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Luego de quedarse toda la noche con el príncipe en sus brazos, intentando que su mente elabore con efectividad un plan de huida, recordando cada cosa fuera del azulejo que conoció durante su tiempo fuera y descartando a su vez aquellos en los que sería fácil ser descubierto, no fue hasta que el pequeño hombre comenzó a despertar poco a poco que Jungkook se acomodó de mejor manera para sentarse por completo, mientras Yoongi ya tenía sus ojos abiertos pero seguía acogido por los brazos contrarios.


— ¿irás a la fundación? _—

— Sí, entre más tiempo pase fuera de aquí será mejor_—

— Yoongi, comenzaré a organizar lo que me pediste_—

— qué sea lo más pronto, si es posible mañana mismo, necesito verme libre de esta locura_—

Jeon asintió, mientras se ponía de pie para dar privacidad, sin embargo su señor no le permitió su salida.

— no te vayas_— pidió aún cuando la corte con sus doncellas ingresó a alistar su baño_—

Estaba mareado en una putrefacción tan asquerosa que le era difícil mantener la cordura y fingir que nada sucedía, las palabras de su hermano se cruzaban a su mente y sólo sentía su estómago doler y náuseas amenazando con recordarle lo jodido que estaba de un día para otro.

Ni por respeto se acercó a desayunar junto al rey y la reina madre, simplemente salió de la residencia junto a su guerrero, para ir al salón donde los niños le esperaban con dulces sonrisas que hoy no pudo corresponder.

Jeon esperó afuera, por la primera hora hasta que uno de los pequeños salió y jaló de su capa para que le prestará atención, entonces se agachó de cuclillas para escucharlo.

— ¿qué sucede pequeño? _—

— ¿por qué el príncipe está así? ¿le ocurrió algo? _—

Jeon frunció su ceño y el niño tomó su mano para llevarlo dentro del salón y fue notorio, los pequeños estaban sentados en sus sitios pintando por orden del omega que se encontraba en su silla, con la mirada clavada en la pared y sus ojos sin ningún brillo, la preocupación era palpable y hasta los niños notaron que aquel no era ni rastro del amoroso y amable maestro que tenían.

Jungkook tomó asiento justo a su lado y por debajo tomó su mano, aquella acción protegida por el escritorio que cubría el frente, Yoongi reaccionó mirando a su lado encontrando los redondos ojos puestos en él.

Afianzó el agarre de sus manos y les dedicó la primera sonrisa del día a sus pequeños alumnos que agradecieron tener un poco del joven príncipe que conocían.

Se demoraron mucho, mucho tiempo en el papeleo y la justificación, dejando que sea media tarde, para al fin salir del complejo, no tomaron el camino a casa, no lo hicieron quizás porque aquella palabra ya no existía; no había más una "casa" a la que volver.

Se sentaron frente a un riachuelo, lejos de la gente del pueblo y de toda guardia real, sólo ambos. Alfa y omega.

— dejaré a dos guerreros en mi lugar, debo salir a buscar la mejor opción, volveré pronto lo aseguro, son de confianza y están dispuestos a defenderte de quién sea ¿sí? _—

Yoongi asintió todavía lejos de la realidad.

Estuvieron en silencio simplemente mirando el agua correr mientras sabían que nada sería igual a partir de ese día.

— ¿cómo pasó esto?_— dijo de repente_—

— Yoongi... _—

— Es mi culpa, debí hacer algo, quizás actúe de un modo o yo lo pude provocar, lo confundí y por eso actúa de esta manera _—

Through your blue eyes [KOOKGI] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora