𝟒. 兎 𝐫𝐚𝐛𝐛𝐢𝐭

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Junhui despertó con la iluminación del cuarto translúcida de un color gris. De nuevo Yabbay amanecía nublado.

Se levantó con pesadez en su cuerpo pues no estaba acostumbrado a dormir en el suelo y se quedó sentado sobre el futón, tallandose los ojos y pensando en qué no había tenido ningún sueño en la noche. Sólo oscuridad y nada más.

Incluso aunque fuera verano, el calor no se sentía ahí, mucho menos en la noche. Junhui durmió con la colcha puesta y en ningún momento se sintió sofocado.

Se puso de pie cuando se quedó lo suficiente viendo hacia la pared shoji tratando de alejar la somnolencia.

Las habitaciones en las cuales se habían instalado estaban vacías. El templo tenía muchas así. Las maletas de Jun estaban acomodadas en una esquina y lo único que había sacado estaba en su regazo.

Miró al gatito de peluche. Podía ser un adulto, pero uno nunca era demasiado grande para dormir con peluches.

Cuando salió de su cuarto con la ropa para tomar un baño, Minghao ya estaba en el pasillo, con el rostro fijo en el techo, en una posición inusual

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Cuando salió de su cuarto con la ropa para tomar un baño, Minghao ya estaba en el pasillo, con el rostro fijo en el techo, en una posición inusual.

—¿Haohao? —Junhui se acercó a él y su hermano siguió mirando hacia arriba, sin parpadear.

El mayor se puso a su lado y observó el gesto de su hermano. Los ojos de Minghao estaban fijos y no tenía ninguna expresión discernible.

Junhui miró hacia arriba también, pero no había nada más que el techo blanco. Entonces colocó su mano en el hombro de su hermano y Minghao se sobresaltó.

—Hey, tranquilo, soy yo —le dijo, preocupado.

Minghao abrió mucho sus ojos y volvió a parpadear, varias veces, cómo si saliera de un estado de enajenación.

—¿Estás bien, Haohao? Tienes los ojos rojos, ¿no dormiste bien? —le preguntó, pasando una mano por el cabello castaño de su hermano.

—Ah, sí, es sólo que —A Minghao no le gustaba mentirle a Jun, pero no quería preocuparlo innecesariamente. Hizo dos puños para esconder las marcas de uñas que se había ocasionado—. Es sólo que...

No quería revelarle que tuvo una pesadilla y no pudo pegar el ojo en el resto de la noche.

—¿Mmmmm? —El mayor alzó las cejas al notar que Minghao no terminó su oración.

—¡Junhui, Minghao, vengan a desayunar! —escucharon la voz de la abuela al final del pasillo y su tos seca que vino después.

El menor aprovechó esa oportunidad. —No es nada, vamos con Abue antes de que nos vuelva a llamar. —Minghao pasó de largo a su hermano y caminó por el pasillo. Junhui lo miró desconcertado. Había adquirido experiencia averiguando cuando algo estaba con Minghao, porque su hermano nunca le diría directamente, él tenía que insistir.

El Festival de los Demonios (WonHui/GyuHao)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora