Nacimiento De Una Princesa. || V.B ||

💮»𝟭𝟴«

-¿De verdad piensas llevar tantas maletas, mujer?-le preguntó al verla con dos maletas llenas de ropa y otra más pequeña

-Claro que sí, llevó vestidos, baby dolls que quiero enseñarte, bikinis y otras cosas que son importantes, tú solo llevas una porque solo llevas ropa, trajes de baño y productos de higiene personal, sin embargo, tienes una esposa muy hermosa y glamurosa, así que es importante que llevé mis productos para la piel y demás.

-¡Mierda! Si llegamos a tener otro hijo espero que no sea una niña, me volvería loco.

Bulma me mira con una sonrisa burlona en su rostro-No seas idiota, sé que si llegamos a tener una hermosa niña será tu perdición.

-¿Cómo estás tan segura de ello?

Ella se encogió de hombros-Los padres siempre adoran a las niñas, no creo que en los saiyajines sea la excepción, además si me gustaría tener una, no sería tan agradable estar rodeada de puros hombres.

-Es para tu protección y en caso de que yo no esté, ellos estarán para protegerte, si los críos no lloraran tanto y crecieran más rápido, fácilmente hubiéramos tenido 10 hijos o más.

-¿¡Qué!? ¡No me digas que los saiyajines tenían familias grandes!-me pregunto algo exaltada y yo me tapé los oídos

-No tienes porque gritar mujer escandalosa, estoy cerca de ti y se podría decir que si lo era, así la descendencia saiyajin no tendría fin y habrían legados bastantes poderosos, aunque eso de usar a las féminas cómo máquinas para hacer críos, no es de mi agrado, ya te había dicho que las leyes de los saiyajines eran algo machistas y gracias a mi madre fueron eliminadas.

-Al parecer tu madre si tenía voz y voto en el reinado.

-Mi padre no era machista, siempre tomaba en cuenta las opiniones de mi madre, por lo cuál había sido criticado, pero nadie cuestiona al rey y gracias a ella pudieron ganar una pelea, no solo era una saiyajin, también poseía una gran inteligencia, claro que teníamos científicos de otros planetas, pero ella era la de las ideas brillantes, quiso ser científica, pero obviamente por ser reina, no podía rebajarse a eso, aunque serlo no tiene nada de malo habían muchos prejuicios, fue muy criticada por eso y más cuando nació Tarble, el cuál no obtuvo un gran potencial en las luchas.

-Por lo poco que me has dicho de ellos, se nota que eran bastante unidos.

-Claro que si, la mayoría de los reyes se casaban por pura conveniencia, ya sea que ambos fueran fuertes para tener un legado poderoso, pero en mis padres fue diferente, ellos se conocían desde críos y mi madre era una de las mujeres más fuertes del planeta, fue por eso que cuando planeaban casar a mi padre, ella derrotó a todas las mujeres saiyajin con facilidad, siendo la única de pie y a las pocas semanas se casaron.

-¿Entonces si tú planeta aún existiera escogerían a la que sería tu esposa y tú no podrías hacer nada para cambiarlo?

-No, no podría hacer nada, aunque las cosas eran diferentes, no me permitía tener sentimientos por otras personas, tal vez solo hubiera soportado por lo mismo de tener una descendencia poderosa, las mujeres saiyajin eran muy hermosas, pero mi madre fue especial.

-¿Cómo era ella? Se ve que le tienes mucho respeto y cariño, para ser una saiyajin tenía un corazón muy noble.

Yo sonreí ante lo que dijo-Claro que lo tenía, pero por ser reina tenía una reputación que cuidar, supongo que solo se mostraba más sentimental con nosotros y respondiendo a tu pregunta... Cómo dije antes era una mujer muy hermosa, cabello largo lacio y ojos negros, pero rasgados, piel blanca, altura mediana, siempre portaba sus elegantes atuendos reales, no te mentiría que fue envidiada por muchas feminas y no sólo fue porque se casó con mi padre, si no por su belleza y escencia, poseía un carácter muy fuerte, siempre veía por los demás y aunque las feminas también eran muy toscas, ella no lo era tanto, fue una reina muy amada, incluso más que mi padre.

-Creo que hubiera sido lindo conocerla, yo siempre me imaginé que tú madre era fría cómo tú, pero ahora me doy cuenta de dónde sacó Tarble esa calidez.

-Tch, el es muy suave, literalmente el es como ella, yo fui así porque crecí y me involucraba más con mi padre, aún no entiendo cómo pudieron llevársela tan bien, mi padre tan frío y mi madre tan noble y cariñosa.

Bulma sonrió y me abrazó por detrás recargando su frente en mi espalda.

-Supongo que fueron como nosotros, creo que de cierta manera tu madre entendió a tu padre, les ayudó a que se conocieran de niños, creo que es algo muy típico que pasa, además dicen que los opuestos se llevan mejor y creo que ellos y nosotros somos la prueba de eso.

-En un principio nunca imaginé terminar así, solo tenía la sed de venganza, de derrotar a Kakaroto con mis propias manos, ser el rey del universo siendo inmortal y destruir la Tierra de pasó, aunque me hiciste cambiar de parecer con lo que me dijiste aquel día.

Bulma me soltó y se puso frente a mí para tomar mi rostro con suavidad y besar la punta de mi nariz.

-Claro, era algo lógico, ustedes los saiyajines aman pelear y superarse constantemente, ¿Qué sentido tendría para ti si serías el más fuerte del universo? No tendrías un rival digno para luchar, todos serían inferiores en cuanto fuerza a ti.

-Y en ese momento odiaba que tuvieras razón, creo que sería lo que mi madre me hubiera dicho.

-Pero mírate ahora, eres un saiyajin muy poderoso, estás casado conmigo y tenemos un hermoso hijo, creo que esto es demasiada paz para ti, pero aún así te agradezco que aquella noche no te hayas ido para nunca regresar.

Miré hacia otro lado-Estuve tentado en hacerlo, pero estabas embarazada y ya desde ese entonces ya había sentimientos por ti, aunque me costará aceptarlo al final lo hice, había más motivos para quedarme que irme.

Ella me abrazo con sus brazos por el cuello y me dió un beso corto en los labios, inmediatamente mis manos se dirigieron a su cintura.

-Sabía que no me había equivocado contigo, sabía que había más debajo de ese hombre orgulloso y frío que eras, tus padres estarían orgullosos de ti.

Sonreí solo con ella y mi hijo me permitía este tipo de debilidades, eran dignos de todo y aunque aún me cueste aceptarlo, cambié por ellos.

Recosté mi cabeza en su hombro y Bulma hizo leves caricias en mi pelo.

-Me enamoré de ti porque me recuerdas tanto a mi madre.

Escuché como se rió y me dió un beso en la cabeza.

-Creo que comencé sospechar desde que contaste de ella, me di cuenta que somos parecidas en algunas cosas, no soy ella, pero... Te prometo amarte de manera incondicional hasta mi último suspiro Vegeta, lo prometo.

Me sentí como en casa, sonreí y me acurruque sobre su hombro, tal como si fuera un crío.

Jamás se lo diré, pero con Bulma me siento en paz y a salvó, parezco un maldito cursi, pero no me interesa, son mis pensamientos y nadie más que yo, carga con ellos.