Nacimiento De Una Princesa. || V.B ||

💮»𝟭𝟲«

Justo terminó la junta, no sé cómo pude mantenerme de pie en toda esa hora. Siento mis piernas como gelatinas y no voy a negar que estoy algo cansada, pero ahora lo importante y lo emocionante es que pude convencer a los rusos para cerrar el trato.

El señor Dimitri se paró de su silla y se acercó a mi para extender la palma de su mano y yo hice lo mismo para estrecharla con la suya.

-Su idea me fascinó, señorita Brief, definitivamente heredó la inteligencia de su padre, la felicitó.

-Oh muchas gracias, me siento halagada por sus palabras, créame no se arrepentirá de nuestro trato.

-Estoy seguro que no, llevó muchos años haciendo tratos con la corporación cápsula y todo ha salido perfecto con su padre, no dudó que con usted sea la excepción... ¿Qué le parece si para celebrar la invitó a cenar?-pude notar cierta coquetería de su parte

Suspiró, no es la primera vez que me pasa esto. En algunas veces que me ha tocado asistir a juntas y eventos de la corporación junto con mis padres, no falta hombre que me coquetee, pero siempre les hago saber que estoy felizmente casada y con un hermoso hijo.

Aunque se especulen miles de cosas sobre mi matrimonio, en algunas noticias amarillistas, piensan que Vegeta es una clase de invento mío para que fuera mi "novio" o que simplemente le pagué para estar conmigo y que Trunks solo lo tuvimos para mantener las apariencias, cosas que son totalmente estúpidas.

-Oh, lo siento señor Dimitri, está noche ya tengo planes con mi esposo-le respondí de manera amable, pero noté que se rió y murmuro algo-Disculpe, ¿Dijo algo?-le pregunté ahora en un tono más demandante y serio

Dejó de reírse para mirarme y acercarse un poco a mi, miré disimuladamente a mi alrededor y no me había dado cuenta de que nos habíamos quedado solos en la sala de juntas.

-Lo que dije es que usted usa esa excusa de que está casada para que ningún hombre la invité a salir.

-Hmm, al parecer usted es de esos hombres que se dejan llevar por lo que dicen las noticieras amarillistas.

-Yo sólo veo los hechos señorita, desde que usted ha tomado el cargo como presidenta y dueña oficial de la corporación se han hecho varios eventos y algunas veces va sola y otras la acompañan un hombre y un niño con cara de pocos amigos, que no son tan sociables, sobre todo el hombre que tiene una mirada bastante intimidante.

-Pues para su información ese hombre de mirada intimidante es mi esposo y padre del niño que nos acompaña, el cuál es nuestro hijo.

-Claro no dudó que el niño sea hijo de ese hombre, son idénticos, pero de usted no le veo ningún parentesco, no se haga del rogar señorita, podría divertirse de la mejor manera conmigo está noche-se acerca de manera rápida a mi y antes de que haga cualquier otro movimiento lo empujó lejos de mi y le doy una fuerte cachetada

-¡Viejo rabo verde! Le voy a pedir que se vaya de mi empresa, el trato no se hará, no quiero tener algún tipo de relación con usted, tantos años de negocios con mi padre y lo arruina con esto?-le reclamó enojada, pero tratando de no levantar tanto la voz

Sé que tengo mi carácter, pero como dueña debo comportarme, no debo dar escándalos.

Veo como si limpia la sangre que salió de su nariz y me mira con algo de enojo.

-Ese era mi plan desde el principio, tenía que ganarme la confianza de sus padres para ser querido por ellos y al final por usted, pero veo que lo que tiene de hermosa, lo tiene de ruidosa y amargada.

-¡Fuera de aquí! O me veré en la necesidad de llamarle a seguridad para que lo echen a patadas de mi empresa-le dije firme y con tono amenazador

Soltó una maldición y se fue eufórico de la sala de juntas. Cuando estuve completamente sola me dejé caer en una de las sillas con frustración, me hice un masaje en la altura de la cien. Hasta que escuché como una de las ventanas se cerró con fuerza y una ola de viento me invadió por unos segundos.

Fue cuando me di la vuelta y vi a un Vegeta algo preocupado, pero con cierta molestia, observando para todos lados. Me pare rápidamente de la silla para acercarme a el.

-Vegeta, cariño, ¿Qué haces aquí?-le pregunté algo extrañada

-Tu ki se alteró por unos minutos, supuse que estarías en peligro-lo miré enternecida y lo bese de manera tierna, para después abrazarlo

El en ningún momento me rechazó o me apartó, estábamos solos así que las muestras de afecto eran bienvenidas.

-Amo que siempre me protejas, pero sólo era un maldito viejo raboverde, nada con lo que no pudiera-le guiñe el ojo y el me miró con seriedad

-¿Trató de sobrepasarse contigo ese maldito insecto?

-Vegeta...

-Respondeme, mujer.

Solté un suspiro y tomé su mano enguantada para entrelazarla con la mía y darle un beso en su mentón, ya que el era un poco más alto que yo.

-Sí lo hizo y dijo lo que dice todo el mundo sobre nuestro matrimonio, pero a la mierda con eso, anularé cualquier tipo de negocio con ese idiota.

Noté que el sonrió de lado, esa sonrisa que me vuelve loca y me tomo con firmeza de la cintura, pegándome a él de manera posesiva.

-Aún así lo mataré.

-Jamás mates personas por mi, Vegeta.

-A mi me puedes pedir todo el maldito universo y te lo doy, mujer escandalosa-me dijo con una sonrisa cínica y sonreí, mis ojos ahora mismo parecen dos corazones, este hombre puede ser tan jodidamente lindo cuando quiere

-Pero amas a está mujer escandalosa, príncipe-le respondí con arrogancia

-No tuve otra opción, eres tan insoportable.

Maldita sonrisa retorcida y cínica. Sé que me ama, a su manera me lo hace saber y eso es algo tan fantástico y único.

-Ya era mucho viniendo de ti, sabía que ese Vegeta arrogante no tardaría en aparecer.

-Pero amas a este Vegeta arrogante, Bulma-imito mi frase y me reí

-Siempre te amaré a pesar de todo, príncipe de los saiyajines.

-Eso fue demasiado cursi-yo rodé los ojos

-Cállate, no arruines el momento-el se echó una fuerte carcajada

Lo ví por unos minutos, el riéndose por mi comentario, él nunca dejaba de verse atractivo, él simplemente era perfecto.