➥ Capitulo 02

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“ Nunca pensé en ser como los demás mi corazón siempre será y le pertenecerá a Esparta ”




La vida de los espartanos era dura desde los primeros años de vida. Los niños varones eran separados de sus padres a los 7 años, para ir a entrenamientos severos. Mientras que las mujeres era obligadas a practicar atletismo y lucha cuerpo a cuerpo. Y no porque fueran a convertirlas en guerreras sinó, porque así se estarían en excelentes condiciones para engendrar a guerreros poderosos.

El amor maternal era casi nulo, dejaban a sus hijos solos. Por horas o los dejaban solos en una habitación oscura así no tendrían miedo a nada.

La educación en el primer año de vida de Eileen, no fue diferente a de los demás.

Su madre la dejo sola en una habitación oscura por más de medio día. A comparación de otras niñas, Eileen no lloraba, no gritaba. Sólo se mantenía en silencio como si nadie estuviera en ese lugar. Ella ya no lloraba, ya no reía solo existía.

— Eileen luchará contra Desa. —dijo un instructor mientras veía a las dos niñas—. Empiecen.

La azabache asintió para caminar al medio del cuadrilátero. Mientras que la contraria imitó su acción, dió un gritó de batalla lanzándose encontra de Eileen.

En menos de lo esperado ya se encontraba en el suelo en una posición vergonzosa. Los pocos espectadores quedaron impresionados mientras que Eileen se retiraba como si nada.

Las compañeras de la castaña se acercaron ayudarla. Pero Desa les dió un manotazo enojada, sacudió sus ropajes viendo con rabia a la azabache.

Pero los superiores que decidían, acerca de los jóvenes traídos a la vida. Si serían útiles en batalla, observaron desde lo alto del Coliseo. A la primogénita de Leónidas, habían escuchado rumores de que al momento de nacer estaba más muerta que viva. Pero ver su desempeño en los combate cambiaba las cosas.

— Eileen necesito hablar contigo. —hablo su madre Gorgo. Interrumpido las lagartijas que hacía la azabache.

La niña se detuvo sentándose en el suelo observando expectante a su madre. 

La castaña suspiro para sentarse en una piedra frente a la infante—. Sabes que es referente. A los entrenamientos ¿verdad? —la niña evito su mirada autoría—. Eileen mírame cuando te hablo.

De mala gana la miro fijamente esperando a que hablará—. No puedes seguir entrenando Eileen, sabés que una mujer espartana. Sólo entrenan para engendrar hijos, no pueden ser guerreras.

La azabache la miro inexpresiva, apretó la tierra debajo de su manos. Estaba temblando no de miedo sinó de la impotente rabia que sentía.

— Yo no estaría tan seguro. —hablo su padre llegando a la escena. Los ojos de la niña se iluminaron. Leónidas levantó a su hija del suelo poniéndola en su hombro—. Me jure a mi mismo que si mi primogénito fuera hombre o mujer. Lo entrenaría hasta convertirlo en el guerrero más grande de la historia —sonrió orgulloso—. ¡Y mi hija no necesita de ningún hombre! ¡Ella será la guerrero más fuerte que Grecia haya visto!

Gorgo suspiro rendida sonriendo diminuta. Sabía que hacer cambiar de opinión a Leónidas era imposible si el tomaba una decisión no iba a retroceder.

𝐖𝐎𝐍𝐃𝐄𝐑 𝐆𝐈𝐑𝐋; ApoloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora