sorpresivo hallazgo

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—¿Listo, campeón? —Preguntó Franco dejando a su hijo en la entrada de la casa—

Andrés asintió muy seguro de si mismo.

—Entonces —Dijo Sarita de pie junto a ellos — Ya puedes comenzar

Sara hizo sonar un pequeño silbato que había comprado especialmente para la ocasión, y un pequeño Andrés Reyes de tres años y medio comenzó a correr por toda la sala, deteniendose en cada mueble o rincón, en busca de los huevos de pascua que sus padres habían ocultado por toda la casa.

—¿No los escondiste demasiado, no? —Preguntó Sara a su esposo cuando sintió los brazos de este alrededor suyo—

—Claro que si.

—¡Franco! te dije que no se lo pusieras tan difícil.

—Mi amor, nos estoy haciendo un favor. Luego estará tan cansado que no habrá dosis de azúcar que evite que se duerma una buena siesta. Además, tiene que aprender a esforzarse

Sarita negó con la cabeza mientras observaba como su pequeño hijo rebuscaba entre los almohadones de los sofás.

—¡Encontré uno!

Andrés, victorioso, levantó el delicado empaque para que sus padres pudiesen contemplar su hallazgo, y de inmediato lo colocó en su cesta mientras sus papás lo felicitaban.

Ni a Sara ni a Franco se les había pasado por la cabeza llevar a cabo esa tradición extranjera, pero durante toda la semana Andrés había visto en la televisión los episodios de pascua de los programas animados que solia ver, y al ver a sus personajes animados favoritos disfrutar tanto de aquella actividad, le dijo a sus padres que quería buscar huevos de pascua, y ellos no habían tenido el valor de negarse.

Preparar aquella actividad había resultado divertida para sorpresa de ambos, Sara se había encargado de distribuir las sorpresas en la planta de abajo, y Franco en el piso de arriba, por lo que a su hijo no le tomó demasiado tiempo encontrar los pequeños huevitos que su madre había ocultado entre los sofás, en las alacenas bajas de la cocina, y en medio del frutero que se encontraba en la mesa principal.

—Se lo pusiste muy facil —Se quejó su esposo viendo como Andrés sacaba la ultima sorpresa que había en el piso de abajo—

—Tiene tres años, mi amor. ¿Pretendes tenerlo todo el dia corriendo por la casa?

—¿Y por qué no? asi podemos descansar un poco.

Sara negó con la cabeza mientras Franco caminaba hacia su hijo para ayudarle a dejar todo lo que ya había encontrado encima de la mesa, antes de dirigirse al piso de arriba con Andrés en brazos

—Ahora si te vas a tener que esforzar, eh —Le advirtió con una sonrisa—

—No quiero ni siquiera preguntar donde escondiste esas cosas —Mencionó Sarita siguiendolos hacia el piso de arriba—

Al llegar, Andrés, muy ansioso, pidió bajarse de los brazos de su papá de inmediato. En el segundo en que su padre lo dejó en el suelo, Andrés corrió hacia su habitación.

Franco sonrió orgulloso al entrar al cuarto de su hijo y verlo rebuscar entre sus cosas. Los millones de juguetes que tenia su hijo en aquella habitación había sido perfectos para ocultar los chocolates por todos lados.

—Creo que tu estás disfrutando más de esto que el propio Andrés —Sara se recostó contra el marco de la puerta cruzada de brazos—

—Es divertido, el año entrante puedes ocultar todo tu sola para que Andrés y yo compitamos para ver quien consigue más

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⏰ Última actualización: Apr 09, 2023 ⏰

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