Terquedad

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No sé a qué se deba mi forma de querer. Puedo decir que es por mi insistencia al quererte, pero pondría en duda si es por amor o por costumbre.
Porque puedo quererte—amarte también. Lo único que no puedo es tener tanta terquedad.

La insistencia no es buena, siempre que hablemos del amor, porque las penurias salen a flote, y entonces nos volvemos en un desamor.

Pero, tú y yo, no queremos renunciar. Entonces nos volvemos testarudos. La tenacidad hace presencia, y acabamos prometiéndonos un futuro.

Pero, a ti y a mí, no nos importa las consecuencias. Entonces no nos importa nada. Pero sólo nos importamos nosotros. Entonces ¿a eso se le podría llamar «terquedad»?

Bastaría con tenerte frente a mis ojos, toda mi blandura desaparecería en un instante, todo por ti. 

Una GotitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora