Campamento The Elements. [zodiaco]

C a p i t u l o 2

[POV'S; CÁNCER]

— Mamá, mira ¿este está lindo, no? — La rubia señaló un melón.

— A ver... — Lo tomó en sus manos, para apretujarlo un poco y luego olerlo. — Está perfecto, buen trabajo Cani.

Luego de un largo rato de compras en el supermercado, decidieron ir por fín a casa pero se toparon con una feria de ropa por lo que su madre no se pudo resistir y se quedaron comprando.

Mientras Cáncer miraba unos vestidos, unos metros más lejos de donde ella se encontraba había un chico castaño junto a una chica de cabello rubio, Cáncer no les dió atención, ya que parejas habían por todas partes; pero cuando el chico le pareció conocido trató de mirar lo más disimuladamente posible hacia allá.
   Al reconocer quién era, su corazón se apretujó, como el melón de hace un rato, sus ojos se volvieron vidriosos y comenzó a recordar todos los momentos que pasó con él, su novio, que ahora estaba ahí con alguien más, alguien que no era ella, otra vez. Sin poder evitarlo una lágrima se deslizó por su rostro.

Cáncer por más dolida que estuviera quería enfrentarlo y le preguntarle quién era ella, hasta que llegó su madre mostrándole muy feliz unas prendas que había conseguido.

— Cani, mira esta camisa, ¿no es hermosa? — Al ver la cara de su hija empapada en lágrimas y completamente roja, observó alrededor encontrando la escena vista antes por Cáncer. — Mejor vamos a casa o tu padre la quemará.

La mujer secó un poco el rostro de la chica y la rodeó con el brazo para luego encaminarse hacia su casa, conteniendo sus ganas de ir a golpear a ese chico, que había herido más de unas vez a su hija tanto psicológica como físicamente.

[...]

Cuando al fin llegaron Cáncer corrió a su habitación y se encerró en ella, soltando lo que había contenido durante el camino. Luego de unos segundos se oyó a Libra gritar del otro lado mientras golpeaba repetidamente, ya cansada de tanto ruido, se secó la cara y abrió la puerta de mal humor.

— Devuelve lo que me quitaste. — Cuando escuchó esas palabras hizo memoria y recordó la vez que le quitó, sin permiso, su plancha de pelo; pero decidió hacer como que no sabía de qué hablaba y se dejó caer en su cama, para que le preguntara que le pasaba.

Libra sabía que algo iba mal, aunque parecía no importarle le preguntó que sucedía y Cáncer haciendo como que dudaba en si contarle o no, lo hizo y obtuvo la respuesta que esperaba de ella, ya que conocía bien a su hermana, cosas como que terminara con él porque era una basura, y cosas así.

Un rato después, llegaron sus padres a tocar la puerta y decirles que bajaran porque les contarían algo. Las hermanas se miraron confundidas, para luego asentir, Libra se puso de pie al instante para seguirlos.

— Aún no me olvido, vendré a revisar tu habitación más tarde. — Habló la mayor entrecerrando los ojos.

— Claro, revísala pero no encontrarás nada, porque yo no la tengo. — La desafió la menor.

Cuando Libra desapareció y se escuchó como bajaba las escaleras, Cáncer corrió a su escritorio, abrió un cajón, donde estaba la plancha de pelo, antes de que su hermana volviera, con el mayor silencio posible, caminó hacia la habitación de Libra y la escondió entre las sábanas de su cama.

Al salir, Libra ya estaba subiendo y se acercó a la menor con los ojos entrecerrados.

— ¿Que haces aquí? ¿Entraste a mi habitación? Ya te dije que no puedes entrar sin mi permiso — Cáncer iba a contestar pero la rubia no se lo permitió. —, y menos robar mis cosas.