C a p i t u l o 1 8

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[NARRADOR OMNISCIENTE]

— ¡No es justo! —Exclamó Libra azotando la puerta al entrar al la cabaña.— ¡Ese viejo decrépito prefiere a los conejos! ¡Claramente llegamos primeros!

— Libra, no digas esas cosas, por favor. —La regañó divertido Alexander.— Estoy seguro lo lograrán la próxima vez, no se desanimen niños.

— No lo creo Alex. —Suspiró Capri.— Estoy de acuerdo con Lib... bra. —Carraspeó recibiendo una mirada de sus amigos más cercanos.— ese tipo quiere que ganen los conejos, cómo los años anteriores, supongo.

Capricornio suspiró mientras se dejaba caer en el sofá frente a Libra, se sentaría junto a ella pero ocupó todo el espacio de ese sillón para recostarse, a su lado tomó asiento Escorpio quién se tocaba la frente sosteniendo el peso de su cabeza sobre su brazo apoyado en el borde del sillón, todo lo sucedido en lo poco que iba del día había logrado que hasta el rincón más extraño de su cerebro doliera.

Géminis se sentó a su lado y la abrazó mientras apoyaba la cabeza sobre su hombro.— ¿Te duele mucho? Puedo acompañarte a la enfermería y que te den algún té o un medicamento si lo crees mejor.

— No, no hace... —Repensó la propuesta de la chica, quizás le darían alguna pastilla tranquilizante, era mejor que nada, ya había pasado mucho tiempo limpia y no le gustaba estar tan presente, la pasaba mal.— Tienes razón debería ir, se me parte en dos el maldito cráneo.

— Iré a preguntarle a Alex si podemos ir. —Se puso de pie para acercarse a el nombrado quien escuchaba las quejas de Leo pidiendo justicia por el desenlace del juego.

La chica suspiró con hartazgo. — ¿Podrías dejar de susurrar de esa manera? Es molesto, si quieres decirle algo a la rubia díselo y ya. —Observó con molestia a Capricornio que estaba sentado a su lado observando cómo Libra dormitaba.

El rubio volteó desorientado, no supo que responder, que decir o si le hablaba a él. Levantó la cejas apoyando la punta de sus dedos sobre su pecho mirando a la chica que le habló.

— ¿Perdona? ¿Es a mi? —Escorpio asintió obvia, cubriendo sus ojos de la luz.— Es que yo no... yo no estaba hablando.

La chica pensó unos segundos, apretó lo ojos y se rascó la sien con nerviosismo mientras soltaba un largo y profundo suspiro.— Mierda, no otra vez...

Recordó lo pasado cerca de la mañana, juraba haberlo escuchado decir algo sobre la rubia en susurro pero por su reacción era obvio que eso no pasó, era suficiente, la dejaran o no salír, iría a la enfermería y tomaría unas cuantas pastillas para calmar la mente un rato, todas esas voces que escuchaba eran una imaginación de sus cerebro por el tiempo que había pasado sobria.

— Pero ¿que pasó? —La miró con preocupación mientras apoyaba una mano en su hombro, Escorpio tembló un milisegundo como si una corriente le recorriera todo el cuerpo muy rápido. Se sintió preocupada y algo le revoloteó el estómago de una manera linda. — ¿Estás bien?

— Sí. —Tragó saliva y se puso de pie rápido tirando el brazo de Gem, quería irse de allí en ese instante. — ¿Y que te dijo?

— Aún no pude hablar con él. —Notó lo ansiosa que se veía la morocha y la tomó de la mano, Escorpio se estremeció otra vez y cortó la unión rápidamente, mientras respiraba por la boca con nerviosismo.— Escor, me asustas, ¿que pasó?

Miró a su alrededor, algunos de ellos lo notaron y la miraban con extrañeza, sintió que su cerebro se ponía de cabeza y todo le daba vueltas, se sentía agobiada, sobrecargada de pensamientos y sensaciones en todo su cuerpo, quería vomitar, gritar, reír, llorar, todo a la vez. Sin soportarlo más caminó a la puerta con torpeza por el mareo y sin poder escuchar a ninguno de los que estaban dentro de la casa salió por la puerta y caminó sin parar.

Campamento The Elements.  [zodiaco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora