.•° .。↳ ❪𝐚𝐧𝐭𝐢-𝐫𝐨𝐦𝐚𝐧𝐭𝐢𝐜❫ * ˚ • '.✦
❛Después de la leche de plátano,
tú eres lo que más amo
en el mundo.❜
saemi no acepta sus
sentimientos ante su amigo
o
sieun se da cuenta sobre
sus sentimientos, p...
Weak hero class 1 (#) capítulo dos ❛caos en camino❜
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Lee SaeMi.
Abrí la puerta del salón, para que mi vista diría hasta Ahn Suho, dormido en tres mesas, sin siquiera molestarse en roncar.
Sieun sin preocupaciones, prendió la luz, haciendo que Ahn nos viera. Lo salude con una sonrisa, caminando hasta mi lugar dejando la mochila ahí, y volver con Sieun.
─ Iré por unos bocadillos, ¿Quieres algo? ─ pregunte a Sieun, mientras abría la ventana. Él negó con la cabeza. ─ Con el estómago vacío no vas aprender nada.
No le deje reprochar cuando salí del aula, hasta una máquina expendedora.
......
Entre al salón confundida por no ver a Sieun con su uniforme deportivo. El solo seguía buscando algo en su mochila. Y después se giró a ver a esa pandilla.
─ ¿Qué estás mirando? ─ Preguntó Yeongbin borrando su sonrisa. ─ ¿cual es el problema? ¿Perdiste algo?
─ Podría doblarte hasta la mitad.
─ ¡Aigoo! ¿A eso le llamas músculos? ─ intervengo. ─ Son una porquería, podría apostar que Suho si los tiene, y eso que se la pasa sin hacer nada. El sí atrae chicas, no como ustedes.
Yeongbin se burló por mis palabras, pero no dijo nada. ─ Vamos.
─ Tengan cuidado, princesitas. No se vayan a lastimar por tanto músculo ─ me seguí burlando hasta que desaparecieron de mi vista. Mire a Sieun y chasqueo la lengua. ─ Imbéciles, pero no te preocupes. Sabía que eso sucedería. Así que traje uniforme extra en mi mochila.
Sieun me miró. ─ ¿revisaste mi ropa?
─ ¡Omo! ¡Omo! No soy tan pervertida. ¡Solo pontela y no preguntes! ─ camine hasta mi lugar. Sacando una playera, y después lanzarla hasta Sieun, que claramente le cayó en el rostro. ─ ¡lo siento!
......
Me detuve cuando Sieun lo hizo, y lo mire sin poder creer que no era nada atlético, cuando su padre era entrenador.
Que cosas.
─ ¡No caminen! ¡Sigan corriendo! ─ nos grito el entrenador cuando nos vio ser los últimos.
Tomé el brazo de Sieun. ─ Hey, vamos. Si logras llegar, te juro que no dormiré en tu casa hoy, y además pasaré la prueba de inglés que tenemos hoy.
─ ¿En serio?
─ ¡nunca te he mentido! ─ me miró incrédulo. ─ ¡Aigoo! Eres un rencoroso. Ya casi llegamos, ¡andale!
Cuando Sieun comenzó a correr, o si se podía llamar así del como lo hacía. Trotaba a su lado, mientras soltaba palabras animadoras, que me hacían ver una completa desquiciada a su lado.
