Capítulo 21: El portal de nuevo

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STRANGER THINGS

SEASON 3

Madelaine

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Madelaine

Cuando el ascensor frenó, todos caíamos al suelo por culpa del impulso y la velocidad.

— Dios — escuché a Robin quejarse.

— Steve — lo llamé, ya que era quien estaba más cerca mío — Ayudáme a sacarme esto de encima — dije señalando una caja, la cual me inmovilizó.

— ¿Estás bien? — dijo, empujando la caja y dejándola a un lado. Me ayudó a levantarme y yo asentí.

— ¿Vos? — pregunté.

— ¡De lujo! — exclamó — ¡Ahora sé que los rusos no saben diseñar ascensores — gritó acelerado y nervioso, acercándose de nuevo a los botones.

— Es obvio que esos botones no funcionan — aclaró Robin.

— No están aquí para hacer bonito. Son botones. Tiene que hacer algo — añadió Steve, todavía algo nervioso.

— Nos hace falta una tarjeta — comenté, señalando un aparato para leer tarjetas.

— ¿Qué? — preguntó Steve confundido.

— Es igual que la puerta del almacén. Sin tarjeta no funciona — expliqué acercándome — Así que estamos atrapados — añadí.

— Bien — se quejó Dustin, dándole un golpe a una caja.

— Sí — suspiré y me llevé las manos a la cabeza. Me arrepentía tanto de haber ido.

Habían pasado varias horas desde que estábamos encerrados en aquel claustrofóbico y siniestro ascensor ruso. Erica y Dustin dormían. Steve estaba con Robin, tratando de descubrir como abrir la maldita puerta. Yo estaba sentada, apoyada en la pared.

— Nada, no hay caso — dijo Steve, sentándose a mi lado — Es imposible que se abra — se quejó.

— ¿Recién ahora se dan cuenta? — pregunté mirándolos a los dos. Robin se había sentado en frente nuestro, apoyada en una caja.

— ¿Estás bien? — dijo Steve mirándome a mi y yo negué con la cabeza — Deberíamos habernos quedado en el hospital — añadió sin pensar y lo miré.

— ¿En el hospital? — añadió Robin confundida y la miré.

— Mi abuela... tuvo un problema esta mañana o, ayer. Esta ingresada en el hospital y no se nada. Si esta viva... o — suspiré para retener las lagrimas.

— ¿Por qué no dijiste nada antes? — dijo ella, acercándose y agarrándome la mano, en señal de apoyo.

— No sé. Supongo que no quería que me miraran con cara de pena — añadí y medio sonreí, ahora también notando la mano de Steve en la mía.

𝐒𝐓𝐑𝐀𝐍𝐆𝐄𝐑 𝐓𝐇𝐈𝐍𝐆𝐒/ 𝐒𝐓𝐄𝐕𝐄 𝐇𝐀𝐑𝐑𝐈𝐍𝐆𝐓𝐎𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora