💮»𝟯𝟰«

538 45 35
                                    

-Q-quiero que me trates como a una saiyajin

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-Q-quiero que me trates como a una saiyajin.

Fue lo que dijo entre besos y gemidos, su armadura aún estaba puesta y mis manos seguían explorando su cuerpo.

-No lo soportarías mujer.

-Hace poco te transformaste en súper saiyajin Blue, sabes que es rico para los dos hacerlo con cada una de tus transformaciones, las otras veces te soportado, ¿Por qué está vez sería diferente?-me dice coqueta y acariciando mi pecho con sus manos.

-Está transformación es bastante poderosa, la última vez no podías ni levantarte de la cama, no me quiero imaginar cómo quedarás está vez, mujer vulgar-le digo al tiempo que acarició sus muslos.

-Soló hazlo, complace a tu bella esposa, te ofrezco mi cuerpo para que hagas de deshagas de mi a tu antojo-me abrazó por el cuello y comenzó a depositar pequeños besos y chupetones en este.

-No seré nada gentil-ella me sonrió con picardía y beso mis labios.

-No esperaba que lo fueras.

Ataque sus labios con fervor, de tantos besos que nos habíamos dado estaban totalmente hinchados, tanto que nuestra propia saliva resbala y nos permitía un mejor acceso a nuestras lenguas, con leves mordiscos baje a su cuello. Ella pegó su intimidad en la mía y comenzó a moverse, soltamos un jadeó. Subí mis manos hacía el escote de la armadura y la parti por la mitad, dejándome ese par de tetas expuestas ante mi, me relami los labios y dirigí mi boca hacía uno de sus pezones rosados, mientras que mi mano jugaba a mi antojo con el otro.

Ella arqueó su espalda y involuntariamente me los ofreció, soltaba un sin fin de gemidos, los chupaba tanto como si quisiera que de estos saliera leche materna, años atrás podía disfrutar de ese manjar, pero amaba el olor y el sabor de la piel de mi mujer.

-Demonios.

Una vez que me cansé de sus tetas, mi mano libre subió por su cuello y al final por su cabello para tomar un puñado y acercarla a mi boca para besarla.

-Chupamela.

La obligué a hincarse ante mi, era tan jodidamente satisfactorio verla de esta forma, su rostro estaba algo rojo. Me quite lo que quedaba del traje de entrenamiento, tomé la base de mi pene y lo acerque a su rostro, ella se acercó más a mi y sacó su lengua, di leves golpecitos en esta y después por todo su rostro. Aún no soltaba su cabello, así que la empuje de manera ruda hacía mi erección, casi lo meto por completo, sentí una ola de placer recorrer mi cuerpo, estaba follando su deliciosa boca sin parar, normalmente dejaba que ella siguiera su propio ritmo, pero está vez era diferente.

De vez en cuando alzaba su cabeza y me miraba, sus ojos cristalinos soltaban algunas lágrimas, podía escuchar sus gemidos ahogándose con mi pene, era una maldita maravilla.

Dirigió una de sus manos hacía mis testículos y los masajeo sin dejar de chupar, hubo un momento que ella lo sacó de su boca para respirar, tomó una gran bocanada de aire.

Nacimiento De Una Princesa. || V.B ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora