Enojos

7 1 0
                                    

Demonio, mi pensar se nubla y sólo veo borroso, necesito aire; necesito vida; necesito muchas cosas en mi día.

Odio sentirme tan mal, soy capaz de tomar pastillas para terminar con este dolor.
Pero no hay escapatoria para este martirio—quizá un veneno ayudaría mejor.

Un nudo en la garganta, algo similar a la duda; un grito aterrador en el centro de mi corazón; un «tun, tun» que no puede salir sin que me duela el pecho.

Mi boca se vuelve un cerrojo, mis venas transportan odio, quizá el negocio de sobrevivir no es lo mío.

Respondo sin pensar, me vuelvo menos humano, y tengo un olor a emociones malas.
Aunque eso me ayuda a entenderme mejor.

¿Qué sucede conmigo?
¿Soy menos por sentir todo esto?

¿Realmente me odio o sólo estoy perdido?
¿Enojarse es bueno o es malo? 

Una GotitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora