𝐖𝐎𝐍𝐃𝐄𝐑 𝐆𝐈𝐑𝐋; Apolo

➥ Capitulo 11

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— ¡Señorita Eileen! —grito la menor de las valkyrias cuando alfin visualizó a la espartana; está venía acompañada del dios Buddha.

— Mocosa.. —susurro cuando Geir se lanzó abrazarla. La pequeña cabeza de la valkyrie quedó en su vientre mientras se aferró a él sollozando.

— ¡Hermana mayor! —el grito de su hermano menor hizo que la azabache se volteara haberlo con una discreta sonrisa.

Su mente divago al pensar que habrá ocurrido con el y su madre. Lamentándose por no haber convivido más con ellos, por no decirles cuánto los amaba y los apreciaba en su vida.

Al fin y acabo un espartano jamás mostraba sus sentimientos en público mucho menos en privado.

La mano de Eileen viajó de manera involuntaria a la cabeza de Geir para acariciarla suavemente como si fuera un pequeño animal.

Buddha solo observó la escena mientras comía de sus palomitas como si estuviera la película más interesante del mundo.

— Yo también te tengo aprecio mocosa. Pero ya sueltame o te pateare el trasero —amenazo lo último. En ese instante Geir la soltó agachando la cabeza repitiendo una y otra vez un "lo siento" en voz baja.

Eileen sólo sonrió con gracia.

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Brunhilda se encontraba arrodillada mirando fijamente el suelo sin atreverse a mirar aquél hombre frente suyo a los ojos.

Apolo la analizó mientras en sus labios se trazó una sonrisa divertida.

— Solo te pido que la vigiles.. y ni eso puedes hacer bien, valkyria. —su voz se puso grave al mencionar la última oración.

— S-señor Apolo, permítame explicarle. —se levantó del suelo pero en ese momento el dios del sol; le dió la espalda con indiferencia.

— Está claro que no eres capaz de hacer una simple tarea —dijo con seriedad algo que no era propio de él.—Yo iré a buscarla, valkyria. Tus servicios ya no serán requeridos.

La hermana mayor lo miró con impotencia pues ya sabía por donde iba su conversación.

— Nuestro trato se cancela —antes de que Brunhilda objetara puso un dedo sobre sus labios obligándola a callar. —Es demasiado tarde para arrepentirse. Eileen es la única mujer que en toda mi inmortal estoy dispuesto amarla sólo a ella, ¿raro? ¿no crees?

Brunhilda se quedó en silencio apretando sus puños con impotencia. Hasta que Apolo porfin decidió retirar su dedo de la comisura de sus labios.

— Nos veremos cuando me toque luchar. El mortal que luche contra mí no logrará tocarme, porque si lo hace también lastimará a Eileen y eso no lo permitiré —sentenció antes desparecer entre las penumbras sombras del pasillo.

Dejando a la valkyrie eufórica pues su plan se había ido por el caño. Solo podía recurrir al plan B, que en ese preciso instante se puso en marcha.

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— Hermana Brunhilda, ¿estás segura que es lo correcto? —pregunto la de cabellos lilas con miedo en su voz.

— No tengo otra opción —dijo seria; su mano se deslizaba con toda rapidez por la pantalla buscando a quienes serían los siguientes luchadores.

Se detuvo al ver la imagen de la princesa Eileen, dudó en tocar la imagen pasándola de largo seccionando al luchador de la quinta ronda.

Geir suspiro al ver que no seleccionó a la espartana; pues ya iba ganándole afectó.

— Guardaré a Eileen para el gran final.. o más bien cuando el luché —hablo con la voz algo sombría.

— Hermana.. no estarás pensando en..

— Así es Geir hare que ella luche contra Apolo —dijo segura de sus palabras.

— Hermana Brunhilda... ¡No puedes hacer eso! ¡Ambos se lastimaran! —objeto la menor.

— Como te lo dije Geir. El amor que Apolo tiene por ella será su perdición.