Capítulo 8.

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Casi al toque, nos dieron pase para abordar un avión, que al parecer estaba específicamente reservado para todos nosotros; los asientos era para dos personas y por alguna razón, Niall prefirió sentarse conmigo en lugar de Harry.

Mire el pasillo pues él se sentó de lado de la ventanilla.

–Perfecto. Nuevamente otro país, otra vida–Habló en suspiro.
–No tendrías razón para huir si no hicieras tanto mal...
Él me miro.–Es divertido, y un muy buen negocio.
–¿Es divertido un abuso sexual?–Elevé una ceja.
–Es dinero fácil.
–Hay muchas otras formas de conseguir dinero fácil sin lastimar a terceras personas para conseguirlo–Salté tratando de mantener la calma, este hombre me saca de mis casillas.
–Es igual, Claire. Nuestra vida ya esta chueca, el historial esta manchado–Se encogió de hombros.
–Eso podría corregirse si así lo quisieras.
–Tal vez no quiero corregirla.

Lo miré y enseguida di un suspiro mirando el asiento de enfrente, es como tratar de hacer que una persona se corte un brazo.

–¿Alguna vez te enamoraste?–La voz de Niall interrumpió mis hundidos pensamientos.

Espera, ¿qué?

–¿Disculpa...?–lo miré algo confundida.
–Lo que has oído.
–No Niall, jamás me enamoré... Y pienso que ahora nunca lo haré–Le di una sonrisa bastante hipócrita.

Luego hubo un gran silencio.

Bastante incómodo.

–¿Te enamoraste alguna vez, Niall...?–Clavé mi vista en él.
–No es de tu incumbencia.
–Bueno, yo he respondido a tu pregunta, es algo injusto.
–Alex, en esta vida nada es justo.

¿Alex?

Mi confusa mirada lo hizo reaccionar.–Oh, Alex es un diminutivo de Alexandra...
–Como sea–Crucé los brazos dando fin al intento de conversación.

El silencio se apoderó de todo el viaje, y no bromeo realmente había silencio; probablemente podría escuchar el zumbido de una mosca pasar por ahí.

Silencio, un viaje larguísimo y sin alguna distracción.

Una vez que aterrizamos en Londres todos bajamos del avión y ya que nadie se dignó a traer nada de equipaje, enseguida cada quien camino por su lado con las chicas que le correspondían.

Paramos frente a un BMW negro, en otra situación ya me hubiera casado con este chico; subí en el copiloto y Niall del otro lado, manejando enseguida.

Pasados mas de veinte minutos comencé a ver puros árboles, es como su estuvieramos entrando al bosque.

Árboles, árboles y más árboles.
¿Hacía dónde me lleva?

Al llegar pasamos una reja de seguridad y enseguida estacionó en algún lugar disponible; sin más ambos bajamos y fuimos a la entrada principal, yo siendo guiada por él.

–Puedes ir a ver.
–¿Puedo...?–Mire a Niall pues la casa era inmensamente grande.
–Sí, Claire–di un ligero asentimiento pero antes de irme lo miré.
–¿Se tardarán mucho las demás chicas...?
–No van a venir.

Quise preguntar el porqué, pero una parte de mi decía que no lo hiciera, que no seria buena idea; esta vez haré caso a mi subconsciente.

–Bien.

Sin más di vuelta y comencé a explorar toda la enorme casa, cada una de las habitaciones de la planta alta fue visitada por mi; seguidamente me dirigí abajo mirando algunas de las habitaciones. Me quedé observando la sala un par de minutos pues no había presencia de Niall por ningún lado, o al menos no a mi vista.
Por último, me dirigí al patio trasera deslizando la ventana para salir. Observé la gran alberca frente a mi, caminé alrededor de toda esta hasta que mi atención fue atrapada por una puerta de madera que al parecer llevaba al sótano.

Caminé a esta misma poniéndome en cuclillas frente a esta misma, la observe un par de segundos y sin más intenté abrirla, pero al parecer estaba cerrada. Y estaba en lo correcto, en la parte inferior izquierda había un candado que prohibía que esta se abriera, tome este mismo en mis manos mirándolo.

Solté este ligeramente y entre en la casa, me quedé totalmente quieta al escuchar voces en la sala, me asome ligeramente por la puerta de la cocina pues podía ver a través de la barra. Mire a Niall de espaldas y como dejaba un llavero con demasiadas llaves en la barra.

Apenas Niall se quitó de ahí me puse en él piso y gateé hasta estar debajo de la barra, me levante muy lento y al no notar a nadie ahí, tomé las llaves.

Mi lado idiota, me estaba controlando, a pesar que yo sabia las consecuencias que esto traídos si Niall lo notaba.

Cuando logré conseguirlas, las apreté pata evitar ruido alguno, sin más salí corriendo de la cocina al patio trasero nuevamente y me dejé caer de rodillas frente a aquella puerta, tomé el candado mirando la cerradura y busque alguna llave posible llave que lo abriese.

–¿Sabías que querer entrar a un lugar cerrado sin permiso, es de mala educación?–La voz de Niall me estremeció.
–Mierda–Susurré soltando el candado y enderezándome enseguida mirándolo.
–Tengo ojos en cada rincón de esta casa, Claire.
–Niall yo...
–Callate–Caminó a mi y me arrebato las llaves.
–Es que yo solo...
–Voy a mostrarte lo que hay aquí.

Sin más agarró la llave que era y se inclino abriendo el candado y quitándolo al toque. Cruce los brazos mirándolo con nerviosismo pues no esperaba que reaccionara tan bien.

Apenas abrió hice una mueca de asco demasiado marcada, pues el olor que salia de aquel lugar era increíblemente asqueroso.

–¿Qué es ese olor tan asqueroso?
–Compruebalo por ti misma–Él sacó su teléfono encendiendo la linterna y alumbrándome para poder ver mejor.

Di un par de pasos y estiré la cabeza para poder ver que era lo que producía ese asqueroso olor.
Apenas alcancé a distinguir llevé mis dos manos a mi boca tapándola mientras sin quererlo mi vista se nublaba.

Dios mío.
Esto ya no era solo un juego.

–¿Por qué tienes esa cosa en el sótano de tu casa?–Cuestioné en un hilo de voz, aterrada.

*VOTEN.
*COMENTEN.
*LAS AMO.
*BYE.

¿Me compraste por placer? |N.H.| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora