Capítulo 5.

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Incomodidad y vergüenza.

Era lo único que sentía en el momento que Niall nos subió a todas las chicas a la sala de la casa. Los chicos de hace un rato nos miraraban examinando a cada una de las chicas, incluyéndome por supuesto.

–¡Ay chiquita!–Niall exclamó acercándose a mi.

Mi mirada se dirigió rápidamente a él guiándose por su voz, no evité fruncir un poco el ceño y por intuición cruce los brazos intentando cubrir un poco mi pecho.

A él pareció divertirle el efecto que había causado en mí pues una sonrisa bastante burlona se posó en sus labios tras mi acción; sin darme cuenta comencé a hacer presión con mis dientes mirándolo fijamente.

–Que asco–Solté sin apartar la mirada.

Juro que pude ver las reacciones de cada uno de los chicos sin apartar la mirada de Niall. Al notar que Liam negó con desaprobación supe que había metido la pata, de nuevo; relajé mis expresiones lentamente comenzando a sentir miedo. Niall dio un paso a mí, a lo que instintivamente retrocedí uno.

El chasqueó la lengua negando lentamente.–Claire, Claire... Mi linda Claire Alexandra–Saboreó mi segundo nombre sonriendo de lado a lado.
–¿Cómo sabes mi segundo nombre?–Fruncí el ceño ligeramente.
–Shhh–Levantó el dedo índice indicándome silencio, y esta vez, obedecí–Eres muy testaruda, niña. ¿Quieres jugar de esta manera? Entonces que comience en juego.

Realmente no logré entender lo que quiso decir exactamente, abrí ligero la boca pero antes de pronunciar alguna palabra, él tomo mi brazo con fuerza provocando un chillido de mi parte; comenzó a caminar a las escaleras arrastrándome a estas, caminé algo torpe pues los tacones no me lo permitían, sin contar que sus zancadas eran tres veces más grandes que las mías.

Comenzó a subir las escaleras de dos en dos provocando que yo casi cayera en varias ocasiones, aunque parecía no importarle en lo absoluto, y el agarre que mantenía en mi brazo era cada vez más fuerte.

En mi cabeza vagan ideas de lo que se refería Niall con juego y lo que querría al llegar arriba.

No, no, no.

–Niall dios santo, traigo tacones por dios–Exclame tratando de detenerlo, y sorprendentemente, lo hizo.
–Quitatelos–ordenó mirándome un escalón más arriba que yo.
–¿Qué?–Reiteré con cierta modestia.
–O lo haces tú, o lo hago yo–frunció el ceño.

Clave la mirada en Niall quien me sostenía la mirada de forma impaciente, lentamente me solté del agarre de él conforme lo iba a aflojando, luego pude recordar que la puerta principal, estaba abierta; me comencé a agachar lentamente y Niall enseguida me siguió con la mirada, desabroche ambas cintas de los tacones  y quite lento uno, para seguido repetirlo con el otro, me incorporé al tiempo que tomaba los tacones con una mano y sin más aventé los tacones a un espejo que estaba casi frente a nosotros provocando que este se quebrara e hiciera un sonido estruendoso.
Sin pensarlo dos veces, di media vuelta comenzando a correr escaleras abajo, al llegar abajo pude notar de reojo que Louis y Liam estaban encaminándose rápidamente a la escalera para ver que había pasado; seguí corriendo hacía la puerta que efectivamente estaba abierta.

Apenas salí comencé a correr por donde recordaba, aunque la presión del vestido no me permitía mover muy bien las piernas, di un paso bastante torpe provocando que cayera enseguida dando un gritillo de dolor pues caí sobre mi tobillo, casi al instante me volví a levantar pero al intentar correr nuevamente choqué contra un cuerpo que me tomo por los brazos con fuerza y sin pensarlo dos veces me soltó una bofetada.

Mi mejilla comenzó a arder enseguida y de mi labio comenzó a desprenderse un liquido con sabor metálico.

–¿No te cansas de hacer idioteces?–Musita Harry mirándome sin dejar de apretar mis brazos.
–Me lastimas–susurré mirándolo.
–Eso y más te mereces. Pero tranquila, ya te traeré compañía.

¿Compañía?

Harry me arrojó al piso y miro a Niall junto los otros chicos llegar corriendo. Evite totalmente las miradas de todos y solté un sollozo; Niall me levantó con brusquedad haciéndome soltar un jadeo de miedo.

–Esta, me la pagas caro mocosa–Masculló mirándome con desagrado– Pero antes, quiero que goces un espectáculo.

Mi ceño se frunció ligeramente mirando a Niall y enseguida a Harry quien abría la puerta de un auto; pude jurar que mi mandíbula casi cae al piso y mi vista se nublo tan rápido que en segundos ya no podía ver nada.

El chico obligaba a mi mejor amiga caminar a donde nos encontrábamos posandola frente a mi, en ese momento quise ir y abrazarla pero simplemente no podía, me había pasmado. El rizado quitó la venda de la boca de Sophia.

–Saluda a tu amiga–Harry le ordenó.
–Vete al demonio–Respondió de golpe Sophia.

Sophia siempre tuvo un carácter fuerte. Ella siempre supo ser altanera y no dejarse de nada ni nadie, quizá por eso la admiraba tanto; ella era lo que yo nunca pude ser.

Harry soltó un fuerte golpe en la mejilla de Sophia haciendo que bella girase su rostro a un costado.

–Vamos a hacerle una demostración a Claire de lo que pasa sí te sientes con aires de superioridad aquí–Harry pronunció con modestia a mi amiga.

Sin más, el chico comenzó a darle golpes a Sophia como si se tratase de un hombre. Parecía no dolerle en lo absoluto que ella se retorciera de dolor; yo daba chillidos suplicando a Harry que se detuviera mientras intentaba ir a ella pero Niall lo impedía totalmente.

Sin más, Niall me cargo como si yo fuera un costal de papas y caminó entrando a la casa mientras yo daba manotazos en su espalda y patadas a donde cayeran.

Y esta vez sí llegamos a la habitación.

Él me arrojó a la cama haciéndome soltar un quejido mirándolo fijo.

–Eres tan estúpida–Musitó Niall apretando los puños.
–Niall yo...–él me interrumpió haciéndome callar enseguida.
–¡Callate de una puta vez!–Elevó la voz haciéndola aún más grave.–Ya tienes que ir entendiendo que eres mía, y de nadie más ¿o no lo eres?
–Por favor no me pegues–susurré cortado.
Niall se colocó sobre mi sosteniendo mis manos a los lados de mi cabeza con fuerza–¡Eres mía, Claire! ¡Date cuenta!
–Me estás lastimando–Solté en un hilo de voz debido a que el llanto no me permitía hablar.
–Dime de quien eres.
–Sueltame, por favor–susurré.
–Con una mierda, mocosa ¡Dime de quien eres!–Elevó la voz haciéndome intimidar más.
–Soy tuya.
Niall extendió una sonrisa de oreja a oreja.–Así me gusta. Ahora, te vas a portar bien y no vas a intentar escapar ¿verdad?

No respondí.

–Te hice una pregunta.
–No lo haré.
–Porque a la próxima que lo intentes te va a ir más allá de un labio roto y un moretón en la cara.

¿Un moretón en la cara?

El puño de Niall se impactó con fuerza en mi mejilla haciéndome gritar de dolor; comencé a sentir mejilla hormiguearme mientras el soltaba mis manos y se levantaba. Lleve mi mano a mi mejilla quejándome de dolor.

Niall me hizo levantar bruscamente y caminamos a la puerta. Nuevamente él me sostuvo con fuerza del brazo halándome escaleras abajo.

Una vez abajo noté a mi amiga que apenas podía mantenerse en pie, Niall me soltó.

–Ve por ella, para que se arregle y se maquillan esos golpes.

Sin pensarlo dos veces corrí a ella abrazándola y pidiéndole disculpas una y otra vez, pues si tan solo la hubiera escuchado nada de esto estaría pasado.

–Yo las llevaré–Pronunció Liam y nos indicó que camináramos.
–Tranquila, Sophia –susurré caminando con ella, una vez ahí Liam abrió para que entráramos.
–Por favor, toma mis consejos en cuenta...–Liam habló en tono dulce dirigiéndose a mi.
–Lo siento.

Sin más entré con mi amiga a la habitación con todas las demás chicas que sin importar como nos encontráramos, algunas ayudaron a Sophia a cambiar a maquillarla y Samantha me maquilló a mi, claro que fue porque Liam lo ordenó.

Todo aquí era cuestión de obediencia.

⊙﹏⊙

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*Las amo
*Bye.

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