará usted, gran archimago, que guarde algún tipo de respeto o prudencia por esa bestia? A estas alturas ya debería de haber recuperado su mana y haber despertado, aún siendo un común, y sin embargo ahí yace pateticamente débil como un vegetal.

—Ciertamente su bajo nivel de mana es preocupante. El qué se mantenga aún con vida es algo que no me logro explicar —Habló Sir Krane, segundo archimago de la corte, él compartía muchos más rasgos en común con Sir Liondas que Sir Wyron. Era el más viejo de todos los magos de la corte e incluso había sido maestro de Sir Liondas y Sir Wyron.

—¿Realmente es un humano? —preguntó uno de los magos menores, Sir Hedar.

—Sin duda lo es —respondió Lady Odetta, una de los magos mayores—Lady Sirona lo ha confirmado con distintas pruebas ya, aunque claro que es todo lo humano que podría ser un quemado.

Al escuchar los distintos comentarios e insultos de los magos de la corte hacia el inconsciente héroe, Alphonse podía sentir como una amalgama de emociones crecía dentro de él. Primero era la consternación y decepción, él admiraba a la corte de magos y ahora los escuchaba expresarse así de un joven inocente. Seguido a esto vino la ira ¿Cómo podían decir tales cosas del héroe? Referirse a él como una cosa, una bestia ¿Cómo podían ser tan crueles? Ni siquiera le habían dado la oportunidad de demostrar lo que era capaz.

—Si no despierta ¿Qué haremos con él? —pregunto uno de los magos.

—Eso es obvio —respondió Sir Wyron con desdén—Nos desharemos de él, lo mataremos.

Las puertas del gran comedor se abrieron de golpe, todos en este giraron y callaron para ver al príncipe entrar y dirigirse a ellos con la mayor firmeza y furia posible.

—¿Cómo pueden decir tales vilezas? —preguntó viendo a todos los magos que se habían expresado mal del héroe, algunos voltearon la vista para evitar el contacto visual con el príncipe, otros, incluido Sir Wyron, hicieron lo contrario
—¡El héroe esta bajo nuestra protección hasta que yo diga lo contrario, y de ningún modo harán algo para dañarlo!

—¿Nuestra protección? ¿Cómo podríamos protegerlo? —preguntó indignado Sir Wyron.

—Yo soy su príncipe y acataran mis órdenes.

Crónicas De Fere: El Príncipe Y El Héroe Invocado. (Primer Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora