Capítulo 3.

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Apenas llegamos a aquella casa de ayer nuevamente, las puertas se abrieron dando paso al auto de Niall.

Niall bajó del auto rodeándolo y abrió la puerta donde yo me encontraba, tomó con fuerza mi brazo bajándome del auto, torpemente logré recobrar la postura, me arrastro hasta el interior de la gran casa. Yo solté un quejido pues el agarre que él mantenía en mi brazo era demasiado fuerte, y enserio lastimaba.
Él me soltó con brusquedad una vez dentro, y antes de que yo pudiera reaccionar su mano se estrelló con fuerza en mi mejilla derecha provocando que mi equilibrio fallase y cayera al piso.

Llevé una mano a mi mejilla mientras lo miraba desde el piso.

Niall se arrodillo frente ami y relamió sus labios lentamente.       –Eso fue por ser tan estúpida, Claire. ¿Creíste que te librarías de mi? Deberías saber que el dinero lo compra todo, tontita... Incluso el amor maternal.

Fue un golpe bastante bajo.

–Ahora eres de mi propiedad. 

–Dejame ir...–Susurré temblorosa.

Él rió como si hubiera contado un chiste de mal gusto, me hizo levantar y me arrastro hasta una puerta que se ubicaba bajo la escalera. Abrió esta misma sin soltarme y luego entramos en esta.

Dios santo. Pensé.

Al rededor de doce chicas se encontraban en aquel lugar, los rostros de algunas denotaban moretones o rasguños, otras simplemente se mantenían con la mirada gacha.

No, no, no. ¡Corre!

Obedecí a mis pensamientos e intenté correr de nuevo, pero él esta vez fue más rápido y sostuvo con firmeza mi brazo antes que pudiera hacer algún movimiento, me hizo girar hacia él y su mano volvió a impactarse en mi mejilla, para después aventarme al piso haciéndome quejar.

–Que mocosa–Musitó Niall para luego apagar la luz y salir del lugar asegurando la puerta.
–Tranquila, dejame ver...– Murmuró una de las chicas.

Las luces se encendieron de nuevo luego de unos segundos, una chica morena estaba arrodillada frente ami, me miró fijamente y me regaló una cálida sonrisa.

Quise devolverla, pero fue casi imposible. 

–¿Cómo te llamas?–Me sonrió.

–Claire Parker. 

–Mucho gusto, Claire. Mi nombre es Amy.

–¿Qué es éste lugar?–Susurré.

Mi intención no era verme grosera o cortante, simplemente yo necesitaba saber que carajo estaba pasando y que era lo que me esperaba de ahora en adelante.

Ella suspiró mirando a otra chica, quien nos miraba fijamente, Amy se levantó y se alejó de mi un poco.

–Claire–Me giré a ver a aquella chica.
–Mi nombre es Samantha Stone. He estado aquí durante siete años, llegué a este lugar cuando tenía tan solo catorce años de edad, podría decirse que soy la primera. En todo éste tiempo, aprendí muchas cosas, que les he dicho a cada una de las que han llegado a este lugar, y te las diré también. Ya será muy tu problema si quieres tomarlas en cuenta, o no.

–Está bien...–Susurré mirándola, pues me interesan demasiado saber.
–Liam, Louis, Harry y Niall, mantienen un negocio por las noches, dentro de esta casa. Consiste en que nosotras nos acostamos con señores mientras ellos ganan dinero por ello.

Mi piel se puso de gallina. ¿Cómo puede decirlo con tanta normalidad? Y peor aún, Niall no bromeaba al decir que estaba entrando en la prostitución.

–Número uno. Nunca intentes decirle a ningún señor que te tienen secuestrada, porque a ellos no les interesa quieren sexo y nada más, y si ellos se quejan con alguno de los mencionados, te van a castigar. Número dos. No los confrontes, no te sientas la mas superior, no lo eres y creeme a ellos no les va a temblar la mano para matarte. Número tres. Nunca digas no a una orden que te den, detestan esa respuesta, y creeme que te irá muy mal.

 –¿Y si intentó escapar...?–Cuestioné mirándola con la vista cristalina. 

–Claire, enserio... No los provoques.

Di un ligero asentimiento con la cabeza dándole a entender que todo quedo claro, ella solo dio media vuelta y fue a sentarse donde estaba anteriormente.

Y todo se quedó en silencio. 

(...)

Luego de un par de horas, se escuchó como la puerta iba a ser abierta, Samantha se apresuró a apagar la luz y todas se alejaron de la puerta, incluyéndome.

Niall encendió la luz una vez dentro y escaneó a todas, sonrió de lado y detuvo su mirada en mi.

–Ven un momento–La voz de Niall hizo eco por el lugar.

Enseguida quise negarme, pero la intensa mirada de Samantha sobre mi me hizo asentir enseguida.
Me incorporé y caminé a él. Me miró y tomo mi muñeca, apagó la luz y ambos salimos nuevamente, luego de que él cerraró la puerta, me haló hasta las escaleras, y enseguida subimos éstas.

Él abrió la puerta de una habitación y me dejo entrar.

Al estar ambos dentro cerro la puerta asegurándola y señaló la cama.

–Acuestate–ordenó y enseguida obedecí.

Él se colocó sobre mi sosteniendo mis manos a la altura de mi cabeza, luego me besó. Enseguida intenté alejarlo, al diablo si no le gusta que se nieguen.

No quiero tener sexo con él.

El agarre en mis muñecas se hizo más fuerte dándome a entender que él no iba a parar, no se detendría por mi reniego o incluso mis súplicas, aunque igual lo intentaré.

–Niall te lo suplico–Susurré entre cortado mirando el techo. 

–Callate–Musitó sosteniendo mis manos con solo una mano, mientras que con la otra intentaba desabrochar mis jeans.

–¡Para! ¡Te lo ruego!–Estallé mientras el pánico se apoderaba de todo mi ser, al igual que el llanto. 

–¡Qué ya te calles!–Exclamó tomando mis mejillas con una sola mano apretándolas.—No me voy a detener, será por las buenas, o por las malas hay que estrenarte.

Y justo en ese momento, alguien tocó la puerta.

Un gruñido bastante irritado se escapó de los labios de Niall mientras me soltaba y se  levantaba yendo a abrir la puerta de mala gana, al ver a Anne estalló enseguida.

–¿¡Qué mierda quieres, Anne!?–gritó haciendo a la chica mirarlo con temor.
–Lamento mucho la interrupción–susurró.–Pero es que los chicos han llegado ya y me han mandado a decir que tienen que hablar urgentemente.
–Ahora bajo.–Sin más, Anne dio vuelta y desapareció de ahí, Niall me miró desde la puerta frunciendo el ceño.
–Si no es hoy, será mañana.–Soltó con cierta indiferencia.–Ven acá.

En seguida me levanté respirando dificultosamente, limpié mis mejillas lentamente y apenas estuve cerca Niall tomó mi antebrazo de forma tosca, salimos de la habitación yendo escaleras abajo.

Al llegar a la estancia pude ver a tres chicos hablar entre si, quienes al notar nuestra presencia dirigieron las miradas a nosotros, no pude evitar intimidarme por sus miradas sobre mi.

Nunca digas no, nunca digas no. Me repetía una y otra vez.

Esto iba a ser más difícil de lo que pensé.

⊙﹏⊙

"Amy" se pronuncia "eimy".

¿Me compraste por placer? |N.H.| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora