Prólogo

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Si dejas caer tus lágrimas, hazlo con ganas.
Saca todo de ti y permite que tus sentimientos fluyan.

Imagina que eres agua, no fría ni caliente, sólo agua.
Y puedes sentir la paz en todo lado, a pesar de tus mares, a pesar de tus olas, a pesar de tus tormentas, y a pesar de tus tsunamis.

¿Por qué estás aquí? 


No somos de nadie, pero nadie es de nosotros.
¿Todavía piensas que te debo algo?

Pienso que venimos con un propósito, aunque quizá no es así, quizá sólo nacimos por nada, y quizás no somos nadie en esta vida.

Tenemos miedo a no encontrar un propósito en la vida, en nuestros días.
No encontrarle propósito a algo que los demás creen, hace que nos sintamos rechazados con el riesgo de perder nuestra alegría.

¿Hay algo que te gustaría hacer pero no te atreves? 


La riqueza es de pocos, si todos fuéramos ricos entonces nadie lo sería.

Es como decir: «Todo es arte», pero eso significa que todo es arte y a su vez que nada es arte (incluso eso es confuso).

No se trata del arte, sino de ti, de lo qué harás para vivir: ¿Reír o morir?

¿Qué es importante para ti? 


Pensamientos soy.
Los llantos definen mi carácter.
Las noches parecen ser mi consuelo, y el sol es mi luz.

La añoranza es mi amiga y me visita cada día al llorar.
Extraño todo lo qué fui algún día.

Ojalá poder mentirme a mí mismo, decir que todo está bien cuando no es cierto.

Quiero dejar de llorar, pero, ¿de qué sirve no llorar?

¿Qué no cambiarias de ti?

Conócete poco a poco, y permítete ver lo bueno en ti.

Cometemos muchos errores aunque el primero es no ser sinceros.
La vida pasa de nosotros, nos ignora y luego morimos.
¿Qué sentido tiene vivir, si la vida no es todo?

¿Cuál es la persona más agradable que has conocido? 

Una GotitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora