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No sería un cobarde, estaba dispuesto a enfrentarlo de frente, y no por la espalda como él lo hizo con su padre. Se dedico a entrenar mientras Beyrul creía que todo seguía normal, la manada se desplazaba y el azulejo se escondía en el lado este, pues el centro sería el lugar destinado al enfrentamiento. Todo sucediendo frente a sus narices pero era más la ambición de poseer a su hermano que no reaccionaba a lo evidente. Por la madrugada se desplazará la última manada y entonces al amanecer se daría paso a un sangriento destino que quizás acabaría con el bando correcto o quizás no.

— Hijo mío, no quiero dejarte solo_— habló la reina en cuanto lo vio entrar después de entrenar_—

— Madre por favor, ve donde te lo diga el líder Beom_—

— Esta bien, pero esta guerra ¿Qué traerá? _—

— La libertad de todos, lo sabes_—

— No se como sentirme al respecto, claro que quiero verte libre de todo esto, pero él sigue siendo mi sangre, lo di a luz, ¿cómo es que se transformó en esto? Lo que hizo no tiene perdón  _—

Yoongi la escuchó pues la mujer ya estaba al tanto de la emboscada y aún así seguía teniendo compasión por el perpetrador.

— No lo tiene... nada de lo que ha hecho lo tiene_— dijo más para sí mismo que para alguien más_—

— Eres capaz de soportar esa carga, Yoongi no seas tú quién acabe con esto, no te condenes de este modo hijo_—

— Vete madre, te avisaré cuando sea seguro_—

Tomó sus manos temblorosas y las besó con premura al tiempo que la mujer acariciaba el rostro de su hijo menor deseándole que todo acabe pronto y que esto no le cueste más a Yoongi de lo que cree.

Se alistó tan pronto llegó con un azul oscuro en sus ropas, más el azul de sus ojos, solo concentrado en lo que sucedería al día siguiente. También debía llamar a Jungkook por medio de su unión, sabría que este llegaría en el solo instante que lo pidiera, por eso no había utilizado aquel ungüento, por ahora todo era incierto y no estaba buscando al Jungkook que era su esposo, ni su amigo, sólo necesitaba al guerrero, al que es capaz de derrotar al rey sin problema. Ya no necesita nada más, ni de él, ni de nadie.

— Príncipe Min, el rey quiere que vaya a su habitación_—

Aquello lo sacó de sus pensamientos y asintió para marcharse, la ventaja de que Beyrul no lo notará, aunque sabía que quizás este no quería ver lo que se avecina. Entró a la habitación viéndolo de espaldas observando por el ventanal la vista fuera de la residencia. No qiizo fijarse en la cama a un lado e intentó mantenerse sereno.

— Querías verme_—

Beyrul se giro en cuanto escuchó su voz para sonreír y acercarse al menor en poco tiempo.

Through your blue eyes [KOOKGI] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora